La opción de María Jesús Montero resucita en el PSOE andaluz a expensas de Moncloa
El nombre de la vicepresidenta resuena con fuerza como la única figura que serviría para convencer a todo el partido, a pesar de su paso por los gobiernos de Chaves, Griñán y Díaz y sus negociaciones con los independentistas
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El PSOE andaluz ha dado el pistoletazo de salida a su proceso de "renovación", que es la palabra que utilizó el secretario general de la mayor federación socialista, Juan Espadas, en el Comité Director celebrado en Jaén. El exalcalde de Sevilla es el único que ha confirmado su intención de presentarse al proceso, pero el debate que rodea su liderazgo desde el principio se ha recrudecido en las últimas semanas. Y con él, el baile de posibles nombres para sucederlo. El más repetido en los últimos días es el del jiennense Juan Francisco Serrano, adjunto a la secretaría de Organización de Santos Cerdán. El diputado de Bédmar es quien ha acaparado la mayor parte de los focos en la reunión orgánica, pero, al mismo tiempo, el nombre de María Jesús Montero ha vuelto a sonar con fuerza entre los dirigentes andaluces como una opción con garantías.
Este baile de nombres se produce cuando todavía no hay señales desde Moncloa sobre el futuro del PSOE andaluz. No ha ocurrido lo mismo en otras federaciones, la valenciana, la madrileña o la aragonesa. En las dos primeras hay ya secretarios generales enviados directamente desde el Consejo de Gobierno -Diana Morant y Óscar López- y en la tercera la intención es que Pilar Alegría suceda al crítico Javier Lambán tras postularse este sábado la ministra de Educación. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, está enfrascado en un "proceso de escucha", según expresan distintas fuentes socialistas, y no se puede descartar que actúe de la misma forma en la mayor federación del partido.
El nombre de María Jesús Montero ha planeado sobre el liderazgo del PSOE andaluz casi desde el principio. Ya sonó cuando llegó el momento de desalojar a Susana Díaz de San Vicente, sede regional del partido. Y ahora vuelve a la palestra, aunque hay fuentes que aseguran que nunca desapareció. El argumento a favor de la vicepresidenta y ministra de Hacienda es el alto nivel de conocimiento, su experiencia política y el favor que tiene entre la militancia y también los cuadros. Se da por hecho que, si diera un paso adelante, acabaría el debate sobre el futuro de la organización y las expectativas electorales del PSOE andaluz. Contra ella está su pasado político, ya que ha sido consejera de los gobiernos de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz, y su actual papel como nexo negociador con los socios independentistas.
"La posibilidad de María Jesús Montero ha vuelto", expresaba una fuente a principios de esta semana en conversación con esta redacción. Desde entonces, ese mismo mensaje se ha repetido una y otra vez y con más intensidad después del Comité Director celebrado en Jaén. "Es una gran apuesta política pero con grandes riesgos y sacrificios personales para ella", apunta un veterano dirigente que conoce bien a Montero. Siempre que se le ha preguntado, la vicepresidenta primera ha dejado claro que está a disposición del partido, pero en su entorno siempre ponen el foco en el papel que juega en Moncloa, como parte del núcleo duro del presidente y engranaje tanto de la coalición como de las relaciones con los socios en el Congreso.
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Un dirigente provincial alude precisamente a esa circunstancia para alejar la posibilidad de la vuelta de Montero a la política andaluza. "Ya no es sólo que sea ministra de Hacienda, es su papel en la negociación", dice este cargo socialista, que insiste en la "dificultad" de sustituir a un perfil como el de la sevillana. Es cierto que las operaciones de Moncloa para colocar en los territorios a sus ministros permiten cierto margen de maniobra y la marcha de Montero a Andalucía no supondría su salida del Gobierno de forma inminente. Es lo que ocurrió con Salvador Illa en Cataluña o con Teresa Ribera en su carrera europea, pero también con los citados Morant y López.
Montero nunca ha tenido una gran dedicación a la vida orgánica, aunque eso ha cambiado en los últimos años, sobre todo desde que es vicesecretaria general del partido a nivel federal. Esa circunstancia hace pensar en la posibilidad de que tuviera un secretario de Organización fuerte para controlar el territorio. Y esto no es baladí, ya que el nuevo equipo al frente del PSOE andaluz tendrá que afrontar una importante renovación a nivel provincial. Sólo dos de las agrupaciones provinciales tienen poder institucional y mantienen músculo, Jaén y Sevilla, mientras que el resto pasan una travesía en el desierto de difícil gestión después de la debacle en las municipales de mayo de 2023.
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Todos los dirigentes consultados por esta redacción, procedentes de todas las provincias andaluzas, confirman que el nombre de Montero ha vuelto a sonar con fuerza, pero es cierto que la posibilidad empezó a sonar en Sevilla. Es la provincia de origen de la ministra de Hacienda donde hay mayores suspicacias con el otro nombre que ha salido a la palestra. "Nadie le había dicho que no, pero tampoco que sí", cuenta un líder provincial en referencia a Juan Francisco Serrano, una opción que parecía más plausible hace unos días y que ahora ha recibido "un frenazo", según varias fuentes. Su elección iría encaminada a un proceso de renovación generacional que, quizás, pondría las miras no en 2026, sino en 2030.
Este lunes se produjo un pequeño temblor en medio del compás de espera cuando la reunión de la Ejecutiva del PSOE de Jaén se tornó en una suerte de muestra de apoyo a Serrano. No hubo un pronunciamiento formal, pero cuatro dirigentes locales se pronunciaron a favor de apoyar la candidatura del adjunto a la secretaría de Organización federal en caso de que dé el paso adelante. Fuentes de la dirección que encabeza Paco Reyes, secretario general jiennense, explicaron a este periódico que no se produjo un apoyo de la Ejecutiva, pero otras fuentes conocedoras del encuentro aseguran que miembros de la cúpula y alcaldes de Jaén si mostraron su apoyo sin reservas a Serrano antes de que se produzca el señalamiento de Ferraz. Lo llamativo es que el mismo lunes Pedro Sánchez, en su comparecencia de balance del año eludió respaldar una posible candidatura de María Jesús Montero y dejó la decisión en manos de "la militancia" andaluza.
"Esto hay que resolverlo cuanto antes", zanja un secretario general provincial, que alerta contra los riesgos de mantener esta incertidumbre varios días más con el desgaste que eso supone para el partido. La fecha límite está puesta entre el 7 y el 10 de enero, cuando está abierto el plazo de presentación de candidaturas para el congreso regional que se celebrará en Armilla entre el 22 y 23 de febrero. Hay otra jornada clave, la del 1 de febrero, cuando se deberían celebrar primarias en caso de que haya más de un aspirante. Pero no parece que las elecciones internas vayan a llegar. "Vamos a salir bien de aquí", sentencia esta fuente.
El PSOE andaluz ha dado el pistoletazo de salida a su proceso de "renovación", que es la palabra que utilizó el secretario general de la mayor federación socialista, Juan Espadas, en el Comité Director celebrado en Jaén. El exalcalde de Sevilla es el único que ha confirmado su intención de presentarse al proceso, pero el debate que rodea su liderazgo desde el principio se ha recrudecido en las últimas semanas. Y con él, el baile de posibles nombres para sucederlo. El más repetido en los últimos días es el del jiennense Juan Francisco Serrano, adjunto a la secretaría de Organización de Santos Cerdán. El diputado de Bédmar es quien ha acaparado la mayor parte de los focos en la reunión orgánica, pero, al mismo tiempo, el nombre de María Jesús Montero ha vuelto a sonar con fuerza entre los dirigentes andaluces como una opción con garantías.