Moreno tapona la crisis del PP de Sevilla y cambia al número dos por un hombre de confianza
La dirección regional de los populares interviene en la cúpula del partido en la provincia con mayor debilidad tras la filtración de información sobre posibles sobresueldos. Agustín Aguilera será el nuevo secretario general
Juanma Moreno ha intervenido el PP de Sevilla para intentar atajar la penúltima crisis de los populares en la provincia donde acumulan más problemas a pesar de la solidez que el partido tiene en Andalucía. El equipo del presidente de la Junta ha tomado cartas en el asunto de las filtraciones de información interna que apuntan a posibles sobresueldos y trasvases entre los fondos del grupo popular en la Diputación sevillana y el partido. La solución salomónica pasa por sacar del puente de mando al cargo al que apuntan como responsable de manejar estos datos, José Ricardo García, y colocar como secretario general a una persona que forma parte del organigrama de San Telmo.
El nuevo secretario general del PP de Sevilla, número dos en jerarquía, es desde este martes Agustín Aguilera. Jefe de la oficina económica del Gobierno andaluz y asesor muy cercano a la consejera de Hacienda y portavoz de la Junta, Carolina España, ocupaba hasta ahora la vicesecretaría de Economía de los populares sevillanos. Llegó a ocupar un puesto en la lista del partido al Parlamento por Sevilla y podría haber entrado en la Cámara el pasado año a sustituir a la diputada María Díaz, que falleció en el cargo. Rechazó esta posibilidad para seguir en su desempeño como uno de los cerebros económicos en Torretriana, sede del departamento de Hacienda, en un momento clave como el actual.
El desembarco de Aguilera en la cúpula del PP de Sevilla es el intento de Juanma Moreno por taponar una vía de agua que los populares no son capaces de cerrar del todo a pesar de que la situación dista de la guerra total que vivía la formación hace apenas unos años. La destitución de José Ricardo García, que pasará a ocupar un cargo menor en la dirección regional del PP, responde a su posible responsabilidad en la divulgación de información interna del partido al ser identificado por El Correo de Andalucía como el encargado de sacar de una notaría los documentos donde estaban los datos sobre posibles sobresueldos.
Aquellos documentos fueron depositados ante notario por la exlíder del PP de Sevilla, Virginia Pérez, que durante años echó un pulso a la dirección de Juanma Moreno. Y con éxito, ya que se impuso en dos ocasiones a los candidatos respaldados por San Telmo. El presidente de la Junta tuvo que ganar unas elecciones por mayoría absoluta y lograr lo imposible —imponerse al PSOE en Sevilla por primera vez en la historia— para hacerse con los mandos del PP en la provincia que es el principal bastión socialista del país. Perez ha estado alejada de la actual crisis, pero envió al notario la información al llegar al mando en 2018 ante la pugna fratricida que es marca de la casa de los populares sevillanos.
La victoria en las autonómicas de junio de 2022 dio paso a un periodo de cierta calma que permitió a la cúpula regional a imponer un nuevo funcionamiento en el PP de Sevilla. Un año antes Juanma Moreno había logrado calmar las aguas al colocar a Ricardo Sánchez como presidente provincial, un hombre que no pertenecía a las familias tradicionales de un partido muy marcado por la sombra de Javier Arenas. Con este nuevo liderazgo, el PP andaluz favoreció la entrada de alcaldes independientes y exmiembros de Ciudadanos en el partido para mejorar las opciones en las municipales de 2023. A pesar de las resistencias internas, logró un éxito notable y se acercó más que nunca al PSOE, logrando más de 25 alcaldías cuando hace no tanto los alcaldes populares de Sevilla cabían en un taxi.
La calma tensa en el PP sevillano se ha mantenido hasta que Diario de Sevilla desveló el cobro de presuntos sobresueldos a cargos del partido en la etapa de 2011 a 2015, cuando los fondos logrados por la gran victoria de Juan Ignacio Zoido en la capital hispalense aumentaron los ingresos públicos del PP. Los señalados por esos cobros son cargos que ahora forman parte del equipo municipal de José Luis Sanz, alcalde de Sevilla y entonces secretario general de los populares andaluces. Se dio por hecho entonces que aquellas filtraciones eran un ejemplo de "fuego amigo", como confirmó a este periódico la dirección regional del PP, y que ha desembocado en la destitución de José Ricardo García como número dos.
Los populares anunciaron hace un par de semanas la apertura de una investigación interna en el Comité de Derechos y Garantías que, según fuentes del PP-A, no se ha llegado a formalizar. El asunto queda zanjado con la entrada de Agustín Aguilera en la cúpula del PP de Sevilla debe servir para volver a enterrar las luchas internas en la formación, pero no se acaban ahí todos los problemas del partido. Este mismo lunes el presidente, Ricardo Sánchez, ha acudido a declarar como investigado en una causa abierta en los juzgados de Carmona por presunta corrupción en la construcción de un tanatorio privado en Mairena del Alcor, la localidad donde fue alcalde antes de ser aupado al liderazgo de los populares sevillanos.
Sánchez, que también es el delegado del Gobierno andaluz en la provincia, declaró ante el juez que todos los informes necesarios para la edificación del tanatorio fueron emitidos. El estatuto del PP andaluz establece que para que un cargo sea apartado de sus responsabilidades debe ser procesado por delitos de corrupción y esta posibilidad todavía queda lejos. En San Telmo insisten en que no hay preocupación por la posible implicación del presidente del PP de Sevilla en este caso, aunque hay quien considera que la actual crisis está conectada con esa investigación judicial.
Juanma Moreno ha intervenido el PP de Sevilla para intentar atajar la penúltima crisis de los populares en la provincia donde acumulan más problemas a pesar de la solidez que el partido tiene en Andalucía. El equipo del presidente de la Junta ha tomado cartas en el asunto de las filtraciones de información interna que apuntan a posibles sobresueldos y trasvases entre los fondos del grupo popular en la Diputación sevillana y el partido. La solución salomónica pasa por sacar del puente de mando al cargo al que apuntan como responsable de manejar estos datos, José Ricardo García, y colocar como secretario general a una persona que forma parte del organigrama de San Telmo.