Montero niega racismo en el pacto con Junts y cree que allana la aprobación de los PGE

María Jesús Montero defiende que no hay "racismo" en el pacto que el PSOE ha cerrado con Junts per Catalunya para la delegación de las competencias en materia de inmigración. Y también cree la vicepresidenta primera del Gobierno que la entente con el partido de Carles Puigdemont puede servir para allanar la negociación de los Presupuestos Generales del Estado por una mejor "disposición" de la formación independentista después del acercamiento de esta semana. La titular de Hacienda, durante un acto en la localidad sevillana de La Rinconada, ha mostrado su optimismo a pesar del torbellino que ha generado la proposición de ley registrada esta semana en el Congreso y el hecho de que no tiene garantizados los apoyos para salir adelante.

"No traslada ni una sola frase que se pueda interpretar que no sea que la inmigración es un fenómeno que tenemos que abordar con orden y sobre todo con integración de las personas que llegan", ha expresado la dirigente andaluza, que ha restado importancia a las palabras de Emiliano García-Page sobre el texto que los socialistas han firmado junto con los neoconvergentes y que tiene una exposición de motivos en la que se habla del "riesgo para la convivencia y la cohesión social" que supone la inmigración. Es cierto que esta parte de la proposición de ley no tiene un efecto jurídico, pero sí político y ha provocado escozor tanto en la izquierda como en determinados sectores del PSOE, a pesar de que no ha habido una respuesta interna muy sonora más allá del presidente de Castilla-La Mancha.

Montero ha garantizado este jueves en Sevilla que la política migratoria del Gobierno de Pedro Sánchez "sigue siendo la misma" y ha apostado por plantear la inmigración como "una oportunidad para el crecimiento" y por la "integración" y por "la capacidad de que estas personas aporten". "Hay que combatir la ola xenofóbica y la criminalización de los inmigrantes, que no aporta nada a la convivencia y es una intoxicación permanente", ha zanjado la vicepresidenta primera del Gobierno, que cree que todo el que llega a España tiene derecho a "una acogida", pero también ha hablado de la "voluntad de adaptarse a la forma de vivir del lugar al que uno llega".

La también secretaria general del PSOE andaluz ha querido dejar claro que el acuerdo que ya está en el Congreso no es una transferencia de competencias, sino una delegación. La titularidad, ha dicho, sigue siendo una potestad del Estado, que se abre a "colaborar" con la Generalitat para que la ejecución de estas políticas recaiga en "una administración más cercana a los ciudadanos". "Sigue siendo una línea roja", ha sentenciado la ministra de Hacienda antes de participar en la entrega del premio Almudena Grandes a Alana S. Portero y Martín Caparrós.

TE PUEDE INTERESAR

Un diputado de Compromís se suma a Podemos para tumbar la ley de inmigración de PSOE y Junts

Marisol Hernández Carlos Rocha

Para Montero, el acuerdo con Junts per Catalunya se trata de un "texto equilibrado" que responde a "una mayor expectativa de autogobierno que tienen algunos grupos políticos y, concretamente, Cataluña". "Que se lean el acuerdo", ha espetado Montero respecto a las críticas del PP pero también sobre las dudas de sus socios. Y ha restado importancia a la presencia de los Mossos en la gestión de las fronteras en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil.

La entente con Junts, a pesar del difícil recorrido que tiene el la Carrera de San Jerónimo, llega una semana después del anuncio de la condonación de 83.000 millones de deuda a las comunidades autónomas en virtud a un pacto con ERC. Estas dos victorias del Gobierno con sus socios de investidura catalanes hacen pensar en las posibilidades de que Montero afronte con más garantías la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. La política sevillana ha mostrado un cierto "optimismo" en La Rinconada después estas dos semanas, sobre todo porque detecta "una disposición más favorable" del partido de Carles Puigdemont.

"Pero eso no significa que haya nada hecho", ha reculado la líder del PSOE andaluz, que tiene intención de avanzar en el diseño de las cuentas antes de abandonar el tablero nacional y dedicarse al 100% a su candidatura autonómica. Según ha aclarado la política sevillana, las conversaciones no se han pausado en ningún momento, pero el actual momento político permite "retomarlas con más fuerza si cabe".

TE PUEDE INTERESAR

Moncloa cose su mayoría parlamentaria con gestos a Junts y ERC pero sin atar aún los presupuestos

Marisol Hernández

La responsable de armar las cuentas de 2025 ha matizado que las propuestas que hagan los distintos socios tienen que ser "compatibles entre sí". Este mensaje no es baladí, sobre todo si se tiene en cuenta la dificultad que halló el Ejecutivo a la hora de aprobar la reforma fiscal por la imposibilidad de compaginar las prioridades de sus aliados más escorados a la izquierda -Podemos- y las políticas que defiende en nacionalismo más conservador de Junts y el PNV. En la delegación de las competencias de inmigración a Cataluña se atisba un problema parecido, sobre todo por las presiones de los neoconvergentes, que son más restrictivos en la materia.

"El Gobierno se abre camino con el diálogo, es lo que hacemos permanentemente", ha añadido Montero, que ha reconocido que cada paso tiene su "negociación propia" y que "ningún acuerdo sirve para otro". "No le quito ni un ápice de complejidad [a la negociación de los PGE] por toda la carga política que tiene su elaboración", ha sentenciado la ministra de Hacienda.