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Montero espanta las presiones en su salto a Andalucía: "No vuelvo, nunca me marché"
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En un acto con 500 militantes

Montero espanta las presiones en su salto a Andalucía: "No vuelvo, nunca me marché"

La vicepresidenta primera del Gobierno confirma su candidatura a liderar el PSOE andaluz y llama a la unidad para reforzar el partido y competir con el PP de Juanma Moreno: "Todo el mundo es imprescindible"

Foto: María Jesús Montero, en Sevilla durante la presentación de su candidatura. (Cedida)
María Jesús Montero, en Sevilla durante la presentación de su candidatura. (Cedida)
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"No vuelvo porque nunca me marché". Así ha querido María Jesús Montero confirmar que aspirará a liderar el PSOE de Andalucía en un acto en Sevilla arropada por 500 militantes y dirigentes de todas las familias del partido. Montero se ha afanado en dejar claro que este "paso adelante" es el "momento más especial" de la vida política de esta sevillana de 59 años. Que no vuelve porque es la solución óptima para intentar que la vieja maquinaria del socialismo andaluz vuelva a arrancar y sea competitiva en unas elecciones. "Voy a ganar y vamos a ganar", ha espetado la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda en un hotel de la capital andaluza.

La dirigente andaluza se ha bajado directamente del AVE en la estación de Santa Justa después de participar en el primer acto de España en libertad, el plan de Pedro Sánchez para conmemorar la muerte del dictador Francisco Franco. Ese viaje será la marca de la casa de los primeros meses de la era Montero en el PSOE de Andalucía, ya que Montero tiene intención de compaginar su labor como responsable de las cuentas públicas con la de jefa de la mayor federación socialista. En el partido y en su entorno están convencidos de que esa dualidad no sólo es posible, sino que ejemplifica la apuesta del presidente del Gobierno por enviar a Andalucía a su mejor mujer.

Y lo hace a pesar de que Montero tendrá que remangarse en las próximas semanas para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. La sevillana tiene intención de impulsar las cuentas antes dedicarse por completo a la tarea que le ha encomendado el jefe del Ejecutivo, que no es otra que devolver el vigor al PSOE andaluz para que sea capar medirse con Juanma Moreno, quizás el barón popular más consolidado del tablero político. Desde el hotel sevillano donde ha hecho su puesta de largo Montero ha mandado algún que otro dardo al presidente de la Junta, al que ha achacado una "resignación disfrazada de falsa moderación que, en el fondo, es incapacidad".

"Me duele Andalucía y me duele en la situación en la que el PP de Moreno Bonilla la ha dejado", ha espetado la dirigente sevillana, que ha criticado que la portavoz de la Junta andaluza haya dedicado "media rueda de prensa" del Consejo de Gobierno a "inmiscuirse" en los asuntos internos del PSOE andaluz. "Que se dediquen a gobernar y dejen de confrontar", ha espetado Montero en su versión más mitinera y para regocijo del medio centenar de asistentes, entre los que estaba Juan Espadas, a quien ha dedicado palabras de agradecimiento por su "trabajo inmenso".

Foto: Pedro Sánchez y María Jesús Montero en la última sesión del Congreso. (Europa Press/Jesús Hellín)

Montero ya es aspirante a dirigir el PSOE andaluz, después de registrar su candidatura, en el proceso congresual que finalizará en los días 22 y 23 de febrero en Armilla (Granada). Su entronización no será automática, como le ha ocurrido a su compañero Óscar López en Madrid. El catedrático de la Universidad de Sevilla Luis Ángel Hierro, que ya se presentó en 2021 contra Juan Espadas y Susana Díaz, presentó el martes su candidatura y ahora los dos tienen varios días para presentar unos 4.400 avales, que se corresponden con el 12% de la militancia del PSOE andaluz.

