Biorreactores de energía: la última iniciativa para rentabilizar el alga que invade las playas
Una empresa valenciana propone esta alternativa al Ayuntamiento de Tarifa, que acumula más de 40.000 toneladas de este organismo que coloniza poco a poco el litoral andaluz. La medida debería contar con el beneplácito del Gobierno
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Se ha vuelto tan cotidiana, que su nombre científico, Rugulopteryx okamurae, ya no resulta extraño. El alga asiática que coloniza las playas gaditanas, malagueñas o almerienses continúa su avance y los ayuntamientos afectados centran sus esfuerzos en mantener limpio su litoral para que el turismo no se vea dañado. ¿Pero puede haber una ventana de oportunidad en esta especie invasora que daña la biodiversidad marina? Es lo que estudian diversos proyectos de investigación que buscan dar una utilidad a los miles de toneladas que cada año se retiran. Este lunes trascendió el último. El Ayuntamiento de Tarifa (Cádiz), uno de los municipios más dañados por esta plaga, estudia la propuesta de una empresa valenciana que asegura que podría generarse energía del metano que desprenden estos organismos durante su descomposición y pide instalar una planta piloto con un bioreactor.
Para calibrar el problema que está generando esta alga, apuntemos un dato: solo en Estepona (Málaga), y desde 2020 hasta finales de 2023, los servicios operativos retiraron 14.329 toneladas, generando un coste a las arcas municipales de un millón de euros al año. Además de afectar a especies marítimas autóctonas y provocar serios problemas a la pesca artesanal.
Por eso se buscan fórmulas que rentabilicen esta tarea y den una solución a la acumulación de estos residuos. Se estudió la aplicación de esta alga en el campo de la cosmética. E incluso se apuntó su utilización como ingrediente de una salsa picante o potenciador del mecanismo defensivo de la vid. Pero se sigue trabajando en opciones más interesantes. El Consistorio tarifeño, que el pasado verano retiró más de 11.000 toneladas, y que acumula más de 40.000, explicó este lunes otra posible alternativas de la mano de un proyecto de Poplac Development: una empresa que trabaja en la transformación de estos organismos en materiales de construcción, biofertilizantes o biogás y que explora su utilización como generador de energía.
En una reunión con autoridades locales, Alberto Ruiz, gerente de esta firma con sede en Valencia, detalló que estas algas desprenden gas metano durante su proceso de descomposición. Este gas puede ser una fuente energética. Para ello, según señaló, se precisaría de un bioreactor que "atrapa ese metano y lo convierte en energía".
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"No interferimos nada en el proceso, sólo contenemos el gas", que —por otro lado— es "contaminante" y genera infecto invernadero, preció el experto.
Ruiz, que detalló que han desarrollado una iniciativa similar en México con otra alga invasora, considera que Tarifa es un lugar interesante para instalar una planta piloto en la que se pueda tratar y dar un uso a la Regulopteryx okamurae.
El alcalde del municipio, José Antonio Santos, afirmó que estudiarán el proyecto y remarcó que, en el caso de que esta propuesta sea viable, deben contar con el beneplácito del Ministerio de Transición Ecológica. No obstante, se quejó del abandono que sufren los ayuntamientos a la hora de gestionar un problema que provoca un importante agujero en las arcas municipales y volvió a solicitar la ayuda de las administraciones autonómica y central.
Una 'startup' trabaja en una alternativa a los plásticos con la utilización de estas algas para crear envases biodegradables
La de Poplac no es la única propuesta imaginativa para encontrar una solución frente a esta especie invasora. Futuralga, una cooperativa andaluza de raíces gaditanas, incide en el impacto que tienen los plásticos en los mares y propone reducir su uso cambiándolos por un producto respetuoso con el medio ambiente "100% natural, biodegradable y compostable". Se trata de un "envase desechable y multiforme" surgido del tratamiento y transformación del alga invasora.
Esta innovación está basada en la economía circular y ha obtenido hasta el momento una docena de premios en distintos ámbitos. La CEO de esta startup, Sofía Tristancho, detalla que las algas que utilizan "son las depositadas en las playas, que no tienen ningún uso, ni valor comercial, y que son gestionadas como un residuo orgánico". "La idea es darle un valor añadido trasformándolas en material para la fabricación de nuestros envases", aunque también trabajan en otras aplicaciones.
Se ha vuelto tan cotidiana, que su nombre científico, Rugulopteryx okamurae, ya no resulta extraño. El alga asiática que coloniza las playas gaditanas, malagueñas o almerienses continúa su avance y los ayuntamientos afectados centran sus esfuerzos en mantener limpio su litoral para que el turismo no se vea dañado. ¿Pero puede haber una ventana de oportunidad en esta especie invasora que daña la biodiversidad marina? Es lo que estudian diversos proyectos de investigación que buscan dar una utilidad a los miles de toneladas que cada año se retiran. Este lunes trascendió el último. El Ayuntamiento de Tarifa (Cádiz), uno de los municipios más dañados por esta plaga, estudia la propuesta de una empresa valenciana que asegura que podría generarse energía del metano que desprenden estos organismos durante su descomposición y pide instalar una planta piloto con un bioreactor.