El dulce típico de Aragón para celebrar San Jorge: receta paso a paso para hacerlo en casa

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Cada 23 de abril, Aragón celebra su día grande con banderas, actividades culturales y, por supuesto, su gastronomía más simbólica. Entre los dulces que han ganado popularidad en las últimas décadas, uno destaca por su forma, su historia reciente y su conexión con el patrón de la comunidad: el lanzón de San Jorge.

Aunque pueda parecer un dulce centenario, el lanzón de San Jorge fue creado en 1982 por pasteleros de Zaragoza como una forma de conmemorar al patrón de Aragón con un postre propio. Desde entonces, se ha convertido en una elaboración característica del 23 de abril, presente en vitrinas de pastelerías y hogares de toda la comunidad.

Su forma alargada y puntiaguda simula la lanza con la que, según la leyenda, San Jorge derrotó al dragón. Pero más allá del simbolismo, este dulce conquista por dentro: se compone de bizcocho genovés, relleno de nata con turrón de Jijona, y recubierto con una capa de yema pastelera caramelizada, que le da brillo y un sabor inconfundible.

Se prepara con tiempo y mimo, y suele disfrutarse bien frío, en porciones generosas. Es un claro ejemplo de cómo una creación relativamente reciente puede convertirse en símbolo identitario y parte del recetario festivo de Aragón.

Receta tradicional del lanzón de San Jorge

Esta es la receta de la versión más clásica, basada en fuentes como el blog Mil postres, con cantidades para que puedan comer entre 8 y 10 personas:

Para el bizcocho genovés:

• 5 huevos
• 110 g de azúcar
• 110 g de harina floja

Para el almíbar:

• 75 g de azúcar
• 75 ml de agua
• 75 ml de Licor 43 o Amaretto

Para el relleno:

• 600 ml de nata para montar (mínimo 35% M.G.)
• 65 g de azúcar glas
• 150 g de turrón de Jijona picado

Para la yema pastelera:

• 6 yemas de huevo
• 100 g de azúcar
• 75 ml de agua

Para decorar:

• Azúcar para caramelizar
• Almendra crocanti (opcional)

Se empieza por el bizcocho genovés. Se baten los huevos con el azúcar hasta que la mezcla blanquee y triplique su volumen. Luego se incorpora la harina tamizada con movimientos envolventes. La masa se extiende sobre papel vegetal en una bandeja para horno, formando una plancha de unos 25 × 30 cm, y se hornea a 180 ºC durante 10 o 12 minutos. Una vez frío, se corta en tres rectángulos iguales.

Para el almíbar, se hierve el agua con el azúcar hasta que se disuelva. Una vez templado, se añade el licor. Este jarabe servirá para emborrachar ligeramente las capas de bizcocho, dándole humedad y un toque aromático. El relleno se elabora montando la nata con el azúcar glas hasta que quede firme. Luego se añade el turrón muy picado, mezclando suavemente con una espátula para que no se baje. Se reserva en frío hasta el montaje.

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La yema pastelera se prepara llevando a punto de hebra floja el azúcar con el agua. Se deja templar y se mezcla con las yemas batidas. Esta mezcla se cuece a fuego bajo sin dejar de remover hasta que espese, pero sin llegar a hervir. Se deja enfriar completamente. Para el montaje, se coloca la primera plancha de bizcocho, se pincela con almíbar y se cubre con una capa de relleno. Se repite con la segunda plancha y se termina con la tercera, también emborrachada con almíbar. Por encima, se extiende la yema pastelera y se espolvorea azúcar. Se carameliza con soplete o bajo el grill del horno.

Se puede decorar con almendra crocanti en los laterales o en la base, y el dulce se deja enfriar completamente antes de servir. La textura final debe ser suave, ligeramente húmeda, y con el punto tostado de la yema caramelizada en la superficie.