El PSOE andaluz teme otra guerra en primarias si Sánchez no aclara el futuro de Espadas
Los socialistas de Jaén y Sevilla se tientan la ropa mientras el presidente del Gobierno habla con las distintas familias del partido antes de tomar una decisión. Juanfran Serrano toma impulsa y el nombre de María Jesús Montero vuelve a sonar
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"Las primarias son lo peor que le ha pasado a este partido". La frase es de un veterano secretario de Organización del PSOE andaluz con muchos trienios en la formación que ha vivido elecciones internas en el bando ganador y también en el bando perdedor y sabe lo difícil que es reparar las heridas que quedan después de este tipo de procesos. La sensación de este veterano dirigente es compartida, con algunos matices, en el enorme mentidero que es ahora mismo la mayor federación del PSOE. Los socialistas andan enfrascados en un debate interno sobre el rumbo que debe tomar la formación con la vista puesta en las elecciones de 2026. Por el momento solo han llegado a un consenso: no quieren otras primarias que puedan abrir en canal a un partido que lleva encadenando guerras internas desde que en 2017 Susana Díaz desafió, sin éxito, a Pedro Sánchez.
Es precisamente el presidente del Gobierno a quien todo el mundo mira en medio de la incertidumbre. El jefe del Ejecutivo y secretario general del PSOE está inmerso en un proceso de escucha, hablando con figuras de distintas sensibilidades, dibujando el mapa del socialismo andaluz para salir de la disyuntiva. Ahora mismo el único candidato es Juan Espadas, el actual líder socialista que asumió en 2021 la difícil tarea de desalojar a Susana Díaz del poder en San Vicente. Pero el nombre del jiennense Juan Francisco Serrano, adjunto a la secretaría de Organización federal, aparece una y otra vez como posible aspirante. Y hay quien no descarta tampoco la posibilidad de que María Jesús Montero vuelva a la política andaluza, aunque parece una opción más remota.
El baile de nombres ha generado un ruido ensordecedor que ha puesto al partido en una suerte de calma tensa. El entorno de Espadas no ha dado muestras de que su determinación por seguir al frente del PSOE andaluz haya cambiado a pesar de que las voces que abogan por su salida han elevado el tono en las últimas fechas. Hay que tener en cuenta que los socialistas no actúan de forma monolítica. Solo los secretarios provinciales de Huelva y Málaga han dado su apoyo sin reservas al exalcalde de Sevilla, pero cuentan con importantes sectores críticos en sus provincias que verían bien que Espadas diera un paso al lado. Incluso el secretario general del PSOE de Sevilla, Javier Fernández, eludió respaldar de forma expresa al exregidor hispalense durante el Congreso Federal, aunque luego ha matizado este mensaje.
En toda esta conversación hay sólo dos consensos. Uno pasa por reconocer el trabajo del secretario general del PSOE andaluz en estos tres años después de la guerra fratricida en la que quedó sumido el partido tras las primarias de 2017, la llegada a Moncloa de Pedro Sánchez y la pérdida de la Junta. "A Juan hay que darle una salida digna", expresa una fuente en un mensaje que se repite en varias conversaciones con dirigentes socialistas. Y el otro consenso es el rechazo absoluto a volver a abrir el partido en canal por unas elecciones internas. "No va a haber primarias", espetó el miércoles un dirigente de peso en el partido cuestionado sobre la situación, sin pronunciarse sobre quién será el jefe del PSOE andaluz cuando termine el proceso, a finales de febrero.
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Existe un cierto temor en el PSOE a que el movimiento de Pedro Sánchez, que se espera muy sutil y rodeado de un envoltorio de neutralidad, genere suspicacias territoriales en la mayor federación del partido. Espadas cuenta con el apoyo del PSOE de Sevilla y si no da un paso atrás, lo lógico es que su agrupación provincial lo apoye, pero no tiene por qué ser así. "¿El PSOE de Sevilla va a ir contra la dirección federal?", se preguntaba en la tarde del miércoles un dirigente sevillano. En el horizonte se vislumbra un posible choque de trenes que todo el mundo daría por desbaratado si el secretario general y presidente del Gobierno hablase con Espadas para pedirle un paso al lado. O al menos alguien de su confianza, como María Jesús Montero, que además mantiene una relación de confianza con el exalcalde de Sevilla.
En el entorno de Espadas y en parte del PSOE andaluz hay ciertas dudas sobre la idoneidad de Juanfran Serrano. "¿Vamos a cambiar de coche sin saber cómo es el coche nuevo?", decía un dirigente el miércoles en una metáfora sin citar al jiennense. Serrano fue alcalde de Bédmar (2.603 habitantes), la localidad donde ya fue regidor el actual líder del PSOE de Jaén, Francisco Reyes. Mantiene relaciones con cargos de su misma generación tras un paso por las Juventudes Socialistas de Andalucía (JSA), pero dio el salto a Madrid en la pasada legislatura, donde ha crecido al abrigo de Santos Cerdán, secretario de Organización. Y esa condición genera un cierto temor a ser señalado como el elegido de la dirección federal.
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"Esto es un proceso que se ha generado de arriba a abajo", reconoce una fuente del PSOE andaluz con buena conexión con Ferraz. Eso no significa que Serrano no tenga representantes en Andalucía que defienden su perfil como una apuesta por la renovación generacional. Si finalmente da el paso, contará con el apoyo mayoritario de la provincia de Jaén, que suele acudir de forma monolítica a los procesos internos, pero eso generará un movimiento equilibrador. El PSOE andaluz está muy debilitado en la comunidad, con la excepción precisamente de Jaén y Sevilla. Si finalmente es un jiennense quien se pone al frente de la mayor federación socialista, Sevilla ejercerá una suerte de contrapeso y lo lógico es que cuente con presencia relevante en la nueva dirección.
El Comité Director que convocará definitivamente el cónclave regional se reúne este viernes en Jaén y dará el pistoletazo de salida al proceso que culminará el 23 de febrero en Armilla (Granada). La fecha clave es el 7 de enero, cuando se abre el plazo de candidaturas. Espadas, que no ha hablado con Ferraz ni Moncloa en los últimos días sobre este asunto, no tiene intención de encender un escenario que ya está candente per se. "Los que tienen que hablar son los otros", expresa un dirigente crítico con el exalcalde de Sevilla.
"Las primarias son lo peor que le ha pasado a este partido". La frase es de un veterano secretario de Organización del PSOE andaluz con muchos trienios en la formación que ha vivido elecciones internas en el bando ganador y también en el bando perdedor y sabe lo difícil que es reparar las heridas que quedan después de este tipo de procesos. La sensación de este veterano dirigente es compartida, con algunos matices, en el enorme mentidero que es ahora mismo la mayor federación del PSOE. Los socialistas andan enfrascados en un debate interno sobre el rumbo que debe tomar la formación con la vista puesta en las elecciones de 2026. Por el momento solo han llegado a un consenso: no quieren otras primarias que puedan abrir en canal a un partido que lleva encadenando guerras internas desde que en 2017 Susana Díaz desafió, sin éxito, a Pedro Sánchez.