Cada vez hay más niños que creen que ser empresario es cosa de hombres (y no es bueno)
Unicef constata en su cuarto barómetro de opinión a niños de entre 11 y 18 años que las posiciones estereotípicas han crecido en los últimos años a pesar de que el machismo es para ellos un problema menos preocupante
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Todavía se ven de vez en cuando algunas de esas fotos de familia de actos empresariales en la que sólo se ven trajes de chaqueta oscuros y corbatas en los cuellos. Y no porque las mujeres hayan optado por un look atribuido tradicionalmente a lo masculino, sino porque no hay mujeres. O quizás alguna que otra, pero nunca suelen ser mayoría a no ser que la fecha del evento sea cercana al 8 de marzo. Y eso es lo normal para casi 1 de cada 5 niños de los que han participado en el barómetro que Unicef publica en España desde hace un lustro para indagar en la opinión de los niños y adolescentes. El 18,6% de los menores de 11 a 18 años encuestados en la investigación que elabora la agencia de la ONU para la infancia considera que ser empresario es cosa de hombres. Y lo más llamativo es que ese porcentaje ha crecido en un 69% respecto a la anterior oleada, correspondiente a los años 2021-2022.
Hace dos años el 11% de los niños consideraba que gestionar empresa es propio de hombres, frente al 1,7% de las niñas que opinaba lo mismo. En la oleada que corresponde a los años 2023-2024 el porcentaje de niñas también ha crecido hasta el 3,9%, un aumento más acusado del que se registra entre sus compañeros después de un sondeo que se ha realizado entre 15.070 menores de entre 11 y 18 años en todas las comunidades autónomas. El resultado general detectado por Unicef es un "aumento de las respuestas masculinizadas y feminizadas", ya que ocurre tanto en un sentido como en otro. Y sobre todo se observa en las respuestas relacionadas con las profesiones.
Al igual que ocurre con la gestión de empresas, los niños consideran que la labor de velar por la seguridad de las calles les corresponde a ellos. Casi la mitad (46,6%) cree que los hombres son quienes deben trabajar como policías, mientras que en el anterior sondeo sólo el 30,4% hacía esa afirmación. Entre las niñas siguen siendo menos las que consideran que los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado deben ser hombres, pero el porcentaje ha pasado del 9,3% al 19,5%, más del doble. En el lado de las profesiones tradicionalmente feminizadas, el cambio es menor, como ocurre con los trabajadores de la limpieza. Para el 26,5% de ellos deben ser las mujeres mientras que en el anterior sondeo este porcentaje era del 21,3%. Entre las niñas el dato ha ido del 8,5% al 10,5%.
Y hay datos llamativos atendiendo a otros factores. Lon los mayores de entre quienes participan el sondeo, los que tienen entre 15 y 18 años, los que consideran que ser policía es propio de los hombres. Y los niños y niñas de alto nivel adquisitivo son más dados a considerar que la profesión de limpiar casas debe realizarse por mujeres (23%), frente a quienes tienen un nivel adquisitivo medio (18%) y bajo (16,6%).
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La conclusión a la que llega Unicef es que los niños y adolescentes muestran más estereotipos de género. "En todos los casos el porcentaje de chicos que selecciona que una profesión debe ser ejercida por hombres o por mujeres, duplica al de chicas, llegando incluso a cuadruplicar el porcentaje en el perfil de gestionar empresas", expresa el informe. Para Pilar Ramos, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, estos datos son un "reflejo de lo que sucede en el mundo de los adultos. "Hay un retroceso en las ideas relacionadas con la igualdad", abunda la experta que ha dirigido el barómetro en esta edición.
"Los niños, niñas y adolescentes consideran que para la sociedad las desigualdades de género no son una cuestión prioritaria", expresa José María Vera, director ejecutivo de Unicef España, que insiste en que los estereotipos de género se perpetúan especialmente entre los chicos. El barómetro desvela que la preocupación por el machismo y la desigualdad sólo son una preocupación para el 3,3% de los encuestados. Es el mismo porcentaje de menores que aluden a la guerra como una preocupación y muchos menos que los que se refieren a la economía (34,7%), a la política (14,2%) o a la contaminación (10,2%).
Los estereotipos de género que revela este barómetro de Unicef no sólo se circunscriben a las profesiones, sino también a rasgos de personalidad. El porcentaje de niños que cree que actuar como líder es propio de los hombres ha pasado del 16,3% al 19,3%, mientras que con el hecho de ser dominante ha pasado algo similar al evolucionar desde el 18,6% al 21,8%. Respecto a las características tradicionalmente vinculadas a las mujeres, ha ocurrido algo parecido. El 14,1% de los niños y adolescentes creen que expresar cariño en público es propio de las mujeres frente al 13,3% de hace un par de años. Y sólo el 3,3% piensa ahora que eso sea un rasgo masculino.
"Los niños no están en una burbuja, viven en una familia, van a centros educativos y reciben contenido desde las redes sociales", cuenta Pilar Ramos, que cree que parte de este aumento de los estereotipos responde a la polarización de la vida pública. "Es dañino enseñar a nuestros jóvenes que las diferencias se resuelven poniéndonos frente a frente", insiste la profesora de Psicología de la Universidad de Sevilla. El responsable de Unicef en España, José María Vera, cree que la forma de paliar este fenómeno está en incluir una visión de "derechos humanos y equidad" en la educación desde edades tempranas. "La educación es esencial para terminar con los estereotipos y las desigualdades, pero debe contar con el acompañamiento del ámbito familiar, institucional y social", abunda el director ejecutivo de la agencia de la ONU.
Vera admite que los avances en igualdad no deberían explicar el aumento de los estereotipos de género entre los jóvenes, pero pone el foco en "cómo se explican esos avances". "Si no se entiende que se trata de un marco de derechos humanos y se distorsiona el mensaje, viéndolo como una amenaza, es cuando pueden generarse resistencias", añade el jefe de Unicef en el país, que alude también al efecto que pueden provocar las redes sociales. "En general, las usan como vehículo de interacción social e información", cuenta. Pero se reconoce que existe un posible problema relacionado con la divulgación de ciertos cánones de belleza que pueden afectar especialmente a las niñas y adolescentes.
Todavía se ven de vez en cuando algunas de esas fotos de familia de actos empresariales en la que sólo se ven trajes de chaqueta oscuros y corbatas en los cuellos. Y no porque las mujeres hayan optado por un look atribuido tradicionalmente a lo masculino, sino porque no hay mujeres. O quizás alguna que otra, pero nunca suelen ser mayoría a no ser que la fecha del evento sea cercana al 8 de marzo. Y eso es lo normal para casi 1 de cada 5 niños de los que han participado en el barómetro que Unicef publica en España desde hace un lustro para indagar en la opinión de los niños y adolescentes. El 18,6% de los menores de 11 a 18 años encuestados en la investigación que elabora la agencia de la ONU para la infancia considera que ser empresario es cosa de hombres. Y lo más llamativo es que ese porcentaje ha crecido en un 69% respecto a la anterior oleada, correspondiente a los años 2021-2022.