Los "chiflados de Dios" que iban a Roma a ver al Cachorro y se han encontrado con un nuevo papa

Al poco de morir el papa Francisco, el delegado diocesano de hermandades del Arzobispado de Sevilla, Marcelino Manzano, desveló una conversación que el pontífice argentino tuvo a raíz de la magna procesión que se celebró en la capital andaluza a finales del pasado año. En aquella ocasión, Bergoglio calificó a los cofrades hispalenses como "chiflados de Dios" por la intensidad con la que la ciudad vive su Semana Santa y todo lo que la rodea. Contó Manzano, según recogen las crónicas de la prensa local, que el obispo de Roma incluso pidió disculpas por si el apelativo pudo molestar en una ciudad que a veces tiene la piel demasiado fina en lo que respecta a las cofradías.

Un grupo de esos "chiflados de Dios" soñó hace más de un año con enseñarle al propio Francisco hasta qué punto llegaba su chifladura con la organización de una procesión con dos de las principales devociones de la Semana Santa andaluza, el Cachorro de Sevilla y la Esperanza de Málaga. El fallecimiento del pontífice ha impedido que el papa argentino presencie esta gran cofradía, en la que también estará el Nazareno de León, pero también ha provocado que los cientos de cofrades andaluces que llevaban meses preparando su viaje para acompañar a sus imágenes se haya encontrado, contra pronóstico, con un cónclave y con un nuevo jefe de la Iglesia católica que, entre otros cometidos, se va estrenar con el jubileo de las cofradías.

En las primeras horas tras la muerte de Francisco, la incertidumbre se apoderó de los sevillanos y malagueños, que temieron por la continuidad de la celebración. El viaje de las dos devociones andaluzas se enmarca en el jubileo que Roma celebra cada 25 años y que multiplica el número de peregrinos que van a la capital italiana en busca de la indulgencia plenaria. Al fallecer el papa, todos los cargos del Vaticano decaen y eso es lo que le ocurrió a Rino Fisichella, el cardenal al que Bergoglio le había encargado la organización de la procesión. "Estamos como cuando se prevé lluvia, formando la cofradía sin saber si vamos a salir", expresó entonces Marcelino Manzano. Pero las nubes parecen haberse disuelto.

Hace ya varios días que la Hermandad del Cachorro mostró imágenes de cómo embalaban el paso en el que el cristo de Francisco Ruiz Gijón procesiona cada Viernes Santo. Las andas viajarán hasta Valencia para allí cruzar el Mediterráneo en ferry hasta Roma, mientras que la talla, obra cumbre del barroco sevillano, hará el trayecto en coche dentro de un molde creado ad hoc para evitar el deterioro. En su viaje pernoctará en bases militares hasta llegar al Vaticano, donde se prevé que reciba culto en la misma basílica de San Pedro, a pesar de la actividad que hasta este jueves se ha volcado en el cónclave para la elección del nuevo papa.

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Carlos Rocha. Sevilla

"Además de ver al Cachorro, quienes vayan a ver la procesión pueden encontrarse con la primera audiencia del pontífice o con algunas de sus primeras misas", señala Antonio Távora, responsable de Viajes Triana. Esta empresa de la capital hispalense ha organizado hasta 500 viajes a Roma para el jubileo de las cofradías, ya que además de ciudadanos particulares, se encarga de la peregrinación de la Archidiócesis de Sevilla. El empresario habla de "absoluta normalidad" en los pagos y la documentación que requieren este tipo de viajes, aunque sí hay clientes que preguntan por posibles cambios en la programación oficial.

Está previsto que la gran procesión parta del entorno del Coliseo y recorra varios kilómetros en una zona alejada del Vaticano el próximo 17 de mayo. Con un cónclave corto, será uno de los primeros actos del nuevo pontífice. "Las noticias que tenemos es que no hay nada definitivo", apunta Távora, que ofrecía viajes con una duración a partir de 3 noches para adaptarse a los distintos presupuestos. En el caso de la Archidiócesis hispalense había dos programas, uno de 8 días y otro de 5, pero el responsable de Viajes Triana recuerda que el viaje que encabeza el arzobispo José Ángel Saiz tiene por objetivo hacer la peregrinación de las siete iglesias de Roma que conduce a la indulgencia plenaria del año santo que empezó el pasado diciembre.

"Nos preocupa cuánta gente pueda haber", cuenta la sevillana Carmen Cabrera, que reservó el alojamiento para ir a Roma a ver al Cachorro en abril de 2024. Los vuelos los consiguió hace ahora unos seis meses, cuando se pusieron a la venta. Esta trabajadora del sector de la publicidad viaja con sus dos hermanos, que salen en la procesión, y estarán en la ciudad eterna entre el viernes 16 de mayo y el domingo 18. "No queríamos perdérnoslo", admite con cierta preocupación, pero también con ilusión al ver que todo marcha más o menos según lo previsto.

En Viajes Triana no tienen constancia de ninguna cancelación, igual que tampoco la tienen en Ispavilia, una empresa de divulgación cultural que empezó hace varios años a organizar también viajes. Jesús Pozuelo es su impulsor y la visita que coincidirá con la procesión del Cachorro y la Esperanza de Málaga será la décima que organice. "Somos 30 y mi madre es la única que está preocupada", explica este licenciado en Humanidades por la Pablo de Olavide, que admite que este viaje se agotó en apenas un par de meses, más rápido que otras ediciones anteriores.

El sábado por la tarde los viajeros que van con Ispavilia lo tienen libre para asistir a la procesión, pero el resto de los días que están en la capital italiana estarán llenos de actividades culturales. "No cambia nada por la muerte del papa Francisco", explica Pozuelo, que llevará a sus viajeros a los foros, al Coliseo, a San Pietro in Vincoli para ver al Moisés de Miguel Ángel o a Santa Maria della Vittoria para conocer el Éxtasis de Santa Teresa que esculpió Bernini.

Pero no todo el mundo ha seguido adelante con sus planes, como le pasa a Estrella Carreño. Esta sevillana le propuso a su ahora esposa, con la que se casó el pasado marzo, aprovechar la procesión del Cachorro y la Esperanza para viajar a Roma después de su boda. "Es histórico, algo que va a pasar una vez en la vida", remarca Carreño, que tiene una relación profunda con la Semana Santa de Sevilla. Reservó el hotel también hace casi un año para un viaje de 6 días, pero los posibles cambios provocados por la muerte del papa y el cónclave optaron por cancelar el alojamiento. "Nos cogía un poco en medio de todo, sin saber qué pasaba; ir a Roma siempre es un placer, pero no sabíamos qué nos íbamos a encontrar", zanja.