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Las 'batallitas' de puteros, infieles y Julianna Margulies en el gran burdel de Málaga que será (otro) hotel
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UN TIPO MURIÓ TRAS TRES DÍAS DE JUERGA

Las 'batallitas' de puteros, infieles y Julianna Margulies en el gran burdel de Málaga que será (otro) hotel

Scandalo, cuya historia está atravesada por múltiples investigaciones policiales, hacía honor a su nombre y protagonizó numerosas polémicas. La más internacional, cuando usó la imagen de la actriz de 'Urgencias' y 'The Good Wife' para una campaña

Foto: Valla publicitaria del —New— Scándalo. (Francis Silva)
Valla publicitaria del —New— Scándalo. (Francis Silva)

El nuevo milenio arrancaba con una efervescencia económica. La economía de Costa del Sol palpitaba entre promotoras y constructoras que se afanaban por enladrillar los pocos retazos de litoral que aun no había sido ocupados por una urbanización. Y las empresas inmobiliarias trataban de copar los mejores espacios publicitarios de los medios de comunicación. Pero sólo lo intentaban. Porque en Málaga había un negocio que rivalizaba con las grandes firmas del ladrillo. El negocio de la carne y los instintos. Scandalo: el gran burdel de la provincia. Una especie de hotel-discoteca en mitad del polígono Guadalhorce al que peregrinaban puteros de todo el país, despedidas de solteros, esposos infieles, narcos, ladrones, prófugos o veinteañeros sin dinero suficiente para pagar a una de las chicas y que se dejaban 20 euros en una birra para que se les acercase una caribeña de voz cadenciosa. Escenario de historias chungas y bizarras escritas entre copazos, lencería y tragaperras. Y que —aunque ella no lo sepa— incluyen a la mismísima Julianna Margulies: la actriz protagonista de Urgencias o The Good Wife. El Scandalo, después rebautizado con el adjetivo en inglés New, cierra sus puertas para dar paso a (otro) hotel.

Este nuevo equipamiento hotelero de la capital malagueña prevé ser un cuatro estrellas de 300 habitaciones, con cuatro salas de conferencias y tres restaurantes, enfocado al turismo de congresos. Llevará por nombre Málaga Nostrum y comenzará a ser una realidad con el derribo del conocido prostíbulo —previsiblemente— el próximo año.

Será el inicio del fin de un polémico negocio con una historia atravesada por operaciones policiales y cuyo lema —"Porque te lo mereces"— recorre la memoria colectiva de varias generaciones malagueñas. Un exitoso claim que se hizo viral en la época prememe, que protagonizaba faldones publicitarios en las portadas de los periódicos y que acompañó la que sin duda alguna fue la controversia más internacional del puticlub.

Corría el verano de 2016 y el establecimiento había decidido lanzar una campaña publicitaria para anunciar una renovación que se extendió a su nombre. Scandalo pasaba a llamarse New Scandalo y decidieron colocar una gran valla que casi les cuesta un millonario pleito con Fox Life. ¿El motivo? Pues una mezcla entre chapuza y cuñadismo. Alguien debió pensar que, para la elaboración del cartel que invitaba al club de alterne, no pasaba nada por utilizar una foto de Margulies para la serie The Good Wife que emitía la citada cadena.

Foto: Foto: Andreas Rentz/Getty Images.

La imagen robada pertenecía a una promoción de la afamada producción en la que la intérprete posa sensualmente junto al mensaje en inglés: "No dejes que el nombre te engañe", en clara referencia al título de la serie. La instantánea se insertó en una gran valla de varios metros en la que se leía la dirección, teléfono, web y el sugerente lema del "Gentlemen's club".

Fox Networks Groups España S.L. trasladó el asunto a su departamento jurídico al considerar que se había producido una violación de sus derechos. Las medidas incluían informar de lo ocurrido a la CBS, cadena creadora de la producción, y quien determinaba el uso de las fotografías promocionales. A los pocos días, el anuncio desapareció.

Una farra muy loca

Esta es sólo una de las numerosas historias surrealistas que tuvieron como protagonista —directo o indirecto— a un local de fachada acristalada y cuyo nombre en neón parecía un faro que atraía a sus clientes como un mosquitero eléctrico a los insectos. Uno de los más surrealistas fue un mallorquín que decidió irse de farra y que acabaría envuelto en una espiral de vergüenza y mentiras que le llevó hasta una celda.

"Era un hombre casado", apunta un agente que investigó el asunto, que recuerda que se presentó en dependencias policiales porque quería denunciar que había sido narcotizado para robarle la tarjeta bancaria y limpiarle 3.000 euros de la cuenta corriente. La presunta víctima relató a los agentes que había estado en el Scandalo y que, tras consumir una bebida, despertó somnoliento y sin recordar qué había ocurrido.

El S'cándalo ha sido punto de reunión, pero sobre todo, de celebración, de lo 'mejorcito' que pululaba por la Costa del Sol

Los responsables del caso se desplazaron al local y reconstruyeron los pasos del hombre. Entonces supieron que estuvo hablando con dos chicas sudamericanas y, tanto ellas, como el resto de testigos, desmintieron la secuencia de hechos descrita. Su versión comenzaba a desmoronarse, pero la constatación de que se lo había inventado todo, estaba en las cámaras de seguridad que el club tenía en puntos más restringidos. Las grabaciones mostraron al apurado esposo "con una toalla en la cintura y tirando de tarjeta" para que a la bacanal fuesen sumándose mulatas, rememoraron las fuentes consultadas, que describieron una fiesta alocada en la que no faltaron juguetes sexuales y que se prolongó durante un buen rato.

