El ‘hambre’ de la Málaga tecnológica: en busca de 1.800 empleados y lista para liderar la investigación de chips

El dato mata al relato. Pero no tanto en el sector tecnológico, en el que comparar a Málaga con Silicon Valley es un halago cada vez menos gratuito. El goteo de nuevas multinacionales como Dekra, Vodafone, Globant o Google en los últimos años ha consolidado a la ciudad como destino en el que crecer sin tocar techo. Una misión que requiere de una cantidad ingente de trabajadores altamente cualificados que no siempre se encuentran tan fácil.

Desarrolladores de software, consultores TIC y desarrolladores full stack son los perfiles más demandados. A fecha de hoy, las vacantes ascienden a 1.774, según el Mapa de Empleo de la Fundación Telefónica, que recopila ofertas laborales vigentes entre los meses de julio y octubre. El último nombre en sumarse a la lista de desembarcos en la ciudad ha sido IMEC, el centro puntero de desarrollo e investigación de microchips a nivel mundial, que empezará a funcionar en 2030 y supondrá una inversión de 615 millones de euros. Su CEO, Luc Van den hove, ya informó de que la nueva sede I+D generará 200 puestos de trabajo directos, a los que habrá que sumar los de la órbita de proveedores, clientes y socios colaboradores.

La Junta de Andalucía anunció el pasado miércoles, durante la presentación de sus cuentas, la reserva de 117 millones para este centro, que se instalará en el Málaga TechPark (el antiguo PTA). Se trata de la mayor apuesta inversora de todo su presupuesto, por delante de las destinadas a la ampliación del metro y la construcción del tercer hospital. El Gobierno central abonará 500 millones para hacer realidad esta sede de microelectrónica, la primera fuera de la ciudad belga de Lovaina.

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IMEC será el mayor equipamiento que emplee esta tecnología en todo el país y expandirá las tecnologías con presencia en el Parque Tecnológico, que ahora mismo encuentran "gran representación en la IA y la ciberseguridad", en palabras de su director, Felipe Romera.

La tecnópolis, que "va a velocidad de crucero", no ha dejado de crecer y a cierre de 2024 contabilizaba sus mejores registros con 715 empresas, 4.181 millones de euros facturados (un 21% más que el anterior) y 27.940 empleados (casi 3.000 más). El objetivo soñado es alcanzar los 50.000 trabajadores.

"Evidentemente, todo esto está demandando muchísimos profesionales. ¿Que de dónde los sacan las empresas? De donde pueden, aunque parezca de Perogrullo", afirma Romera. El Málaga TechPark cuenta con un grupo de talento (Execs Club) en el que, entre otras cosas, se coordinan los perfiles que hacen falta y se conectan con las universidades y los centros de FP en búsqueda de nuevos aspirantes.

En este sentido, el catedrático y delegado del rector de la UMA para la innovación tecnológica, Javier López, detalla que se han puesto en marcha varias iniciativas formativas dirigidas a cubrir necesidades empresariales.

Entre ellas destaca la plataforma UMA Aula Online, que "facilita el aprendizaje permanente y la recualificación profesional"; UPTECH, que "forma en IA, ciberseguridad, IoT y Big Data"; 3D‑CIRCULAR, orientada a "diseñar programas de máster, doctorado y certificación en el ámbito de la economía circular digital"; y QuantUMA, concebida para "acercar la computación cuántica al estudiantado".

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Esta tecnología "será especialmente útil en el descubrimiento de nuevos fármacos y materiales, y también abrirá la puerta a líneas de investigación en física que hasta ahora eran inalcanzables". A medio y largo plazo, según López, podrá usarse para "construir redes mucho más seguras que las actuales". Y en un horizonte más lejano podría traducirse en "mejoras en los procesos de inteligencia artificial". Tampoco se puede olvidar el papel que desempeñará la Cátedra de Microelectrónica, la mejor financiada de toda España y con colaboración de la Universidad de California.

