El puzle de la izquierda andaluza por el que suspira el PSOE: Sumar, IU, Podemos y Adelante
Los socialistas sueñan con un escenario casi imposible que pasa por la reconciliación del partido que fundó Teresa Rodríguez con sus viejos socios, capitaneados ahora por Antonio Maíllo como líder federal
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Hace no tanto, en la primavera de 2018, todas las fuerzas a la izquierda del PSOE andaluz acudieron juntas a unas elecciones bajo una sola marca. Aquel proyecto se llamó Adelante Andalucía, un empeño personal de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo que superó los recelos de las dos organizaciones que entonces lideraban, Podemos e IU, en la comunidad más poblada del país. Siete años después de aquella candidatura de unidad, Rodríguez ha vuelto a su puesto de profesora en Puerto Real tras refundar Adelante como un partido andalucista alejado de cualquier fuerza federal y Maíllo, tras retirarse temporalmente, se ha convertido en el líder federal de IU. No tienen relación tras una ruptura dolorosísima que hace imposible pensar en cualquier reconciliación de los proyectos de los que ambos forman parte. Pero hay quien sueña con esa posibilidad.
Cualquier responsable de los partidos de la izquierda radical —ellos prefieren el adjetivo "transformadora"— esboza una sonrisa socarrona cuando se plantea una hipotética reunión del espacio político. Quienes abogan por favorecer escenario aluden a un hecho diferencial, que la relación entre IU y Podemos en Andalucía es quizás la más saludable de todo el país, muy alejada del divorcio que se produjo en Madrid a cuenta del surgimiento de Sumar. Ayuda bastante que el proyecto político de Yolanda Díaz, que en 2018 era una simple abogada laboralista y dirigente de la izquierda gallega con carnet del PCE, apenas tenga peso en Andalucía, más allá de reunir a los retales de lo que en algún momento fue Más País.
"Allí solo faltarían los de Teresa Rodríguez", expresó en Madrid un alto cargo andaluz del PSOE hace apenas unos días, en alusión a una posible integración de Adelante en la amalgama de la izquierda. Esas son las tesis que manejan algunos dirigentes socialistas, que en privado incluso admiten una intención por favorecer una posible alianza, aprovechando que las relaciones en la oposición de izquierdas pasan por un buen momento. A pesar de los navajazos de antaño, hay una cierta unidad de acción. E incluso el más reacio de los actores de este espacio, Adelante Andalucía, admite la posibilidad de un acuerdo en caso [improbable] de que las próximas elecciones andaluzas arrojasen una mayoría de izquierdas.
En una entrevista reciente en 7TV, el líder de la formación andalucista, José Ignacio García, reconoció que no tardarían "ni un minuto" en ponerse de acuerdo con el PSOE y Por Andalucía para desalojar a Juanma Moreno del Palacio de San Telmo. Pero eso no significa que una reconciliación con el resto de la izquierda sea un escenario próximo, por mucho que el PSOE suspire por esa quimera. Sería, indican los socialistas, una fórmula para no dispersar el voto, sobre todo en las provincias más pequeñas, como Huelva o Jaén, y en aquellas donde la izquierda tiene más problemas para lograr sufragios, como ocurre en Almería.
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"Hay voto que no se puede reflejar en escaños", dijo antes de Semana Santa María Jesús Montero en una comparecencia en Sevilla, donde habló de un "desperdicio metabólico del voto". La secretaria general de los socialistas hizo un "llamamiento", aunque "respetando ritmos y preferencias" para la búsqueda de una unidad, porque "los progresistas no nos podemos permitir que se distraiga ni una parte del voto que mejoren la vida de la gente". "Hay que buscar la mayor rentabilidad del voto de la izquierda", zanjó Montero, que se ofreció a hacer lo que esté en su mano "para animar a que la izquierda pueda confluir". "Estamos abiertos a escuchar cualquier sugerencia", zanjó.
