Alta tensión con los burro-taxis de Mijas: agresión a un turista, denuncias de maltrato y manifestación
Ian Grásta acabó en el hospital tras el presunto ataque de un arriero que no quería que grabara a los animales. Este polémico servicio, imagen del pueblo, acumula denuncias de maltrato animal. El consistorio ha limitado su horario por el calor
Ian Grásta es un turista británico que se declara enamorado de España. "Desde 2018, y salvo el paréntesis de la pandemia del Covid, he estado disfrutando de la gente, la cultura y la forma de vida de este país", explica a El Confidencial. Mijas (Málaga) es "uno de mis rincones favoritos" dentro de Andalucía. Le encantan "su esencia, sus vistas y su gastronomía", por eso decidió volver a visitarlo junto a su pareja y su hijastra. Pero lo que no imaginó Ian es que ese día de turismo acabaría en el hospital y en el cuartel de la Guardia Civil. Un arriero de los característicos burro-taxis presuntamente le agredió para que no grabara a los animales. Un episodio que se produce cuando nuevamente se pone el foco sobre una actividad que se envuelve en tradición por ser imagen del municipio y que colectivos animalistas piden suprimir. A las recientes denuncias por maltrato animal y recogidas de firmas, se suma una manifestación convocada este jueves para denunciar el estado de los equinos y el incumplimiento de las medidas de protección.
El turista y su familia llegaron el pasado domingo a la localidad mijeña. Recorrieron las calles del casco antiguo del pueblo, tomaron un helado y varias bebidas para combatir el calor sofocante de estos días y visitaron "alguna tienda con aire acondicionado que ayudó a sobrellevar la temperatura". "No supe que había alerta naranja hasta esa tarde", explica Ian, quien cuenta que estuvo enviando vídeos al perfil de Facebook Free Mijas Donkeys and Horses —Liberar burros y caballos de Mijas— cuando "conté seis carruajes tirados por caballos y dos burros obligados a portar gente con ese calor espantoso".
"Fui a ver quiénes eran los clientes y por qué los dueños de los burros seguían obligándolos a trabajar en esas condiciones", ya que "era absurdo poner en peligro la vida de un animal por un puñado de euros".
Ian Grásta se dirigió a una de las paradas donde los arrieros de los equinos esperan la llegada de clientes y comenzó a grabar el estado de los animales. "En el encuadre apareció un desconocido que vestía una camisa azul y que me hizo señales agresivas para que no filmara, cuando lo que quería reflejar es que los dueños de los burros, en ese instante, estaban cumpliendo con la normativa al retirarlos".
Recuerda que "parecía amenazarme en español", pero el turista decidió seguir grabando la escena. Según cuenta, y quedó plasmado en distintos vídeos, el hombre "corrió hacia mí y me atacó". "Empezó a empujarme, me dio un puñetazo y finalmente me derribó". "Me rompió las gafas y arrojó mi teléfono", señala el denunciante, que agrega que "se sentó sobre mí". Logró zafarse tras "taparle la cara con la camisa" y "defenderme".
Ian confiesa que el ataque le pilló por sorpresa y que su presunto agresor le gritó "¡te voy a romper la cabeza!". El visitante lamenta que nadie acudiese en su ayuda en el momento que le golpeaba, pero se mostró muy agradecido con un transeúnte que recuperó su móvil y una joven que grabó la escena desde otro punto y le acompañó a un centro sanitario para ser atendido de las lesiones que tenía en el rostro.
Fue ella quien paró a una patrulla de la Policía Local, que separó al arriero, quien seguía "gritando". La administradora de Free Mijas Donkeys and Horses, Anne Blitz, acompañó a Ian para que formulase denuncia ante el Instituto Armado. Con la sorpresa de que allí se cruzó con su supuesto agresor, quien también lo denunció a él. "Si un juez lo determina, volaré —a Málaga— para asistir al juicio", advierte.
Medidas por el calor
La agresión a Ian se produjo después de que el Ayuntamiento de Mijas (Málaga) acordase que los burro-taxis no presten servicio en las horas de máximo calor. Una decisión que se dio a conocer tras la difusión de unos vídeos que cuestionaban el trato a estos animales y que son la base de dos denuncias por maltrato interpuestas por el Partido Animalista Con el Medio Ambiente (Pacma).
Según recogía un bando firmado por la regidora, Ana Carmen Mata, los equinos adscritos a los servicios de burro-taxis, burro-carros y coches de caballo pararán su actividad entre las 14:00 y las 18:00 cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) emita un aviso de nivel amarillo. El servicio dejará de prestarse cuando la alerta sea naranja o roja.
Esta medida, que entró en vigor a partir de su publicación en el portal web municipal, estaba respaldada por la ordenanza que regula esta actividad y que recoge que, "en caso de interés público, y mediante acuerdo motivado, se podrá modificar el recorrido y horarios".
