La batalla del Pirineo, segundo round: los ecologistas retoman la pugna contra la unión de estaciones de esquí
Tras la paralización de la unión de Astún y Formigal, las asociaciones proteccionistas ponen ahora el foco en el proyecto Astún-Candanchú. Las instituciones de Aragón impulsan una telecabina de 3,6 kilómetros
Suenan otra vez tambores de guerra en el Pirineo aragonés. Las entidades ecologistas y proteccionistas alzan la voz contra la unión de las estaciones de esquí de Astún y Candanchú. Es uno de los proyectos que formaban parte de Aragon Ski Circus, la propuesta impulsada por el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi para la creación del décimo dominio más grande del mundo con 300 kilómetros de pistas, recuperado la pasada legislatura por el socialista Javier Lambán. Y aunque la presión social consiguió que la conexión de Astún y Formigal, a través de Canal Roya, un paraje de altísimo valor y uno de los últimos valles vírgenes, se guardase en el cajón, gran parte de las propuestas que recogía el proyecto original siguen vivas.
Para el Gobierno regional, liderado ahora por Jorge Azcón (PP), la unión de Astún y Candanchú a través de una telecabina de 3,6 kilómetros, es una pieza clave para el impulso económico. Con una inversión de 35 millones de euros -10 procederán de los Fondos Next Generation y 22 los aportará el Ejecutivo regional-, el objetivo es conseguir desestacionalizar el turismo y que el Pirineo sea también un polo de atracción en verano. Los cálculos de los promotores apuntan a que los visitantes podrían incrementarse entre un 6 y un 12% en época estival y generar un impacto económico de entre 5,1 y 11,5 millones de euros, según desgranaron las instituciones impulsoras en la presentación de la iniciativa a mediados de septiembre.
“Es un proyecto clave y estratégico para la provincia de Huesca, tanto para el sector de la nieve como para desestacionalizar el turismo en el valle, y que nos dará un valor diferencial”, defendió el presidente de la Diputación de Huesca, Isaac Claver. En la misma línea, fuentes del Gobierno trasladan a El Confidencial que la unión de Astún y Candanchú será un importante revulsivo económico y tachan de forzada y artificial la polémica. “No hay ningún tipo de contestación social. Es un proyecto que los vecinos llevan esperando mucho tiempo y nunca ha tenido ningún tipo de rechazo en el territorio”, apuntan las fuentes consultadas.
Las entidades ecologistas y proteccionistas denuncian, sin embargo, que el proyecto vuelve a explotar un modelo que pone el foco en la nieve sin tener en cuenta que, a consecuencia del cambio climático, cada vez habrá menos. “No se cuida el medio ambiente. Este valle, al igual que Canal Roya, hasta ahora ha estado bastante protegido, pero con la construcción de la telecabina vendrá la invasión de hierros”, lamentan desde la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón, una de las entidades que lideró las protestas de Canal Roya.
En Ecologistas en Acción también censuran el proyecto. “No es tanto una cuestión de impacto, sino qué gestión se hace de los fondos públicos”, sostiene José Luis Martínez. Las dos entidades aseguran que no se cumple con los requisitos de financiación de los Fondos Next Generation. “El 50% del proyecto tendría que estar ejecutado en diciembre de 2024”, señala Martínez, pero todavía no está licitado. La Mancomunidad Alto Valle del Aragón lo hará en los próximos días, según precisaron las instituciones impulsoras, y en Ecologistas en Acción no creen que los plazos se cumplan. La interpretación de las instituciones es diferente y sostienen que la financiación está sujeta a que el proyecto esté “tramitado desde el punto de vista administrativo en un 50% a 31 de diciembre de 2024”.
Las dos entidades ecologistas cargan además contra los cerca de 80 millones que se van a invertir en la renovación de los cañones de nieve y ampliar el número de elementos en las diferentes estaciones del Pirineo aragonés. Es otra de las iniciativas puestas en marcha por el Ejecutivo regional para impulsar un sector que considera clave para la economía de la comunidad. “La inversión carece de cualquier análisis de consumo energético o hídrico en zonas con problemas estacionales con el agua”, critica Martínez. El análisis también es compartido por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón que alerta de que son muchos los retos a los que se debe dar respuesta en los Pirineos, como el problema de la vivienda o la falta de profesionales sanitarios para cubrir determinados puestos.
Las dos asociaciones avanzan que retomarán las rondas de contactos en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo. “Volveremos a hacer el mismo recorrido. Vamos a reactivar los contactos y contarles las novedades que se están produciendo”, precisan en la plataforma ecologista, en referencia a las reuniones que mantuvieron en Madrid y Bruselas para conseguir adhesiones para paralizar la unión de Astún y Formigal.
Suenan otra vez tambores de guerra en el Pirineo aragonés. Las entidades ecologistas y proteccionistas alzan la voz contra la unión de las estaciones de esquí de Astún y Candanchú. Es uno de los proyectos que formaban parte de Aragon Ski Circus, la propuesta impulsada por el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi para la creación del décimo dominio más grande del mundo con 300 kilómetros de pistas, recuperado la pasada legislatura por el socialista Javier Lambán. Y aunque la presión social consiguió que la conexión de Astún y Formigal, a través de Canal Roya, un paraje de altísimo valor y uno de los últimos valles vírgenes, se guardase en el cajón, gran parte de las propuestas que recogía el proyecto original siguen vivas.
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