Teresa Rodríguez abandonó Podemos en 2020 para armar una fuerza "de obediencia andaluza" después de liderar la formación morada en Andalucía desde su aparición en 2015 y tras sufrir durante años el jacobinismo de la cúpula dirigida entonces por Pablo Iglesias. Dio un paso al lado tras las andaluzas de 2022 y sigue ejerciendo influencia, pero su sucesor, García, mantiene sus mismas tesis. El objetivo de Adelante es reforzarse como partido y difícilmente se consigue eso entrando en una alianza con sus viejos socios. El pasado fin de semana los militantes, cuyo número se desconoce a pesar de la presión de los medios por conocer el dato, eligieron al actual portavoz como candidato a los comicios previstos para mediados de 2026, alejando cualquier escenario de unidad.
La formación andalucista con tintes anticapitalistas combina iniciativas de alto impacto mediático con otras más posibilistas, como la ley de gafas gratuitas que acaba de lograr su tramitación en el Congreso de los Diputados por unanimidad. Adelante tiene un mensaje y un discurso propio, reconocen en la izquierda y también en la derecha. Y no quieren ni oír hablar de alianzas. Ya en el intento por pergeñar una candidatura única de 2022 se quedaron fuera, a pesar de que entonces el círculo de Yolanda Díaz hizo el intento de seducir a los andalucistas, sin demasiado éxito.
Adelante Andalucía ya ha designado a José Ignacio García como candidato y Por Andalucía aspira a tener al suyo, como tarde, en septiembre
Aquel proceso se cerró con un acuerdo in extremis entre IU, Podemos y otras fuerzas de menor calado y contó con la participación activa de la ministra de Trabajo. La gallega señaló a la que fue candidata, Inmaculada Nieto, para enfado de los morados, que habían apostado por Juan Antonio Delgado tras unas primarias en las que participaron más de 6.000 personas. La negociación a cara de perro resultó en un acuerdo frágil que a punto estuvo de saltar por los aires tras el pobre resultado. Solo lograron 5 diputados: tres morados, la candidata de IU y la entonces líder de Más País, Esperanza Gómez, ahora responsable andaluza de Sumar.
Tras el envite inicial, las aguas se calmaron poco a poco y la colaboración entre las distintas familias es óptima y todos dan por hecho en privado que la alianza se repetirá en 2026. El PCA e IU han bendecido la continuidad de Por Andalucía y han echado lazos a la nueva dirección de Podemos, encabezada por Raquel Martínez y también afín a la unidad. Pero hay mucha prudencia entre los morados, inmersos ahora en su asamblea estatal y en pleno proceso de relanzamiento de Irene Montero.
¿Cómo se leería en este contexto un gesto público de unidad con los socios mientras que en Madrid hay una guerra abierta? Nadie quiere experimentar en sus carnes la respuesta esa pregunta y todas las fuentes consultadas dan por hecho que los movimientos se producirán tras el cónclave de Podemos. Lo que sí está claro es que los distintos partidos parecen haber aprendido la lección de 2022 y quieren que el proceso para cerrar la alianza tome forma antes del verano para poder designar a un candidato que ponga a la izquierda en modo electoral en el año largo que queda de legislatura.
Hace no tanto, en la primavera de 2018, todas las fuerzas a la izquierda del PSOE andaluz acudieron juntas a unas elecciones bajo una sola marca. Aquel proyecto se llamó Adelante Andalucía, un empeño personal de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo que superó los recelos de las dos organizaciones que entonces lideraban, Podemos e IU, en la comunidad más poblada del país. Siete años después de aquella candidatura de unidad, Rodríguez ha vuelto a su puesto de profesora en Puerto Real tras refundar Adelante como un partido andalucista alejado de cualquier fuerza federal y Maíllo, tras retirarse temporalmente, se ha convertido en el líder federal de IU. No tienen relación tras una ruptura dolorosísima que hace imposible pensar en cualquier reconciliación de los proyectos de los que ambos forman parte. Pero hay quien sueña con esa posibilidad.