Sanz vuelve a la carga con la Plaza de España: 3 o 4 euros por entrar y el sueño de un gran museo
El alcalde de Sevilla insiste en su voluntad de cobrar por pasear por la gran explanada, de propiedad municipal, a pesar de rechazo del Gobierno central. También sugiere trasladar el Bellas Artes al edificio de 1929 contra el criterio de la Junta
La Plaza de España va camino de convertirse en el símbolo del primer mandato de José Luis Sanz al frente del Ayuntamiento de Sevilla. El portentoso edificio diseñado por Aníbal González hace casi un siglo está bajo el foco del regidor popular desde que el pasado febrero lanzase un globo sonda que ahora toma altura de forma definitiva. El alcalde hispalense ha dejado claro este miércoles que tiene intención de que los visitantes que acudan a conocer la obra maestra del regionalismo sevillano paguen "3 o 4 euros" que sirvan para instalar seguridad privada las 24 horas del día.
El plan de Sanz es que su idea se haga realidad antes de 2027, pero tendrá que enfrentarse al rechazo del principal inquilino de la plaza, que es el Gobierno central. Y no es el único organismo que tiene reservas con las ideas que el alcalde del PP tiene sobre este edificio de ladrillo y cerámica. El martes, durante un desayuno informativo, el regidor sevillano recuperó un viejo anhelo que pasa por dotar a Sevilla de un gran espacio museístico para ser la sede del Bellas Artes. Y para el dirigente popular hay dos lugares que cumplen con los requisitos: uno es la antigua Fábrica de Tabacos, hoy sede de la Universidad de Sevilla (US); y, otro, la Plaza de España. Aquí la oposición está en la Consejería de Cultura de la Junta, que mantiene los planes de ampliación de la pinacoteca en el Palacio de Monsalves.
"No puede ser que la Plaza de España esté llena de despachitos de pladur", dijo el alcalde el martes. Era su forma de referirse al hecho de que en el edificio de Aníbal González tengan su sede varios organismos oficiales como la Delegación del Gobierno en Andalucía, la Subdelegación en Sevilla, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir o las oficinas de Extranjería. Según el dirigente del PP, solo tendría sentido mantener allí a "Capitanía", que es como los sevillanos se refieren al Cuartel General de la Fuerza Terrestre del Ejército, que tiene su sede en la parte central de la mole que está junto al Parque de Maria Luisa y que está a punto de cumplir un siglo.
La aspiración inicial de Sanz estaba más centrada en mudar el Bellas Artes a la antigua Fábrica de Tabacos, donde la US tiene su rectorado y las facultades de humanidades, como Historia, Geografía o Filología. La propuesta la lanzó en la campaña de las municipales y cosechó el sonoro rechazo del rector de la Hispalense. Lo llamativo es que la universidad depende en última instancia del Gobierno andaluz, en manos del PP. El Ejecutivo de Juanma Moreno no ha sido muy tajante en sus posicionamientos públicos para evitar roces, pero en Cultura han dejado claro que su plan para el Bellas Artes pasa por la ampliación diseñada hace más de una década y que cuenta con el aval del Ministerio de Cultura.
Sanz calificó de "parche" la ampliación a Monsalves para que la colección considerada como la "segunda pinacoteca de España" pueda exponerse con mayor holgura. El actual edificio es el antiguo convento de la Merced, desamortizado en el siglo XIX y que sufre estrecheces desde hace años. Lo llamativo es que mientras el alcalde popular insiste en que el camino está en la Plaza de España o la Fábrica de Tabacos, la Consejería de Cultura ha dado pasos hacia el proyecto de Monsalves. Arturo Bernal, ahora titular de Turismo, logró el compromiso de Ernest Urtasun de compaginar la ampliación del Museo Arqueológico (ya en marcha) con la ampliación del Bellas Artes. El socialista Miquel Iceta no estaba por la labor, pero Bernal convenció al dirigente de Sumar de cumplir con el viejo compromiso para que Sevilla no acumule más retraso en la actualización de sus grandes espacios museísticos.
El choque con el Gobierno andaluz sobre la Plaza de España y el Bellas Artes no ha pasado de una disparidad más o menos manifiesta entre compañeros de partido, pero el Ejecutivo central sí ha criticado con dureza la idea de Sanz. La sevillana María Jesús Montero, titular de Hacienda, aseguró en febrero que impediría al alcalde de la capital andaluza cumplir su objetivo de vallar la plaza y cobrar la entrada a los visitantes de fuera de la provincia de Sevilla. El Ministerio que dirige es el titular del uso del edificio regionalista, pero en el Consistorio hispalense aseguran que la propiedad es municipal.
La gestión de la zona, que va desde los bancos de las provincias —objeto de deseo de los turistas nacionales— hasta la frontera con el Parque de María Luisa, corresponde al Ayuntamiento. Y lo mismo ocurre con su mantenimiento, que es el principal motivo por el cual Sanz ha propuesto la clausura y la instauración de un precio para entrar en la Plaza de España. Hace unas semanas, el regidor popular ya abrió la puerta a revisar el contrato del festival Icónica Fest, un evento que lleva tres años celebrándose en el edificio. Según su relato, amparado por un informe de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, la presencia de miles de personas en los conciertos y la instalación de los escenarios tiene efectos negativos en la conservación de un inmueble que lleva décadas sufriendo problemas de vandalismo.
La intención es que el 75% de la recaudación sea para el Ayuntamiento y el 25% para el Estado. El precio será para todos, menos para los sevillanos
Con esos mimbres, Sanz defiende la necesidad de colocar este cerramiento, como ha dicho este miércoles en una entrevista en la Cope. En Urbanismo están ya diseñando el modelo de cerramiento, que ya está instalado parcialmente, y la fórmula que servirá para garantizar el acceso de los ciudadanos a las dependencias estatales que aloja la plaza. La intención es que el 75% de la recaudación sea para el Ayuntamiento y el 25% restante para el Estado a partir de esas entradas de 3 o 4 euros que pagarán todos los visitantes salvo los residentes o nacidos en Sevilla y su provincia.
El alcalde hispalense recibió hace unos días un apoyo inesperado (e involuntario) desde Roma. El regidor romano, Roberto Gualtieri, propuso hace escasas fechas el cobro de una tasa por entrar en la plaza donde está la Fontana di Trevi. El político italiano echó un cable al español, ya que uno de los argumentos contrarios al cierre de la Plaza de España responde a su condición de espacio público y no a un edificio propiamente dicho. Los contrarios al plan de Sanz defienden que el cobro de una entrada dificulta la permeabilidad de una zona que nunca ha tenido obstáculos a su uso, algo que en el Ayuntamiento descartan gracias a la gratuidad para los sevillanos.
La Plaza de España va camino de convertirse en el símbolo del primer mandato de José Luis Sanz al frente del Ayuntamiento de Sevilla. El portentoso edificio diseñado por Aníbal González hace casi un siglo está bajo el foco del regidor popular desde que el pasado febrero lanzase un globo sonda que ahora toma altura de forma definitiva. El alcalde hispalense ha dejado claro este miércoles que tiene intención de que los visitantes que acudan a conocer la obra maestra del regionalismo sevillano paguen "3 o 4 euros" que sirvan para instalar seguridad privada las 24 horas del día.