El aceite español busca consolidarse en EEUU y crecer en Mercosur y Asia
El sector muestra en la feria Expoliva de Jaén su fortaleza ante los aranceles, pero su preocupación por la caída de precios, la falta de mano de obra y de infraestructuras hídricas
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F225%2Ff6c%2Fc56%2F225f6cc568bfb106110eca28f5aae7cb.jpg)
El sector aceitero español ha sorteado relativamente tranquilo los primeros meses de gobierno (y desafío mundial) de Donald Trump en la Casa Blanca “porque llegamos con los deberes hechos”. Tras años escalando hasta conseguir superar a los italianos y liderar las ventas de aceite de oliva en EEUU, las empresas españolas ya sufrieron los golpes de la administración norteamericana en su primer mandato, en el que se sucedieron diversas medias proteccionistas.
Sin embargo, buena parte de las compañías españolas aprendieron la lección y buscaron socios locales, invirtieron en fábricas localizadas en suelo estadounidense o compraron directamente empresas americanas. Es el caso de Dcoop, Acesur, Deoleo o Borges.
El mercado norteamericano es fundamental por varios motivos, entre los que destaca sin duda su alto nivel adquisitivo. Según el Ministerio de Agricultura, el pasado año las ventas de aceite de oliva español a EEUU superaron por primera vez en la historia los 1.000 millones de euros, tras crecer un 58%.
Lo cierto es que se trató de un año excepcional motivado por los altos precios del oro líquido, ya que realmente se vendieron 113.416 toneladas, un 14% más que el año anterior.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fec6%2F38c%2F236%2Fec638c23688b6c4f033698f9402e98a8.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fec6%2F38c%2F236%2Fec638c23688b6c4f033698f9402e98a8.jpg)
Sin embargo, esas ventas y a ese precio da muestras de lo que están dispuestos a pagar por el aceite los estadounidenses, que, tras años de promoción, están aprendiendo a cocinar con este producto y descartar otras grasas tradicionales en países anglosajones.
De hecho, se han convertido en el segundo país más consumidor del mundo, por detrás de España, a pesar de su escasa producción, lo que les obliga a importar grandes cantidades.
Este tema ha sido uno de los más comentados en la feria Expoliva que un año más se ha celebrado esta semana en Jaén y que este año ha batido nuevos récords de participación, con más de 50.000 asistentes y con un aumento del espacio expositivo, al incorporar el Palacio de Deportes Olivo Arena como pabellón.
El Palacio de Ferias y Congresos de Jaén ha acogido 300 expositores directos y 183 indirectos de 14 países, en lo que pretende ser la edición más grande e internacional de las habidas hasta el momento.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F034%2Fb15%2Fad4%2F034b15ad42641c8cc5a0a31d85c2d230.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F034%2Fb15%2Fad4%2F034b15ad42641c8cc5a0a31d85c2d230.jpg)
La inauguración corrió a cargo del ministro de Agricultura, el cordobés Luis Planas, quien destacó la fortaleza del sector del aceite en España y su situación de liderazgo a nivel internacional. "Contamos con 2,8 millones de hectáreas, el 24 % del olivar mundial, y una producción estimada este año de 1,42 millones de toneladas, lo que supone el 40 % de la producción global".
Además, España ha alcanzado en esta campaña un récord histórico de exportación al superar los 6.000 millones de euros a pesar de haber exportado en volumen algo menos que en otras campañas.
Sin embargo, Planas lanzó un reto al sector: llegar a comercializar a nivel mundial 4 millones de toneladas antes del año 2040. “Para ello, vamos a aumentar la producción, abrir nuevos mercados y garantizar la rentabilidad de agricultores, de la industria y de la distribución".
Por su parte, el consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, recordó que el Gobierno andaluz ha aprobado hace dos meses la primera Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar Horizonte 2027, que cuenta con un presupuesto de más de 986 millones de euros. Este documento contiene 52 medidas, clasificadas en once áreas temáticas.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F526%2F72d%2F7ab%2F52672d7ab69c123d5a4733d215dc0ea5.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F526%2F72d%2F7ab%2F52672d7ab69c123d5a4733d215dc0ea5.jpg)
Sin embargo, más allá de las declaraciones públicas, buena parte de las conversaciones de estos días en Expoliva giran en torno a la preocupación de los productores por la caída de los precios.
La organización agraria COAG ha llegado a presentar esta semana una denuncia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por “una posible alteración artificial de los precios en origen del aceite de oliva".
Según esta asociación, hay un desfase injustificado de más de dos euros por kilo entre el precio real en origen del aceite de oliva (3,5 euros/kg) y el valor que debería tener (5,55 euros/kg). Este desfase podría hacer perder hasta 2.800 millones de euros a los olivareros.
Junto a ello, persisten dos de los grandes retos a los que se enfrenta el olivar andaluz y español: la falta de mano de obra y de relevo generacional; y el problema del agua.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F004%2F337%2F62c%2F00433762cf7332d0f03518a4e3685ebb.jpg)
Con respecto al primero, las distintas organizaciones agrarias y cooperativas siguen reclamando a las administraciones públicas una apuesta decidida por ayudar a los más jóvenes a encontrar en el campo una forma de vida sostenible y que no abandonen los pueblos. “Muchos nos han visto a sus padres trabajar como mulos y además ser maltratados por la Administración, que nos ha ahogado en leyes y papeleo”, explican muchos agricultores.
Con respecto al tema del agua, el sector empieza a asumir que solo aquellos olivares con regadío podrán subsistir en el futuro mientras que los tradicionales campos en secano van a seguir perdiendo competitividad permanentemente.
Andalucía está en plena transformación y pero un 70% de su superficie olivarera sigue en secano y en zonas donde no hay previstas nuevas inversiones hídricas, según Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía.
Por eso, exigen a las Administraciones públicas que hagan de estas infraestructuras una prioridad en los presupuestos de los próximos años.
A pesar de todos esos retos, el sector sigue mostrando una fortaleza digna de mención y el aceite de oliva sigue siendo el producto estrella de las exportaciones andaluzas y españolas, además de un referente de nuestra agricultura, salud, gastronomía y forma de vida mediterránea.
Andalucía cuenta con más de 1,6 millones de hectáreas, el 62% del olivar nacional y el 15% de superficie mundial. Este sector genera alrededor de 20 millones de jornales por campaña, lo que representa aproximadamente el 40% del empleo agrario generado en Andalucía. La producción de aceite y aceitunas generó 3.648 millones de euros en 2023, lo que supone el 58,7% de la producción de la rama agraria andaluza.
El olivar es el principal cultivo de Andalucía, que se sitúa como la primera región productora del mundo, con una industria transformadora que cuenta con 850 almazaras, 772 envasadoras, 17 refinerías, 41 orujeras, 225 entamadoras y 116 envasadoras de aceituna. Es, además, el producto andaluz con mayor valor por exportaciones entre enero y noviembre de 2024. Las exportaciones en estos once meses ascienden a 4.250 millones de euros, lo que supone un incremento del 43% respecto a las ventas del mismo período del año anterior.
El sector aceitero español ha sorteado relativamente tranquilo los primeros meses de gobierno (y desafío mundial) de Donald Trump en la Casa Blanca “porque llegamos con los deberes hechos”. Tras años escalando hasta conseguir superar a los italianos y liderar las ventas de aceite de oliva en EEUU, las empresas españolas ya sufrieron los golpes de la administración norteamericana en su primer mandato, en el que se sucedieron diversas medias proteccionistas.