La ofensiva expresión de Andalucía que desconcierta al resto de España: ‘Penco’
Una sola palabra, habitual en el habla andaluza, genera perplejidad entre quienes no la habían escuchado antes. En ningún caso quieres que la digan sobre ti
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Una palabra descoloca a muchos españoles cuando la escuchan por primera vez en el sur, ya sea en conversaciones cotidianas o en programas de televisión. Su sonoridad, un tanto brusca, y el tono en que se pronuncia provocan desconcierto, incluso ofensa, entre quienes no están familiarizados con esta forma de hablar. Su origen es más amplio de lo que parece y su uso, muy común en el ámbito coloquial.
El término ‘penco’, utilizado habitualmente en distintas zonas de Andalucía, hace referencia a una persona considerada inútil, torpe o de escaso valor. Aunque en su lugar de origen tiene un uso más extendido y desenfadado, en el resto de España puede ser interpretado como un insulto directo. La Real Academia Española recoge varias acepciones de esta palabra, desde "caballo flaco" hasta "persona rústica", pasando por "individuo despreciable".
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Esta expresión cuenta con una fuerte carga despectiva cuando se dirige a alguien, motivo por el que muchos la perciben como ofensiva. No obstante, en el contexto andaluz puede perder parte de su dureza y usarse de forma más liviana, casi humorística. La polisemia del término y su distribución geográfica explican por qué resulta tan chocante para quienes no forman parte del habla regional.
De la penca al desprecio: evolución semántica
Etimológicamente, ‘penco’ deriva de ‘penca’, aunque su significado ha evolucionado hasta adoptar connotaciones claramente peyorativas. En Andalucía, así como en otras regiones hispanoamericanas, esta voz ha ampliado sus sentidos, aplicándose tanto a objetos de baja calidad como a personas consideradas inútiles. También se emplea como sinónimo de "persona despreciable", sobre todo en contextos de crítica informal.
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La riqueza del habla andaluza, marcada por giros propios y una pronunciación característica, hace que algunas de sus palabras más habituales resulten desconcertantes para el resto del país. ‘Penco’ es solo una muestra de ese vasto repertorio que, si bien enriquece el idioma, también pone de manifiesto las barreras que aún existen entre las distintas formas de hablar español en el mismo territorio.
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