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Rescate de vértigo a 130 metros de altura de un hombre que acabó detenido por maltrato
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EN EL EDIFICIO MÁS ALTO DE MÁLAGA

Rescate de vértigo a 130 metros de altura de un hombre que acabó detenido por maltrato

El arrestado, que había discutido con su esposa por una supuesta infidelidad, se subió a una de las Torres de Martiricos y amenazaba con saltar. Dos policías nacionales se jugaron la vida para salvar la suya cuando descolgó su cuerpo al vacío

Foto: Imagen de la Torres de Martiricos, en cuya última planta, la 30, se produjo esta vertiginosa actuación policial. (Google Earth)
Imagen de la Torres de Martiricos, en cuya última planta, la 30, se produjo esta vertiginosa actuación policial. (Google Earth)

Hay intervenciones que pueden marcar la vida de un policía, pero las jodidas son las que te la pueden robar. Ambas situaciones son las que vivieron dos agentes de la Policía Nacional que días atrás se jugaron el tipo para rescatar a un individuo que amenazaba con lanzarse desde la última planta de una de las Torres de Martiricos de Málaga porque, según confesó, su esposa le había descubierto una infidelidad. El hombre, que se descolgó al vacío a casi 130 metros de altura, y sólo sujetado por sus manos a una barandilla, fue posteriormente detenido por un delito de violencia de género hacia su pareja después de escapar del hospital y regresar al edificio, según pudo saber El Confidencial de distintas fuentes.

La actuación policial, similar a una vertiginosa escena de una película de acción, comenzó en torno a las dos de la madrugada del pasado martes día 4. La Sala del 091 recibía una llamada en la que se alertaba de que había un individuo con "intenciones suicidas" en la torre norte del complejo residencial, hotelero y apartamentos turísticos que ahora marca el techo de la capital malagueña con sus 30 plantas.

Una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana, compuesta por dos agentes con más de una década en el cuerpo, llega con celeridad al número 40 del Paseo de Martiricos. Se entrevistaron con una trabajadora del servicio de seguridad, y una segunda vigilante que explicó que era la esposa del individuo. Ésta explicó que su marido, también empleado de seguridad en las torres, y con clave de acceso a zonas restringidas, le había enviado a ella y a sus hijos una foto tomada en la última planta del edificio y acompañada por un texto en el que amenazaba con acabar con su vida saltando al vacío.

La pareja, según relató la mujer, había tenido una fuerte discusión horas antes por una presunta infidelidad cometida por el hombre, que cuando se topó con su compañera en la torre le dijo: "Me despido de ti L., hasta nunca".

Foto: Los dos agentes se reencontraron con el joven al que salvaron la vida (Policía Nacional)

Gracias a la fotografía, se pudo fijar una ubicación aproximada de dónde se podía encontrar el individuo. Era un espacio de la azotea en la que están instalados diversos aparatos de refrigeración. Cinco metros cuadrados con un suelo de chinos al que no se podía llegar con facilidad, si no se conoce el sitio con precisión. Por eso la vigilante acompañó a los agentes.

Se apearon del ascensor en la planta 30, pero desde allí no se podía acceder a la azotea, por lo que se vieron obligados a descender hasta la 29 y subir por una estrecha escalera de unos 15 metros hasta la azotea en la que sospechaban que estaba el hombre.

Las fuentes consultadas explicaron que, cuando al primero de los policías le quedaban cuatro o cinco escalones, pudo observar a un hombre de mediana edad que estaba sentado en el filo y con las piernas hacia fuera. Hacia abajo, casi 130 metros de altura.

"Si das un paso, me tiro", espetó al percatarse de la presencia del agente, que comenzó a dialogar con él para tranquilizarlo y que depusiera su actitud. El vigilante, en esos minutos eternos, contó que tenía muchos problemas familiares que se traducían en peleas con su esposa y sus hijos. Y que había huellas del pasado que seguían muy presentes y que le empujaban a acabar con su existencia. El agente construyó un relato para empatizar y ganarse su confianza. Le relató que era huérfano, que a lo largo de su vida había pasado por varios hogares de acogida y que con esfuerzo había llegado a lograr su sueño de ser policía. Pero cuando creía que comenzaba a controlar la situación, y subió el último peldaño de la escalera metálica, se volvió crítica.

El hombre, tras su rescate, escapó del centro sanitario, volvió al edificio y supuestamente intentó agredir e insultó a su pareja

"Hasta aquí hemos llegado", dijo, antes de girar su cuerpo y asomarse el vacío. Sólo sujeto a una barandilla por los brazos y apoyando los pies en un saliente de poco más de dos o tres centímetros. Los dos policías estaban a unos pocos metros de distancia e intentaban convencer al hombre de que volviese a sentarse. Pero no les hacía caso. El desenlace trágico comenzaba a ser una realidad hasta que la determinación del suicida flaqueó durante un segundo. Es el tiempo que necesitaron los agentes para lanzarse a por él, sujetarlo y subirlo de un tirón hacia arriba. "Lo siento mucho", balbuceó, mientras sus salvadores fueron conscientes de que la moneda había caído de cara porque un error podría haberlos arrastrado mortalmente.

La intervención duró unos 20 minutos que a estos dos agentes, según señalaron fuentes policiales, les pareció una vida. Una vez el hombre fue estabilizado, y la ambulancia partió para el hospital Regional de Málaga, se fueron a tomar un café para recobrar el resuello. Pero si creían que todo había acabado, estaban muy equivocados.

Cuarenta y cinco minutos después, cuando continuaban patrullando por la capital malagueña, recibieron un desconcertante aviso de la Sala del 091. Volvían a requerir su presencia en las Torres de Martiricos porque el protagonista del suceso se había escapado del centro sanitario y fue sorprendido en la recepción.

placeholder Las Torres de Martiricos, en cuya última planta se produjo el vertiginoso rescate, con la catedral de Málaga al fondo y cuando aún estaba en construcción. (EFE)
Las Torres de Martiricos, en cuya última planta se produjo el vertiginoso rescate, con la catedral de Málaga al fondo y cuando aún estaba en construcción. (EFE)

Los agentes, junto con otra patrulla de la Policía Nacional, se desplazaron hasta el complejo vertical y a su llegada vieron que la empleada de seguridad contenía a su compañero. Preguntaron a los presentes y les explicaron que el hombre supuestamente se abalanzó sobre su mujer, pero que la vigilante se interpuso para protegerla.

La víctima aseguró a los policías que su marido se había dirigido a ella "de forma violenta" y "con la intención de pegarle", informaron las citadas fuentes, que añadieron que la mujer manifestó que también había sido gravemente insultada. "Tengo miedo", confesó "bastante nerviosa", por lo que los agentes acabaron deteniendo al hombre por un presunto delito de violencia de género.

Con su traslado sobre las cinco de la madrugada, finalizó una intervención de vértigo que estos policías nunca olvidarán.

Hay intervenciones que pueden marcar la vida de un policía, pero las jodidas son las que te la pueden robar. Ambas situaciones son las que vivieron dos agentes de la Policía Nacional que días atrás se jugaron el tipo para rescatar a un individuo que amenazaba con lanzarse desde la última planta de una de las Torres de Martiricos de Málaga porque, según confesó, su esposa le había descubierto una infidelidad. El hombre, que se descolgó al vacío a casi 130 metros de altura, y sólo sujetado por sus manos a una barandilla, fue posteriormente detenido por un delito de violencia de género hacia su pareja después de escapar del hospital y regresar al edificio, según pudo saber El Confidencial de distintas fuentes.

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