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Vox y el PP desentierran el hacha de guerra en Andalucía a menos de un año de las urnas
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Duros choques en el Parlamento

Vox y el PP desentierran el hacha de guerra en Andalucía a menos de un año de las urnas

La dureza de los mensajes del partido de Santiago Abascal, que acudió a Sevilla para incidir en la crisis de los cribados, no ha hecho más que subir con el inicio del curso electoral aprovechando el calor de las encuestas

Foto: Santiago Abascal, a las puertas del Parlamento de Andalucía. (EFE / Raúl Caro)
Santiago Abascal, a las puertas del Parlamento de Andalucía. (EFE / Raúl Caro)

Quienes conocen bien el funcionamiento interno de Vox cuentan que su gestión de las polémicas en los territorios sigue siempre una misma pauta. Cuando la formación de Santiago Abascal ve una vía de agua, el portavoz autonómico lanza el primer envite sobre el asunto. Si sigue escalando, le llega el turno al portavoz nacional en la materia para seguir erosionando al gobierno en cuestión. Y si la entidad es aún mayor, alguien de la cúpula desembarca en el terreno para darle aún más visibilidad a su estrategia. Por eso estuvo este viernes Abascal a las puertas del Parlamento de Andalucía, al calor de la crisis que vive el Gobierno de Juanma Moreno por el fallo en los cribados del cáncer de mama.

"Juanma Moreno tiene un corazón gigante para los de fuera y miserable para los de dentro", espetó el líder de Vox, que aseguró que el fallo de la Consejería de Salud y Consumo "le ha costado la vida a las mujeres". Es una nueva muestra de la escalada que ha experimentado la estrategia de la formación ultra en Andalucía cuando faltan, como mucho, nueve meses para las elecciones.

Los portavoces andaluces de Vox son críticos con la gestión sanitaria del Gobierno andaluz, pero nunca lo han sido tanto como hasta ahora. La prueba es que acudirán a la Fiscalía para que investigue los errores en el programa de detección precoz del cáncer de mama y también han registrado una comisión de investigación en la Cámara autonómica. Es la misma estrategia que ha seguido la izquierda, que lleva prácticamente toda la legislatura intentando que el descontento con el funcionamiento del SAS funcione como gasolina para incendiar al Ejecutivo de Moreno. Tanto es así que Vox votó con PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía para intentar forzar un debate en el legislativo andaluz sobre el asunto más complejo al que se ha tenido que enfrentar el barón popular desde que ganó las elecciones autonómicas por mayoría absoluta en junio de 2022.

Vox ha aprovechado el viento de cola de los últimos días, pero los decibelios empezaron a subir con el inicio del curso, conscientes de que el final será el día que se abran las urnas, probablemente en mayo o junio de 2026. "Claro que vamos a polarizar", espetó Manuel Gavira, portavoz parlamentario y presumible candidato en los comicios durante la sesión de control del 25 de septiembre. Fue el mismo día que acusó al barón popular de intentar "llenar Andalucía de moros", una diatriba que no obtuvo respuesta del presidente de la Junta, a diferencia de lo que había ocurrido en provocaciones previas relacionadas con la inmigración.

Foto: dimite-consejera-andaluza-salud-crisis-cribados

El partido de Santiago Abascal se afanó el viernes en intentar ligar la crisis de los cribados con la política migratoria que, según la formación ultra, comparten PP y PSOE. La fórmula no es nueva ni única en España, ya que la extrema derecha europea y también la del otro lado del Atlántico se presenta como la principal defensora de las mujeres ante la "inseguridad" que achacan a la llegada de inmigrantes. "Son las mujeres las que pagan el pato", afirmó Abascal ante el viejo Hospital de las Cinco Llagas, donde fue jaleado por medio centenar de simpatizantes que aplaudían las intervenciones en una de sus ruedas de prensa públicas.

Hace solo unos días se podía ver en redes como Instagram publicidad pagada por Vox que afirmaba que el tiempo espera para una reconstrucción mamaria en la sanidad pública andaluza es de 1.000 días. De fondo, una foto de Juanma Moreno con un gesto de enfado. "Ansiedad le provoca a los andaluces saber que están en sus manos", afirmó Gavira en el Parlamento horas después de la dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández. "En la barra del bar y los pasillos hablan de asociaciones ideologizadas", le contestó Moreno en uno de los intercambios más duros que han protagonizado ambos en la Cámara autonómica.

Esta pugna se produce cuando las encuestas vuelven a darle a Vox buenas expectativas, como ya ocurrió antes de las elecciones de 2022. El sondeo de 40dB para los medios de Prisa publicado a principios de la semana colocó al PSOE como primera fuerza en unas generales en Andalucía, con Vox y PP compitiendo por la segunda plaza con un 19,6% y un 19,1% respectivamente. Hay que tener en cuenta que la encuesta se hizo con apenas 300 entrevistas en Andalucía, pero hay otras pistas en el mismo sentido.

El barómetro del Centra publicado el pasado julio ya colocó a Vox cerca del 15% de los apoyos y con entre 16 y 18 escaños, frente a los 14 actuales. La encuesta dependiente de la Consejería de Presidencia de la Junta mantuvo la mayoría absoluta para el PP, pero con un margen más estrecho que hasta ahora. Y esta tendencia podría ir a más si las encuestas nacionales tienen su reflejo en la oleada del Centra que saldrá en cuestión de semanas. Si las casi 4.000 entrevistas coinciden con la polémica de los cribados, es de esperar que la erosión de los populares vaya a más y el partido de Juanma Moreno se acerque a ese límite de los 55 escaños que otorgan la absoluta en el Parlamento de Andalucía.

Ese es el principal campo de batalla ahora, dado que el PSOE de María Jesús Montero no se atisba aún como alternativa. El terremoto en la Consejería de Salud ha logrado traspasar por primera vez la coraza de Juanma Moreno, que se afana en dar respuesta a la crisis personalmente para evitar un mayor desgaste. En los debates parlamentarios, ya sea en pleno o comisión, ya hay quien ve como la mayor parte de los rifirrafes los protagonizan los consejeros y portavoces del PP con los de Vox. En San Telmo difieren de esta visión y creen que la escalada responde únicamente a la efusividad de la formación ultra, consciente de que su crecimiento sólo puede llegar desde las filas populares.

En el PSOE no tienen intención de inmiscuirse en estas batallas dentro del bloque del centroderecha. Hay quien admite, desde el análisis más frío y en privado, que la polémica de los cribados y el protagonismo de Vox beneficia a los socialistas. La encuesta nacional de Iván Redondo, con el PP y Vox compitiendo a brazo partido, sería el escenario soñado por el partido de María Jesús Montero, donde creen que la aritmética que aupó a Moreno a la absoluta en 2022 es un imposible, aunque son conscientes de que su desempeño sólo mejorará si son capaces de animar a su decaído electorado.

Quienes conocen bien el funcionamiento interno de Vox cuentan que su gestión de las polémicas en los territorios sigue siempre una misma pauta. Cuando la formación de Santiago Abascal ve una vía de agua, el portavoz autonómico lanza el primer envite sobre el asunto. Si sigue escalando, le llega el turno al portavoz nacional en la materia para seguir erosionando al gobierno en cuestión. Y si la entidad es aún mayor, alguien de la cúpula desembarca en el terreno para darle aún más visibilidad a su estrategia. Por eso estuvo este viernes Abascal a las puertas del Parlamento de Andalucía, al calor de la crisis que vive el Gobierno de Juanma Moreno por el fallo en los cribados del cáncer de mama.

Vox Partido Popular (PP) Juanma Moreno