El hombre, finalmente, acabó confesando. Explicó que la noche se le fue de las manos y no sabía como justificar a su mujer los elevados cargos bancarios, así que decidió inventarse que le habían drogado y robado. Como es lógico, fue detenido, y las meretrices que fueron trasladadas a la Comisaría Provincial, puestas en libertad.

Lo cierto es que este conocido club de alterne ha sido escenario de investigaciones y detenciones de todo tipo. "Era habitual montar dispositivos para arrestar o identificar a elementos de interés", comenta un investigador que participó en esos operativos y que, entre toda la fauna que observó, se les quedó grabados "la cantidad de delincuentes comunes que venían del Campo de Gibraltar, vestidos con chándal y miles de euros en el bolsillo".

Y es que el Scandalo ha sido punto de reunión, pero sobre todo, de celebración, de lo mejorcito que pululaba por la Costa del Sol. Lo demuestran las balizas de seguimientos instaladas en los coches de los malos. Como las colocadas a una organización de tráfico de marihuana compuesta por búlgaros y españoles y que, cada vez que tenían éxito con el envío de un alijo, acababan de fiesta en el prostíbulo.

placeholder Fachada del club —New— Scandalo. (Google)
Fachada del club —New— Scandalo. (Google)

El local ha dejado actuaciones policiales increíbles. Allí, por ejemplo, los agentes interceptaron a un francés que se había fugado de una prisión en su país y que estaba divirtiéndose placenteramente con su documentación falsa. Y también fue el sitio en el que, en octubre de 2015, un hombre moría de un fallo multiorgánico tras supuestamente pasar tres días de juerga.

Una retirada a tiempo...

El final del Scandalo no supondrá una alteración de un mercado de la carne que en la actualidad huye de este tipo de locales, más visibles, para asentarse en domicilios particulares. Pero para los agentes que han investigado sus presuntas actividades delictivas, su cierre tiene "una importante carga simbólica". Sobre todo, porque el éxito de su frase publicitaria, así como su permanencia, parecía haber banalizado un negocio en el que mujeres prostituían su cuerpo.

La Ucrif, la unidad de la Policía Nacional encargada de luchar contra las redes de inmigración, explotación sexual y laboral y falsificación documental, es la que con más ahínco ha tratado de bajar la persiana de este club. Casi lo logró con una investigación que arrancó en 2009 y que desembocó en un juicio que arrancó una década después. En el banquillo se sentaron 21 administradores de cuatro clubes de alterne de Málaga y Córdoba, para los que solicitaban una suma total de 4.000 años de cárcel, entre otros cargos, por 167 delitos de explotación sexual. Uno por cada prostituta identificada.

Foto: Una manifestación en contra de la criminalización de las trabajadoras sexuales en Berlín. (EFE/Hannibal Hanschke)

Pero el llamado caso Scandalo acabó diluyéndose en la sala de vistas. El 21 de febrero de 2021 se hacían públicos los 200 folios de una sentencia en la que sólo se condenaba a dos acusados por delitos contra el derecho de los trabajadores. La pena que se les impuso fueron dos años y dos meses de prisión.

El juicio, no exento de polémica cuando alguien colocó un preservativo en el micrófono del fiscal Juan Andrés Bermejo, comenzó a torcerse cuando las testigos manifestaron que ejercían la prostitución de manera voluntaria y achacaron a coacciones policiales el haber mentido en sus primeras declaraciones. Se constató que los investigados se lucraban de las meretrices, pero no se pudo probar que se aprovecharan de una situación de vulnerabilidad o necesidad.

Los procesados esquivaron esa bala, pero los propietarios del club debieron pensar que era el momento del dar un paso al lado cuando el Tribunal Supremo (TS) confirmase en abril de 2023 la resolución de la Audiencia Provincial de Málaga. Un año y medio después, se consuma el adiós del Scandalo. Aunque eso no significa el fin de la prostitución en el polígono Guadalhorce. Entre naves y empresas, cada noche, decenas de mujeres seguirán vendiendo su cuerpo en lo que algunos han denominado como uno de los mayores "prostíbulos al aire libre" del país.

El nuevo milenio arrancaba con una efervescencia económica. La economía de Costa del Sol palpitaba entre promotoras y constructoras que se afanaban por enladrillar los pocos retazos de litoral que aun no había sido ocupados por una urbanización. Y las empresas inmobiliarias trataban de copar los mejores espacios publicitarios de los medios de comunicación. Pero sólo lo intentaban. Porque en Málaga había un negocio que rivalizaba con las grandes firmas del ladrillo. El negocio de la carne y los instintos. Scandalo: el gran burdel de la provincia. Una especie de hotel-discoteca en mitad del polígono Guadalhorce al que peregrinaban puteros de todo el país, despedidas de solteros, esposos infieles, narcos, ladrones, prófugos o veinteañeros sin dinero suficiente para pagar a una de las chicas y que se dejaban 20 euros en una birra para que se les acercase una caribeña de voz cadenciosa. Escenario de historias chungas y bizarras escritas entre copazos, lencería y tragaperras. Y que —aunque ella no lo sepa— incluyen a la mismísima Julianna Margulies: la actriz protagonista de Urgencias o The Good Wife. El Scandalo, después rebautizado con el adjetivo en inglés New, cierra sus puertas para dar paso a (otro) hotel.

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