Hay dudas de que Hierro pueda conseguirlo, sobre todo si se tiene en cuenta que uno de los principales motivos que han llevado a Montero a dar el salto es que es la única aspirante que garantizaba un consenso amplio en una organización que todavía tiene abiertas las costuras de los últimos procesos orgánicos. La vicepresidenta de Gobierno es consciente de que tiene la tarea de coser un partido que todavía respira por las heridas de las primarias en las que Susana Díaz se enfrentó a Pedro Sánchez. "Todos somos imprescindibles", ha dicho en una intervención de una media hora proseguida de otra media hora de saludos a todos los que se han acercado a ella.

"El instrumento más importante que necesitan los andaluces es un PSOE fuerte, unido, cohesionado y con proyecto", ha dicho ante un auditorio en el que estaban representadas todas las facciones del socialismo andaluz. A Espadas, que renunció el martes a su candidatura precisamente porque Montero es la elegida, lo acompañó su círculo de fieles que lo han respaldado hasta el último momento. De los miembros de la Ejecutiva andaluza destacó la presencia de María Márquez y Ángeles Férriz, pero también de figuras críticas con el liderazgo del exalcalde de Sevilla, como el malagueño Josele Aguilar. Más llamativa ha sido la presencia de figuras próximas a Susana Díaz, que este miércoles ejercía como tertuliana de Cuatro, entre las que destacan Verónica Pérez o Fernando Rodríguez Villalobos.

El trabajo orgánico que le queda a Montero es mayúsculo a pesar de que es relativamente novata en las labores del partido. Montero sólo se afilió al PSOE en 2009, cuando se lo pidió José Antonio Griñán, después de acumular ya 5 años como consejera de Salud en los gobiernos de Manuel Chaves. A los dos los ha reivindicado, sin citarlos, al aludir al "intento por desalojar a gobiernos socialistas con noticias falsas y fallos judiciales". Ha sido su forma de acordarse del caso ERE y de la reciente revisión por parte del Tribunal Constitucional de la pieza política, en la que estuvieron condenados hasta 16 altos cargos de los ejecutivos en los que Montero participó.

Ese es uno de los principales obstáculos a los que se enfrentará Montero en su nueva travesía andaluza, su pasado. Y no sólo el más lejano. Su reciente papel como principal negociadora de Gobierno de Pedro Sánchez y engranaje en las relaciones con los socios de investidura también le añade plomo en las alas. Por eso se ha esforzado en defender la importancia del "sur" en su empeño para que "todos, vivamos donde vivamos, tengamos los mismos derechos". Era su forma de intentar despojarse del papel de negociadora con el independentismo y responsable de las concesiones pactadas para garantizar la supervivencia del Ejecutivo central en el último año y medio.

Foto: María Jesús Montero provoca las risas de Sánchez y Díaz en el Congreso. (EFE) Opinión

Montero sabe que asume una tarea titánica y que sólo pasa por reactivar un partido que presumía de tener una casa del pueblo en cada uno de los 785 municipios de Andalucía. Por eso ha animado a los militantes a trabajar en sus barrios, en los bares, en las asociaciones de vecinos, para "defender nuestro discurso" y "pelearse con aquellos que están contaminados por los poderes de siempre". Queda un año y medio para las elecciones andaluzas, pero en los círculos del hotel sevillano donde Montero ha escenificado su vuelta a su tierra hay quien ya hablaba de la "remontero"

"No vuelvo porque nunca me marché". Así ha querido María Jesús Montero confirmar que aspirará a liderar el PSOE de Andalucía en un acto en Sevilla arropada por 500 militantes y dirigentes de todas las familias del partido. Montero se ha afanado en dejar claro que este "paso adelante" es el "momento más especial" de la vida política de esta sevillana de 59 años. Que no vuelve porque es la solución óptima para intentar que la vieja maquinaria del socialismo andaluz vuelva a arrancar y sea competitiva en unas elecciones. "Voy a ganar y vamos a ganar", ha espetado la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda en un hotel de la capital andaluza.

María Jesús Montero
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