Andalucía no quiere perder el tren de las rebajas fiscales tras competir con Ayuso
El Gobierno andaluz estudia una revisión "quirúrgica" de impuestos a pesar de que Moreno ha alzado la voz al llegar al "límite" de su capacidad de gasto. El anuncio de 2022 sobre Patrimonio encendió las alarmas en Madrid y Barcelona
Andalucía ya no está para bajadas masivas de impuestos, pero en el Gobierno de Juanma Moreno no se descarta una rebaja "quirúrgica". El barón popular llegó a San Telmo con la misión de acabar con el "infierno fiscal" que el PSOE había instaurado en Andalucía. En ese relato encajaba la "bajada masiva de impuestos" -o BMI- que luego puso en práctica al llegar al poder. En los seis años que cumplirá en enero al frente de la Junta de Andalucía se cuentan seis reducciones fiscales, algunas tan sonoras como la bonificación del tributo al Patrimonio que encendió las alarmas en Madrid y Barcelona. Juanma Moreno quiere competir en la carrera fiscal, aunque se le está acabando la gasolina para hacerlo después de asegurar que está llegando al "límite" de su capacidad de gasto.
Carolina España, consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, desveló en comisión parlamentaria que estaba estudiando retoques fiscales en las cuentas de 2025, que su departamento ya está diseñando. "Como siempre por estas fechas, lo estamos estudiando", expresó la nueva portavoz del Ejecutivo andaluz, que ha circunscrito las posibles rebajas a asuntos relacionados con la vivienda, las familias y la actividad empresarial. El mensaje encaja con el historial que acumula el Gobierno de Juanma Moreno, pero llama la atención después de que el propio presidente haya puesto el grito en el cielo por la situación de la capacidad de gasto que tiene la Junta. Sobre todo en medio del debate sobre la financiación autonómica propiciado por el acuerdo entre el PSC y ERC que abre la puerta al cupo catalán.
"Una vez que tengamos las diferentes propuestas, veremos la disponibilidad presupuestaria", zanjó la consejera andaluza de Hacienda. Este mensaje es prudente y encaja con los de otras fuentes del Gobierno autonómico, que aseguran que las rebajas fiscales de los últimos años han dejado muy poco margen de maniobra. La tesis que ha imperado en San Telmo desde la llegada de Moreno consiste en afirmar que las reducciones de impuestos acaban derivando en una mayor recaudación, ya que animan la economía andaluza al redundar en la capacidad de gasto de los ciudadanos. Pero en la propia Junta sugieren que ya han llegado al límite de esas reducciones si no se puede garantizar que su puesta en marcha no supondrá una mayor actividad económica.
Según explicó España, sus técnicos "monitorizan" cada rebaja fiscal para determinar si consiguen el efecto buscado. Los números, según defienden en Hacienda, salen, ya que calculan el aumento del número de declarantes en 600.000 en los últimos años. Pero Moreno ha logrado, sobre todo, poner a la comunidad en el mapa de la batalla fiscal. En septiembre de 2022, el barón popular se fue a Madrid para anunciar la bonificación del impuesto al Patrimonio. El objetivo de esta medida era, sobre todo, poner a Andalucía bajo el foco de las grandes fortunas y competir con la región que encabeza Isabel Díaz Ayuso. Y esa competición soterrada se mantiene vigente. Hace solo unos días, la mandataria madrileña anunció nuevas rebajas en el impuesto de Sucesiones y Donaciones a parientes de segundo grado.
"Si hacemos algo, será una medida quirúrgica, pero eso no implica que tengamos que dejar de reclamar los 1.500 millones de euros que nos faltan cada año", defendió Carolina España en San Telmo. De esta forma, la titular de Hacienda se defiende de las críticas del PSOE, que ha optado por defenderse en la batalla de la financiación poniendo el foco en las rebajas fiscales aprobadas en los últimos años por los gobiernos autonómicos del PP, con Juanma Moreno a la cabeza. El propio ministro de Economía, Carlos Cuerpo, lanzó un aviso al Ejecutivo andaluz el pasado viernes en una visita a Sevilla. "No se puede sorber y soplar", dijo el dirigente socialista a solo unos metros de la sede del Gobierno autonómico.
El debate llega en la semana en la que Pedro Sánchez ha citado a los primeros presidentes autonómicos dentro de la ronda de reuniones que deberán servir para abordar la financiación autonómica. El PP reaccionó a la iniciativa con un rechazo airado encabezado por Díaz Ayuso, pero los distintos barones populares fueron dejando claro a su compañera capitalina que no tenían intención de dar plantón al presidente. "Iremos con muchos papeles", explican desde el Gobierno de Juanma Moreno sobre la reunión prevista para el próximo viernes a las 16:00 horas en el palacio de la Moncloa.
La línea roja pasa por la negociación bilateral en asuntos relacionados con la financiación autonómica. Este convencimiento provoca, por ejemplo, que el Gobierno andaluz haya renunciado a negociar el fondo de nivelación que reclaman constantemente al Ejecutivo central de forma bilateral. En Hacienda aseguran que se trata de un asunto que afecta a otras regiones de forma directa, en alusión a la Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla y León, que son los otros territorios perjudicados por el modelo de financiación aprobado en 2009 y que lleva una década caducado. Pero van más allá e incorporan al debate al resto de comunidades, ya que, insisten, el hipotético fondo de nivelación redundaría en las cuentas de todas las regiones del régimen común.
"No podemos renunciar nunca a defender Andalucía", zanjó Carolina España, que insistió en que este tipo de asuntos deben abordarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Fuentes de su departamento expresan que hay una comisión dentro de este organismo que reúne a los técnicos y debe ser ahí donde se aborde la reforma del sistema de financiación y otros asuntos relacionados, como la quita de deuda prometida por el Gobierno. Como base, en Hacienda tienen el documento aprobado en 2018 por el Parlamento andaluz bajo patrocinio de María Jesús Montero, en una jugada política pensada para presionar al Gobierno de Mariano Rajoy y que ahora se le vuelve en contra a la dirigente socialista.
Andalucía ya no está para bajadas masivas de impuestos, pero en el Gobierno de Juanma Moreno no se descarta una rebaja "quirúrgica". El barón popular llegó a San Telmo con la misión de acabar con el "infierno fiscal" que el PSOE había instaurado en Andalucía. En ese relato encajaba la "bajada masiva de impuestos" -o BMI- que luego puso en práctica al llegar al poder. En los seis años que cumplirá en enero al frente de la Junta de Andalucía se cuentan seis reducciones fiscales, algunas tan sonoras como la bonificación del tributo al Patrimonio que encendió las alarmas en Madrid y Barcelona. Juanma Moreno quiere competir en la carrera fiscal, aunque se le está acabando la gasolina para hacerlo después de asegurar que está llegando al "límite" de su capacidad de gasto.