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Montero 'se pone' la camiseta del Che para competir por el andalucismo pujante
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EN LA PREVIA DEL 28-F

Montero 'se pone' la camiseta del Che para competir por el andalucismo pujante

La vicepresidenta anuncia que se desclasificarán los archivos de la muerte de García Caparrós, el joven asesinado en Málaga durante las manifestaciones del 4-D de 1977, a pesar de que el PSOE lo rechazó hace unos días

Foto: Maria Jesús Montero, con las hermanas de Manuel José García Caparrós. (EFE / Jorge Zapata)
Maria Jesús Montero, con las hermanas de Manuel José García Caparrós. (EFE / Jorge Zapata)

Son días de flautas dulces en el recreo y desayuno de pan con aceite para los niños de los colegios andaluces. Este viernes se celebra el 28 de febrero, día de Andalucía, y los partidos de la comunidad se envuelven en la bandera que diseñó Blas Infante hace más de un siglo. Más allá de lo institucional, el movimiento es lógico si se tiene en cuenta que el andalucismo impregna el ideario de todas las fuerzas políticas, con la excepción de Vox, sobre todo desde que Juanma Moreno consiguió identificar al PP con la blanquiverde, para disgusto de la izquierda. Este movimiento se explica perfectamente ante el caladero electoral que vota con la pulsera verde y blanca en la muñeca.

El porcentaje de ciudadanos que se dicen más andaluces que españoles se ha duplicado en un lustro, que es el tiempo que el Centro de Estudios Andaluces lleva publicando su encuesta sobre identidad en los días previos al 28-F. En 2021 eran el 11,8% de los andaluces los que asumían ese postulado y en este año son el 26,8%. Quienes afirman tener una identidad totalmente dual siguen siendo mayoría, pero han pasado en ese mismo tiempo del 77,1% al 54,1%. Este movimiento sociológico no se ha traducido en una explosión del único partido netamente andalucista en las encuestas (Adelante Andalucía), pero ha recrudecido la batalla por el andalucismo.

Así se entiende la presencia de María Jesús Montero este jueves en Málaga para presidir el acto de reparación con Manuel José García Caparrós, el joven asesinado en las manifestaciones por la autonomía de Andalucía el 4 de diciembre de 1977. Su presencia en la capital malagueña en la víspera del 28-F contrasta con la postura de su partido en la Mesa del Congreso, ya que el PSOE votó junto al PP para impedir la desclasificación total de los documentos sobre la investigación del asesinato del joven trabajador de una fábrica de cerveza. Este órgano parlamentario acordó a principios de mes hacer público los informes, pero sin revelar los nombres que en ellos se plasman.

Montero dio un volantazo a esta posición al anunciar que, a la mayor brevedad, se impulsará una iniciativa parlamentaria que facilitará la consulta sin restricciones de toda la información del caso. "Tenemos que saber cómo se produjo y quiénes estaban", dijo la líder del PSOE-A, por eso se va a trabajar en un "cambio normativo para acceder a esos documentos". El cambio de postura es llamativo, sobre todo después del choque que provocó la votación de los socialistas ante una petición de IU, que también participó en el acto de la Subdelegación del Gobierno en Málaga, al que acudieron las hermanas de García Caparrós.

Foto: Juanma Moreno y María Jesús Montero, en un acto en Málaga. (EP / Álex Zea)

Izquierda Unida, a través de Sumar, no ocultó su enfado por la posición de los socialistas en este asunto. Su diputado malagueño Toni Valero denunció que su socio de Gobierno no estuvo "a la altura de la defensa de la democracia y los derechos humanos que hoy se hace imprescindible", por lo que anunció que trabajaban en un recurso a la decisión de la Mesa del Congreso. Este miércoles reiteró la petición de acceder a los textos "sin tachones y omisiones".

