Los policías reclaman a Interior formación "obligatoria" en salud mental para prevenir suicidios entre agentes

La salud mental fue uno de los principales asuntos políticos de la pasada legislatura. Impulsado por Íñigo Errejón, el debate gravitó sobre la necesidad de activar un plan especial tras la pandemia del coronavirus. Pero desde entonces no se han producido avances palpables, a pesar de que "cada año se suicidan diez personas en España", advirtió entonces el diputado de Más. Uno de los colectivos más afectados por esta trágica realidad, que en 2023 se cobró 3.952 vidas, es el de los cuerpos policiales, circunstancia por la que la Confederación Española de Policía (CEP) ha formulado una interesante propuesta al Ministerio del Interior: "Establecer, a nivel nacional, y de manera periódica, un plan de jornadas obligatorias sobre la salud mental" que dote a los agentes de herramientas para detectar situaciones de riesgo.

En un escrito presentado el pasado 19 de agosto ante la Comisión de Seguridad y Salud Laboral Policial, la organización sindical recuerda que una delincuencia común "cada vez más violenta", la sensación generalizada de una "falta de amparo institucional" o la escasez de personal son situaciones que, "en mayor o menos medida", se han enfrentado la gran parte de los policías a lo largo de su carrera profesional. "La capacidad de autogestión es diferente en cada persona", señala, antes de incidir en que el suicidio es la salida por la que optan algunos.

En Málaga lo han constatado en las últimas fechas. Muchos de los policías nacionales que trabajan en la Costa del Sol se han despertado con un mensaje que les informaba de la muerte de un compañero. "Dos suicidios en menos de un año", comentaba uno de ellos, que suma las tentativas para dimensionar la situación. Como la de un agente de servicio que sufrió una crisis y fue reducido cuando supuestamente trataba de quitarse la vida con su pistola reglamentaria.

Este es uno de los aspectos claves y diferenciadores con respecto a otros colectivos profesionales por los que la CEP piden medidas que mejoren la salud mental de los agentes. "El hecho de trabajar con un arma" implica un "riesgo" si no se atajan a tiempo los problemas mentales que acechen al policía.

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"Entendemos que no es fácil detectar estas situaciones, entre otros motivos, por las reticencias que despierta en los posibles afectados ponerlo en conocimiento de quien corresponda. Debido a los prejuicios, como al temor a que la administración 'corte por lo sano' y los aparte del servicio, en lugar de buscar una solución alternativa y menos lesiva para el funcionario". Por lo que la organización sindical considera que sería apropiado que se implantaran unas jornadas de formación en el campo de la seguridad mental que sean "obligatorias".

El documento, al que ha tenido acceso este periódico, desarrolla una iniciativa enfocada a detectar síntomas, "tanto internos como externos", que facilite "la detección precoz de posibles alteraciones propias o de terceros" y permita "intervenir a tiempo" para evitar las "tristes consecuencias".

Es una "problemática de indudable gravedad", se recalca, por lo que se considera que este trabajo preventivo debe ser realizado por "profesionales expertos y con el apoyo, si fuera necesario y enriquecedor, de otros especialistas en la materia". "Serviría, también, para alejar el tabú y los prejuicios que existen ante los problemas de salud mental".

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En este contexto se recuerda que —por ejemplo— en Málaga no se ha cubierto la plaza de psicólogo, por lo que el comité provincial de la Confederación Española de Policía ha solicitado a los responsables de la Comisaría Provincial que subsanen esta anomalía "de manera urgente".

Las jornadas formativas se impartirían "a nivel nacional —por el Ministerio del Interior—, de manera periódica" y dentro de la jornada laboral. Una condición, esta última, para facilitar la asistencia de los agentes.