Felipe González lanza un dardo al PSOE: "Me duele que los míos digan que trabajo para el PP"
El presidente del Gobierno reclama en Sevilla el final de los decretos leyes y desliza que Sánchez debería haber convocado elecciones ante su incapacidad de sacar adelante unos PGE en tiempo y forma
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"Ahora los míos dicen que trabajo para el PP; me duele, pero no mucho". Felipe González mantiene las distancias con el PSOE de Pedro Sánchez y lo ha vuelto a dejar claro en su ciudad, en Sevilla, donde este viernes ha participado en un foro de una organización de juristas de la capital andaluza. En un tono muy irónico, el expresidente del Gobierno ha dejado ver sus diferencias con la actual cúpula de su partido, aunque ha rechazado esas acusaciones de quintacolumnismo que le llegan desde las filas socialistas. "Si estuviera trabajando para el PP ya habrían ganado", ha bromeado ante un foro de unas 300 personas en la sede sevillana de la Fundación Cajasol.
González ha participado en una charla organizada por el foro Guadaliuris ante la presencia del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, el consejero andaluz de Justicia, José Antonio Nieto, y el presidente de Diputación, Javier Fernández. Dos populares y un socialista. Y ha lanzado varios dardos a sus sucesores al frente del PSOE en una intervención muy centrada en la política internacional, pero con píldoras domésticas que van desde la polémica del decreto ómnibus a la negociación para los Presupuestos Generales del Estado pasando por la relación entre su partido y Junts per Catalunya.
"Yo he estado muchas más veces con Pedro Sánchez que Pedro Sánchez consigo mismo", ha expresado el veterano exdirigente del PSOE, que ha criticado al jefe del Ejecutivo por su variabilidad. "No me da tiempo a adaptarme al último cambio", ha dicho sobre el secretario general socialista. Y ha recordado que estuvo alineado con él cuando aseguró que Nicolás Maduro era "un tirano". Ha tardado más de una hora en aludir directamente al presidente del Gobierno, aunque sí recuperó aquello del "puto amo" en otro dardo al político madrileño con el que mantiene un divorcio casi total.
El expresidente del Gobierno ha discutido también la política de alianzas de Sánchez y su cercanía con las formaciones independentistas. A la pregunta sobre el progresismo de la mayoría que sostiene al Ejecutivo, ha vuelto a contestar con ironía al afirmar que el más progresista de todos es Carles Puigdemont. "Es el único que progresa", ha bromeado el político sevillano, que ha asegurado que la política nacional se ha contagiado de las formas del independentismo desde que Junts per Catalunya forma parte de la gobernanza. "El procès ha cambiado de lugar", ha dicho González.
El histórico socialista ha criticado duramente la apuesta de los actuales mandatarios por gobernar a fuerza de decreto ley. González cree que esta práctica se ha generalizado a raíz de la pandemia y es común en la administración central, pero también en las autonómicas. "Tenemos que acabar con los decretos leyes", ha espetado el exjefe del Ejecutivo, que ha calificado de "absurdo" el debate sobre la conveniencia del decreto ómnibus o si es mejor la versión inicial o la que ha aprobado el Ejecutivo esta semana y que contará con el aval del PP.
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González se ha quejado amargamente de la ausencia de unos Presupuestos Generales del Estado y ha dejado caer que sería necesario una convocatoria de elecciones generales. El político sevillano ha recordado cómo en 1985 no contó con el apoyo de Convergència i Unió por decisión de Jordi Pujol y disolvió el Parlamento en cuanto finalizó la presidencia española del Consejo de la UE. Y ha vuelto a defender las bondades de un acuerdo entre las dos principales fuerzas del país. "Aquí no habrá reforma fiscal, ni política de vivienda, ni proyectos de país hasta que no se pongan de acuerdo los que se han declarado enemigos furiosos hasta la destrucción", ha sentenciado el expresidente.
"Ahora los míos dicen que trabajo para el PP; me duele, pero no mucho". Felipe González mantiene las distancias con el PSOE de Pedro Sánchez y lo ha vuelto a dejar claro en su ciudad, en Sevilla, donde este viernes ha participado en un foro de una organización de juristas de la capital andaluza. En un tono muy irónico, el expresidente del Gobierno ha dejado ver sus diferencias con la actual cúpula de su partido, aunque ha rechazado esas acusaciones de quintacolumnismo que le llegan desde las filas socialistas. "Si estuviera trabajando para el PP ya habrían ganado", ha bromeado ante un foro de unas 300 personas en la sede sevillana de la Fundación Cajasol.