Muere Antonio Romero, "alcalde moral" de Málaga y azote de González en el caso GAL
Retirado de la primera línea desde 2008 debido a la enfermedad de Parkinson, ha fallecido este viernes a los 69 años en su casa de Humilladero (Málaga), después de unos días de ingreso hospitalario
Era un comunista de nueva guardia con una retórica muy cercana, llena de chascarrillos e inteligencia veloz. Hacía todo lo posible por convertirse en amigo de los periodistas, a los que satisfacía con titulares y frases ocurrentes. Antonio Romero, fundador de Izquierda Unida, azote de Felipe González en el caso GAL, ha muerto este viernes en su casa de Humilladero (Málaga), el mismo municipio donde había nacido en 1955. Llevaba más de 15 años sufriendo la enfermedad de Parkinson.
Romero se convirtió en uno de los aliados fundamentales de Julio Anguita en la Izquierda Unida de finales de la década de los ochenta. Su oratoria deslumbró en el Parlamento de Andalucía y Anguita le fichó para ser diputado. Estuvo en el centro de la “pomada” política de Madrid, sin olvidar nunca su tierra natal, participando en el debate y acción política contra la Guerra del Golfo o la abolición de la pena de muerte en el Código Militar.
No tenía muy claro Romero abandonar la capital para bajar a Málaga. Sin raíces en la segunda urbe andaluza, protagonizó una de las grandes contiendas municipales de la Democracia. A aquello se le llamó “la batalla de Málaga”. Tres pesos pesados de la política nacional se jugaban la Alcaldía de la sexta ciudad de España tras 16 años de Gobierno de Pedro Aparicio, el alcalde socialista ilustrado que modernizó la ciudad.
Aquella batalla fue formidable. Los equipos del PP de Celia Villalobos y el del PSOE de Martín Toval rivalizaban con IU por reunir votos. Las elecciones del 28 de mayo de 1995 dieron como resultado una victoria nada arrolladora de Villalobos con 15 concejales, a tan solo uno de la mayoría absoluta. Martín Toval, que había sido portavoz en el Congreso de 202 diputados socialistas, el récord de los Gobiernos González, quedó tercero, con siete ediles. La unión de IU, con nueve concejales y PSOE le daría la Alcaldía a Romero.
Ha muerto nuestro querido Antonio Romero, quien demostró que la dignidad es más que una palabra, es la base sobre la que construir todas nuestras políticas.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) November 29, 2024
Que la tierra te sea leve, compañero. pic.twitter.com/H8rSATpZU8
En una bocacalle del Paseo de los Tilos de Málaga, en el distrito de Cruz del Humilladero, no muy lejos del antiguo Cine París, había organizado Romero y sus huestes una fiesta por su segundo puesto, que olía a triunfo, a Alcaldía. Subido a una tarima, en plena euforia, le gritaron lo que era previsible: “¡Alcalde, alcalde!”. En el Onda Pasadena, un bar de copas del Centro de Málaga y apenas una hora después, gente de su equipo ya se estaban repartiendo concejalías: “Yo me pido Turismo”, dijo un lugarteniente de Romero a un grupo de periodistas.
La negociación entre IU y PSOE tuvo un protagonista indiscutible, Felipe González. El presidente del Gobierno no estaba dispuesto a permitir que el alcalde de Málaga fuera Antonio Romero, quien se había convertido en su pesadilla en la comisión parlamentaria del caso Roldán. En entrevistas en televisión y en radio (era asiduo de El primero de la mañana de Antonio Herrero en la Cope) hacía referencias al “señor X” (léase González).
Antonio Romero es la alegría comunista y militante. Su trayectoria es un ejemplo de compromiso y lucha por mejorar la vida del pueblo que nunca dejó de encarnar.
— Antonio Maíllo 🇪🇭🔻 (@MailloAntonio) November 29, 2024
Honor y gloria, querido Antonio ✊ pic.twitter.com/vZRuNH7GZz
En la sesión de investidura, Villalobos consiguió los votos necesarios para ser alcaldesa y Romero se quedó compuesto y sin vara de mando. Nada más acabar el acto, en los pasillos de la Casona del Parque, la sede del Ayuntamiento de Málaga, dijo que era “el alcalde moral”.
Romero se compró un piso en el barrio de Huelin y aguantó cuatro años como líder municipal. Tras el fin del primer mandato municipal de Villalobos, donde Francisco de la Torre, el alcalde que lleva 24 años gobernando Málaga, era teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, volvió al Parlamento de Andalucía. Se retiró en el año 2008 de los cargos públicos. Hijo de jornaleros y militante en la clandestinidad y desde los 16 años del Partido Comunista de España (PCE), fue el primer secretario general de Comisiones Obreras del Campo de Andalucía.
Es autor de varios libros como ‘
En agosto de 2010, El Confidencial pasó una larga jornada con Romero en Humilladero, “el monarca de los galgos”. En su casa homenajeaba a Dolores Ibarruri, 'la Pasionaria'. También hay una reproducción de Alberti. “Por aquí han pasado todas las televisiones de España”, decía, orgulloso. Reconoció a este diario que le hubiera encantado ser periodista o abogado.
Se ha ido una de las personas más insignes del pueblo andaluz.
— Toni Valero🔻 (@Toni_Valero) November 29, 2024
Tenía una mente privilegiada, un compromiso inquebrantable y llevaba donde fuera el cariño y fraternidad de quien siempre se supo parte de los más humildes.
De él aprendimos y en su trinchera seguiremos. pic.twitter.com/1c4XwGPkXI
En sus últimos años de vida, ya con la salud tocada y sin resto del caudal de enérgica voz que tanto le caracterizó, apenas se dejaba ver en público, pero estuvo informado hasta el último momento de la actualidad política. Con regularidad enviaba audios de WhatsApp y enlaces a diarios como ‘Mundo Obrero’.
Una de sus últimas fotos es del pasado 11 de mayo. En la agrupación local de IU depositó su voto en favor de la candidatura de Antonio Maíllo como líder nacional de la coalición de izquierdas que ayudó en su proyección pública… aunque se quedó sin poder ser alcalde de Málaga.
Era un comunista de nueva guardia con una retórica muy cercana, llena de chascarrillos e inteligencia veloz. Hacía todo lo posible por convertirse en amigo de los periodistas, a los que satisfacía con titulares y frases ocurrentes. Antonio Romero, fundador de Izquierda Unida, azote de Felipe González en el caso GAL, ha muerto este viernes en su casa de Humilladero (Málaga), el mismo municipio donde había nacido en 1955. Llevaba más de 15 años sufriendo la enfermedad de Parkinson.
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