Sanz sueña con ser De la Torre: el alcalde de Sevilla quiere crecer como Málaga
Los regidores de las dos grandes ciudades de Andalucía dejan atrás la competición a pesar del choque por el vuelo a China. El hispalense aspira a los 24 años de "estabilidad, liderazgo y proyecto" de su compañero malagueño
El alcalde de una ciudad tan esimismada como Sevilla ha buscado un espejo donde mirarse fuera de las murallas de la capital andaluza. Concretamente a 210 kilómetros por la A-92, la autovía que vertebra a la comunidad. Es la distancia que separa a la ciudad hispalense de Málaga, donde Francisco de la Torre dirige la urbe desde el año 2000 gracias al "liderazgo, el proyecto y la estabilidad" de veterano que cumplirá 82 años el próximo diciembre. Esas son las tres palabras que eligió el regidor sevillano, José Luis Sanz, para presentar a su homólogo malagueño en un desayuno informativo en el hotel Alfonso XIII en el que ambos intentaron espantar los fantasmas de la lucha cainita entre las dos ciudades más importantes de Andalucía.
La rivalidad entre las dos urbes es histórica, pero hay quien considera que los papeles de las dos se han intercambiado en los últimos años. En Sevilla siempre se ha dicho, con cierto desdén, que la rivalidad, en realidad, era cosa de los costasoleños. Un alto cargo de la Junta comentaba hace unos días que ya no es así, como demuestran las sonoras quejas que salen desde la ciudad hispalense que acusan al Gobierno andaluz de favorecer a Málaga en asuntos como la conexión aérea con Nueva York. La negociación del vuelo de Air China ha encendido los rescoldos de aquella polémica y es algo que preocupa en San Telmo. Hasta el punto que hay quien opina en el viejo palacio barroco que la llegada de los aviones de oriente a Sevilla sería mejor, en una especie de compensación de lo que pasó con el vuelo neoyorquino.
En medio de estas idas y venidas, José Luis Sanz ya había comentado en privado que lo que él necesita para aplicar su proyecto es precisamente la "estabilidad" a la que hizo referencia en público en el desayuno organizado por la Cámara de Comercio. El regidor sevillano ha achacado la "gran transformación" de Málaga al papel de De la Torre ha ejercido en los 24 años de mandato, pero para ello ha sido necesario que el veterano dirigente, que comenzó militando en UCD, ganase seis elecciones municipales consecutivas. En Sevilla sólo un alcalde ha sido capaz de superar la barrera de los dos mandatos, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, que dirigió la ciudad entre 1999 y 2011. Y en la ciudad hay un cierto consenso de que fue el último capaz de poner en marcha una transformación de calado.
Sanz lleva apenas un año al frente del Ayuntamiento de Sevilla después de ganar los comicios de 2023 después de romper el empate que las encuestas pronosticaron durante los meses previos. Y no ha gozado precisamente de estabilidad en estos primeros pasos como regidor, ya que los 14 escaños con los que cuenta no son suficientes para aplicar sus políticas sin negociar con la oposición. PSOE, Vox y Podemos-IU han tumbado proyectos tan relevantes como el presupuesto municipal o la limitación de pisos turísticos en el casco histórico y el barrio de Triana, las dos zonas donde se ha registrado una mayor proliferación de estas viviendas.
"Estoy obsesionado por que Sevilla sea más competitiva", espetó Sanz en el Alfonso XIII antes de pedir que cesen las "discusiones estériles" entre las dos ciudades para "trabajar juntos" en retos compartidos como "amortiguar las molestias del turismo". "Es una industria a la que hay que cuidar, aunque hay que mitigar los inconvenientes", expresó el regidor hispalense, que junto con De la Torre encabezó la apertura del debate sobre la tasa turística. El asunto llegó a San Telmo y a la Consejería de Turismo que encabeza Arturo Bernal, presente en el acto de la Cámara de Comercio y reacio a poner en marcha el impuesto al turismo por el rechazo que tiene esta medida entre el sector.
Sanz, en el Alfonso XIII, aludió a un "instrumento de financiación extraordinaria" para no mentar la bicha, mientras que De la Torre sí se refirió al discutido impuesto. Días antes, el regidor malagueño deslizó una solución ajena a la Junta, que consiste en reclamar al Gobierno central una reforma legislativa que permita a los ayuntamientos cobrar este tributo. La fórmula, según el alcalde de Málaga, debe pasar por cobrar a los clientes de hoteles de alta gama en la búsqueda de un turismo de calidad. "No hay que barrer records de visitantes todos los años", ilustró De la Torre para ejemplificar el tipo de turista al que aspira atraer la ciudad que dirige desde hace un cuarto de siglo. Y el impuesto de los apartamentos turísticos, dijo el veterano político del PP, lo dedicará a bonificar el alquiler a las familias que lo necesitan y a fomentar la construcción de vivienda pública.
"Lo que es bueno para Sevilla también lo es para Málaga", aseguró De la Torre en una conferencia que tendrá un segundo capítulo en la ciudad costasoleña. Allí será Sanz quien ofrezca la disquisición después de una presentación de su colega de partido. "El mundo es tan grande que es absurdo querer estar solos", sentenció e alcalde malagueño, que achacó la vieja rivalidad entre las dos urbes al excesivo centralismo del modelo autonómico. Según sus tesis, una versión más descentralizada de la administración regional habría generado más "confianza" entre las ciudades de la comunidad y una mayor "capacidad de diálogo" entre la "mejor red de ciudades de España".
De la Torre siempre lo tuvo claro y logró que los turistas que llegaban al aeropuerto de Málaga buscando las playas de la Costa del Sol se quedaran en la ciudad. Con el logo de "Málaga, ciudad genial" quiso buscar el brillo de Pablo Ruiz Picasso y convirtió a la ciudad en sede de grandes museos. Esta estrategia tiene grandes enemigos hoy, como los que a finales de junio llenaron las calles del centro malagueño -tomadas por los turistas- para protestar por los problemas de vivienda. Pero es indudable que el alcalde en el que hoy se mira José Luis Sanz tenía un proyecto, ejerció un liderazgo y logró la estabilidad necesaria para aplicarlo.
El alcalde de una ciudad tan esimismada como Sevilla ha buscado un espejo donde mirarse fuera de las murallas de la capital andaluza. Concretamente a 210 kilómetros por la A-92, la autovía que vertebra a la comunidad. Es la distancia que separa a la ciudad hispalense de Málaga, donde Francisco de la Torre dirige la urbe desde el año 2000 gracias al "liderazgo, el proyecto y la estabilidad" de veterano que cumplirá 82 años el próximo diciembre. Esas son las tres palabras que eligió el regidor sevillano, José Luis Sanz, para presentar a su homólogo malagueño en un desayuno informativo en el hotel Alfonso XIII en el que ambos intentaron espantar los fantasmas de la lucha cainita entre las dos ciudades más importantes de Andalucía.