Las quejas de la izquierda andaluza se aplacaron en parte cuando el Ejecutivo se sacaba de la chistera este acto homenaje a Caparrós envuelto en una Declaración de Reconocimiento y Reparación promovida por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. Pero este regalo, celebrado públicamente por Valero, podría estar envenenado porque deja intuir un viraje ideológico de la lideresa del PSOE andaluz para canibalizar a sus socios y que tuvo su punto de partida con un gesto.

Fue ese "¡hasta la victoria, siempre!" que llamó tanto la atención por ser un lema atribuido a Ernesto Che Guevara y que pareció una declaración de intenciones. La expresión pública de una estrategia para, al igual que ha hecho Pedro Sánchez a nivel nacional, reposicionar al socialismo andaluz en posturas más extremas e intensificar la batalla cultural.

La batalla por el andalucismo

El objetivo de esta estrategia sería elevar el tono contra un Juanma Moreno que se ventiló a Juan Espadas sin esfuerzo, pero en la diana también está todo el espectro de la izquierda y cuyos votos son el principal camino para que el PSOE crezca en apoyos. La fórmula es colonizar espacios ideológicos de sus hipotéticos aliados, arrebatarles sus banderas —como la Palestina— y seducir a sus votantes. Todo ello, aderezado con anuncios 'beneficiosos' para Andalucía que pueda hacer aprovechando su puesto en el Ejecutivo central. El último ejemplo: la quita de la deuda de las comunidades por el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

La dirigente socialista criticó el "postureo" y el "andalucismo de pulserita" de Juanma Moreno

María Jesús Montero calentó así la celebración del día de Andalucía y arremetió contra Moreno, que ha abrazado el sentimiento andaluz sin complejos, para enfado de Vox. El presidente de la Junta se reunió también con las hermanas de García Caparrós a finales de 2022 y el PP pactó con Adelante Andalucía una iniciativa en el Parlamento en defensa de la memoria del sindicalista asesinado el 4-D a pesar de que la familia del joven siempre ha estado vinculada a IU.

La dirigente socialista criticó el "postureo" y el "andalucismo de pulserita" del presidente autonómico en su apuesta por visibilizar a su PSOE-A como una opción andalucista y de izquierdas. "El Gobierno andaluz no cree en el Estatuto de autonomía, no cree en nuestra capacidad de autogobierno", reprochó Montero, que afirmó que "a lo que está permanentemente es al victimismo y a la confrontación". "No ha habido ninguna iniciativa, desde que gobierna Moreno Bonilla, para avanzar en competencias", censuró.

Este paso de Montero ya se notó en el cambio de color en la decoración del congreso regional de los socialistas, que se celebró el pasado fin de semana en Armilla (Granada). El rojo Ferraz desapareció del recinto, al contrario de lo que ocurrió en el cónclave de 2021 que entronizó a Juan Espadas, para ser sustituido por el verde Andalucía. Montero presume de acento cada vez que tiene ocasión, ya que su dicción ha sido motivo de burla por parte de sus contrincantes, sobre todo en determinados dirigentes del PSOE. Y este 28-F volverá a ejercer como representante del Gobierno en los fastos autonómicos, ahora como rival directa de Juanma Moreno, el hombre que vistió al PP de verdiblanco a pesar de su pasado contrario a la autonomía.

Son días de flautas dulces en el recreo y desayuno de pan con aceite para los niños de los colegios andaluces. Este viernes se celebra el 28 de febrero, día de Andalucía, y los partidos de la comunidad se envuelven en la bandera que diseñó Blas Infante hace más de un siglo. Más allá de lo institucional, el movimiento es lógico si se tiene en cuenta que el andalucismo impregna el ideario de todas las fuerzas políticas, con la excepción de Vox, sobre todo desde que Juanma Moreno consiguió identificar al PP con la blanquiverde, para disgusto de la izquierda. Este movimiento se explica perfectamente ante el caladero electoral que vota con la pulsera verde y blanca en la muñeca.

María Jesús Montero