Goya no pinta nada en su ciudad: un museo fallido, su casa enterrada y el barrio sin nombre

La figura de Francisco de Goya y Lucientes, el aragonés más universal y cuyo arraigo en la ciudad de Zaragoza fue considerable, no se demuestra en la actualidad. El Ayuntamiento es incapaz de darle recorrido a los grandes proyectos planteados o de diseñar una estrategia global para que el peso cultural del pintor sea un reclamo turístico de primer orden. Lo que consigue Málaga con Picasso o Ámsterdam con Van Gogh, Zaragoza no sabe cómo hacerlo con Goya.

Uno de los proyectos estrella del actual alcalde, Jorge Azcón, y que ha capitaneado la vicealcaldesa Sara Fernández, se ha quedado en agua de borrajas. La intención de proyectar un gran espacio museístico virtual, en el palacio renacentista que albergó La Lonja de la ciudad hace siglos, ha quedado en nada. En reiteradas ocasiones, tanto Fernández como Azcón destacaron la imperiosa necesidad de convertir la plaza del Pilar, donde está ubicada La Lonja, en un espacio donde dar difusión a la figura y la obra de Goya. Por motivos urbanísticos y conflictos con los técnicos de patrimonio, la idea de transformar el histórico palacio se está empezando a desechar.

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A su vez, la figura de Francisco de Goya también queda en desuso o vilipendiada por no aprovechar su potencial en otros lugares y edificios de la ciudad. Recientemente, durante las obras de reforma de una céntrica plaza, se localizó enterrada una de las viviendas donde el artista vivió durante su estancia en Zaragoza, antes de dar el salto a Italia y a la corte real en Madrid. En esta ocasión, el Ayuntamiento hizo lo fácil: Urbanismo negó la existencia de la casa, contradiciendo a varios historiadores, y terminó por taparla con cemento. O, como ocurre en barrios de otras capitales, y así lo apuntan varios historiadores consultados, Zaragoza podría darle al entorno de la calle Heroísmo la denominación del barrio de Goya, ya que el pintor llegó a vivir ahí en más de ocho viviendas.

De hecho, una de ellas sigue en pie y en sus bajos hay una tienda de pollo a l’ast. Tan solo cabe destacar la celebración en el mes de mayo de unas Fiestas Goyescas, como novedad en la ciudad. Esta celebración concentrada en un fin de semana no cumplió con las expectativas de asistencia popular ni tampoco con el apoyo del resto de grupos municipales.

La lista de tareas pendientes que tiene Zaragoza con Francisco de Goya es extensa. Por ejemplo, desde hace años, e incluso insinuado por el Ayuntamiento, se planteó la opción de que la estación del AVE Zaragoza-Delicias tuviera el nombre de Zaragoza-Francisco de Goya, por su peso turístico y siguiendo el ejemplo de otras estaciones ferroviarias del país, como en Valencia con Joaquín Sorolla.

Un museo virtual que no será realidad física

La idea anunciada por Jorge Azcón de convertir La Lonja en un museo virtual sobre la vida, la obra y el impacto en el mundo de Francisco Goya está cada día más cerca de quedarse en eso, un anuncio fallido. Por un criterio técnico de los responsables de Patrimonio de la Comisión Provincial, tal y como explican fuentes municipales consultadas, "se está trabajando en otra propuesta porque no se permitió acondicionar una planta arriba de La Lonja para duplicar el espacio de La Lonja con base en la idea de Museo que tenía el Ayuntamiento". Esta aseveración muestra cierta crítica e incluso un reproche político al Ejecutivo de Javier Lambán por depender la comisión citada del propio Gobierno aragonés, dentro de la estructura de la dirección general de Patrimonio.

Fuentes del Gobierno aragonés detallan que "la propuesta del Ayuntamiento contemplaba importantes afecciones y por ello se fijó una opinión desfavorable en la solicitud de opinión que emitió el gobierno municipal, ya que nunca lo hizo de manera formal". En la consulta a la comisión de Patrimonio se incluía la alteración exterior del edificio o la inclusión de un ascensor, algo que fue rechazado por estar considerado como Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.

Pese a ello, y al margen de las justificaciones de uno u otro, el proyecto planteado es inviable tal y como está concebido por las limitaciones técnicas. Desde el primer momento las críticas hacia este proyecto no se hicieron esperar. Todos los partidos políticos, excepto las formaciones que integran el gobierno municipal, PP y Ciudadanos, rechazaron de plano este proyecto museístico. "No queremos competir entre propuestas, sino que todo sea un global en la que los visitantes identifiquen Goya con Zaragoza, que su figura cale y que la gente visite más los museos de Goya en la ciudad", defendió la vicealcaldesa Sara Fernández ante las críticas vertidas.

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A día de hoy, ante la falta de empuje del Ayuntamiento por hacer un museo cómo se tenía previsto, la ciudad ya cuenta con un Museo Goya. Su propiedad, patrocinio y desarrollo corre a cargo de la Fundación Ibercaja Banco, la cual lleva años desarrollando una laboriosa tarea de captación de cuadros, a través de la cesión por otros museos que cuentan en su propiedad con pinturas de Francisco de Goya. Al margen de este impulso desde la esfera privada, el Ayuntamiento quería plasmar una idea distinta, basada en criterios virtuales o con realidad aumentada para captar la atención del turismo. A falta de una futura concreción desde el área de Cultura que dirige la vicealcaldesa de este museo virtual y su posible localización, la ironía es que La Lonja alberga durante estos meses una exposición pictórica del pintor Zuloaga donde se pueden contemplar cuadros de Goya.

Una casa localizada y… cimentada

Las obras de una céntrica plaza en la ciudad, la plaza Miguel Salamero, dejaron a la luz los restos arquitectónicos de una de las viviendas de Francisco de Goya, y que el historiador José Luis Ona siempre ha señalado. Al estar la plaza en proceso de reforma y la vivienda visible, se realizaron varias peticiones —desde los grupos políticos a historiadores— para inspeccionar y catalogar la vivienda como parte del patrimonio municipal. Desde el minuto uno, el Ayuntamiento lanzó evasivas sobre esta idea. Negó la existencia pese a que era visible y varios historiadores reconocían que sí era la del pintor. Y terminó afirmando que estudiaría la situación para terminar determinando que no había nada de interés y decidió cimentar la vivienda.

No es la única vivienda que está localizada en la ciudad y que pasa completamente desapercibida por los habitantes zaragozanos. Tan solo un escueto y sucio cartel señala: aquí vivió Francisco de Goya. Ubicada en la céntrica plaza San Miguel de Zaragoza, está en el límite de la conocida como zona de Heroísmo, un lugar que es parte de la historia de los Sitios de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia y donde Francisco de Goya vivió ahí antes de trasladarse a Madrid en 1771.

El Ayuntamiento nunca ha planteado darle más brillo a este edificio histórico, el cual tiene en sus bajos una pollería. Por otro lado, esta zona ha sido reclamada como un barrio de Goya, porque gran parte de su vida en Zaragoza se dio en sus calles. Otras ciudades, en cambio, no dudan en aprovechar cualquier lugar donde alguien tan icónico e ilustre como Francisco Goya paseó, vivió o tan solo se tomó un café.