El concejal de Bienestar Animal, Marco Cortés, puso el acento en las bondades que la iniciativa tendrá en los "trabajadores del sector", ya que su objetivo es proteger la salud y el bienestar tanto de los cocheros y arrieros como de los equinos. "La situación que estamos atravesando, con constantes alertas por altas temperaturas, hacía muy necesaria la existencia de este bando".
"Por encima de todo debe primar la salud", señaló el edil, quien aseguró que el Consistorio "lleva trabajando un tiempo" en un documento que ha entrado en vigor en un momento en el que vuelven a arreciar las críticas por los cuidados y situación de estos animales. El detonante, como ha ocurrido en otras ocasiones, han sido dos vídeos que se habían publicado en las redes sociales en los días previos y que cuestionaban el trato recibido por unos burros usados como reclamo turístico.
En la primera grabación se observaba a uno de estos animales que está tirado en el suelo de una de las paradas y que tiene la cabeza erguida al estar atado a una pared. La otra mostraba cómo un burro que arrastra un carro resbala en el asfalto y a duras penas se puede poner en pie.
Estas imágenes han sido el detonante para que el Pacma, formación que en el pasado ha protagonizado movilizaciones para que eliminen los burro-taxis que se han convertido en imagen del municipio, interponga dos denuncias por maltrato animal.
El partido critica, entre otras cuestiones, las condiciones de hacinamiento e insalubridad de los lugares de descanso de los burros, la falta de atención veterinaria, la movilidad extremadamente reducida de los animales o el exceso de peso que son obligados a cargar en ocasiones. También acusó al Ayuntamiento de Mijas de no haber cumplido las promesas de mejora.
Días atrás se interpusieron dos denuncias por maltrato animal tras la publicación de videos protagonizados por burro-taxis
Este municipio no es el único que está en el foco por este tipo de atracciones. La isla griega de Santorini también ha sido objeto de polémica y el Ministerio de Alimentación y Desarrollo Agrícola adoptó una singular medida: prohibir subir a los burros a los turistas que pesasen más de 100 kilos. Fue, en parte, una forma de acallar a los colectivos animalistas que llegaron a recopilar más de 100.000 firmas para poner fin a este servicio.
El Refugio del Burrito, sobre esta cuestión, publicó una serie de recomendaciones para saber si los burro-taxis están en buenas condiciones. Una de ellas aclara que estos animales pueden llevar una cuarta parte de su peso, por lo que los límites serían 50 y 80 kilos para los ejemplares de tamaño mediano y grande, respectivamente.
Firmas y manifestación
La recogida de firmas también está siendo utilizada por ciudadanos y colectivos que tratan de recabar apoyos para que los burro-taxis mijeños desaparezca. Anne Blitz señaló que a las 13:00 de este jueves se ha convocado una manifestación frente a la Oficina de Turismo de Mijas en la que se realizará una performance para denunciar lo ocurrido a Ian y volver a reclamar mejores condiciones para los equinos.
En conversación con este periódico, explicó que ha mantenido cuatro encuentros con responsables del Consistorio y, sobre el último incidente, apuntó que estudia retirar la licencia al arriero. Anne opina que se debe dar el paso de eliminar de una vez el servicio de burro-taxis y enviar a los animales a un santuario que podría ser visitado por los turistas y los niños. Y para ello, según contó, es necesario comprar los animales "para que no sean sacrificados para obtener carne". Una opción para lo que no descarta una fórmula público-privada.
"A los arrieros se les puede ofrecer la alternativa de seguir con su actividad usando TukTuk eléctricos para llevar a los visitantes por Mijas", señala.
Blitz espera que a la manifestación de este jueves acuda "mucha gente". Ha recibido la confirmación de personas que van a viajar desde otros países y han sido varias las llamadas de medios extranjeros interesándose por lo ocurrido. "Cruzo los dedos para que haya una buena respuesta", aunque advierte que, "vecinos del pueblo que desearían acudir, no lo harán por miedo".
Ian Grásta es un turista británico que se declara enamorado de España. "Desde 2018, y salvo el paréntesis de la pandemia del Covid, he estado disfrutando de la gente, la cultura y la forma de vida de este país", explica a El Confidencial. Mijas (Málaga) es "uno de mis rincones favoritos" dentro de Andalucía. Le encantan "su esencia, sus vistas y su gastronomía", por eso decidió volver a visitarlo junto a su pareja y su hijastra. Pero lo que no imaginó Ian es que ese día de turismo acabaría en el hospital y en el cuartel de la Guardia Civil. Un arriero de los característicos burro-taxis presuntamente le agredió para que no grabara a los animales. Un episodio que se produce cuando nuevamente se pone el foco sobre una actividad que se envuelve en tradición por ser imagen del municipio y que colectivos animalistas piden suprimir. A las recientes denuncias por maltrato animal y recogidas de firmas, se suma una manifestación convocada este jueves para denunciar el estado de los equinos y el incumplimiento de las medidas de protección.