Más allá de la formación y la oferta de profesionales disponible en la ciudad, señala Romera, las empresas lo que más buscan son "teletrabajadores de proximidad". "No quieren que estén a 3.000 kilómetros, sino a menos de 100 para que puedan ir un par de días por semana a la oficina". De esta forma, el director del parque reconoce que aunque aprecia "mucha demanda de empleados y ciertas complicaciones" no puede decir que la situación haya llegado al punto de ser "angustiosa" porque "seguimos creciendo".

Málaga ostenta desde 2024 el distintivo de primera ciudad española en conseguir la certificación de Destino para Nómadas Digitales de Aenor, una distinción que tiene una validez de tres años y que analiza aspectos como los espacios coworking y los canales y redes de contacto. La consultora Savills sigue esta misma línea en su último informe sobre este tema, en el que sitúa a la capital como mejor destino de Europa y tercero en el mundo para trabajar a distancia, por detrás de Dubái y Abu Dabi.

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Uno de tantos casos de empresa enfocada en atraer talento, tanto local como internacional, es el protagonizado por la fintech Ebury. Presente en Málaga desde el 2010, antes del boom tecnológico, esta sociedad nacida en Londres redobló su apuesta por la capital hace dos años, cuando convirtió su sede en el conocido edificio Indocar en centro de formación mundial para su red de 1.800 empleados.

"Es un hecho que el sector tecnológico atraviesa una etapa de gran demanda de perfiles especializados. Y Málaga, a pesar de su impresionante crecimiento y pujanza, no es ajena a esta dinámica", asegura la directora financiera y de recursos humanos de Ebury, Ana Muñoz.

La ejecutiva añade que los perfiles más complicados de cubrir son aquellos que combinan "años de experiencia senior con conocimiento específico y dominio técnico avanzado". Pero resalta que "la calidad de vida" y su proyecto empresarial "son grandes bazas" para atraerlos. "La ciudad ofrece un equilibrio único para la vida dentro y fuera de la oficina y el feedback que recibimos es extraordinariamente positivo".

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Pese a la existencia de grandes corporaciones en la capital, no se puede obviar el nutrido ecosistema de startups que coexiste. El Polo Digital de Contenidos Nacionales, impulsado por el Ayuntamiento, es una de las incubadoras en la que empresas emergentes del sector audiovisual y de los videojuegos germinan y crecen. Esta instalación también acoge la iniciativa 42 Málaga, con 2.400 metros cuadrados de superficie y capacidad para formar a 600 perfiles digitales al mismo tiempo.

Desde su puesta en marcha en 2017 y a fecha de cierre del último ejercicio, el Polo dinamizó 167 proyectos y atrajo inversiones por un valor superior a 38 millones. Innovaciones como la chaqueta háptica, con la que se puede sentir desde abrazos hasta puñaladas en videojuegos, tienen su origen en esta casa y siguen evolucionando. OWO, la sociedad que la comercializa, ya trabaja con el Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional (GEO) con adaptaciones para sus entrenamientos.

El diagnóstico del presidente de la Fundación Instituto Ricardo Valle de Innovación (Innova IRV), Ezequiel Navarro, es que la Málaga tecnológica marcha a buen ritmo con los recursos que tiene. "Si la comparas con otras ciudades españolas o europeas, está bastante bien posicionada. Hay que tener en cuenta que no somos capital de una comunidad autónoma o región. Y lo que se ha hecho hasta ahora ha sido con una sola universidad"

Navarro, líder de una fundación público-privada que sirve de puente entre la investigación y las empresas de la provincia, recalca lo "extraordinariamente importante" que sería tener una universidad politécnica en Andalucía como cantera de perfiles ultracualificados. "Madrid la tiene, y muy vinculada a industrias estratégicas, con grandes contratos. Cataluña también, con hitos como el Centro Nacional de Supercomputación", recuerda.

"Tener una politécnica nos llevaría a otra dimensión. Estamos ante una gran oportunidad tecnológica y educativa con la llegada de IMEC, pero debemos saber aprovecharla", defiende el presidente de Innova IRV. "Vamos a estar conectados con el corazón innovador de Europa y la universidad de Lovaina, que es de las que más transferencia tecnológica canaliza al territorio". Comparar a Málaga con Silicon Valley es un halago cada vez menos gratuito.