Los "ángeles de la noche" que patrullan Sevilla para disuadir a ladrones y ayudar a quien se pierda
Diez parejas de "agentes cívicos" recuperan el oficio de sereno en el centro histórico de la capital andaluza desde finales de diciembre. Turistas, jóvenes en estado de embriaguez y ancianos desorientados, entre los principales usuarios
En Sevilla vuelve a haber serenos desde hace unos meses, aunque ya no llevan un manojo de llaves y van dando voces para hacer notar su presencia. Ahora llevan ropa reflectante, por lo que es habitual confundirlos con operarios de la empresa pública de limpieza, van en parejas y rondan por uno de los mayores cascos históricos de Europa para ayudar a guiris que no encuentran la puerta de su apartamento turístico o a personas mayores que se desorientan. Es la labor principal de los agentes cívicos, un proyecto piloto puesto en marcha por el Ayuntamiento de Sevilla a finales de 2023 y que se ha prorrogado hasta finales de septiembre, al menos. Y que ha dado trabajo a una veintena de personas en la capital andaluza, muchas después de años con dificultades para
La iniciativa surgió a raíz de una serie de reuniones del equipo del actual alcalde, el popular José Luis Sanz, con los comerciantes de la céntrica calle Francos. Se trata de una de las vías donde se acumulan varios negocios históricos, cada vez menos habituales en un centro tomado por las tiendas de souvenirs y las franquicias. Jesús Espínola, de la Cordonería Alba, era uno de esos pequeño empresarios que se reunió con el regidor, sobre todo, para abordar la oleada de robos que se registró en la zona en junio de 2023. El resultado fue la puesta en marcha, el pasado 21 de diciembre, del proyecto de los agentes cívicos con la intención de disuadir a posibles ladrones en esta zona de la ciudad.
"No se puede decir que no haya robos, pero han caído en un 80%", explica Espínola, que asegura que desde que esta veintena de serenos empezó a desplegarse por la ciudad están "mucho más tranquilos". José María Roncero es uno de los agentes cívicos y ejerce como coordinador de sus compañeros, junto con Mariló Montalvo. Recuerda precisamente un caso en la cercana calle Sierpes, en una de las tiendas especializadas en productos de corcho, cuando un individuo entró a robar aprovechando la hora de cierre y que la dependienta estaba sola. "Acompañamos mucho a los trabajadores en los cierres", explica Roncero, que recuerda cómo lograron rodear al ladrón mientras se ponían en contacto con la Policía para que acudieran a detenerlo.
Los 20 agentes cívicos recibieron formación del Cecop, el Centro de Coordinación Operativa del Ayuntamiento de Sevilla creado después de los sucesos de la Madrugá del año 2000 para cuestiones de seguridad. Y es algo lógico, ya que sus carreras profesionales no tienen por qué estar relacionadas con la seguridad. Roncero trabajó en una peluquería durante 24 años, mientras que Mariló Moltalvo, la otra coordinadora fue administrativa en una empresa de publicidad durante toda su vida laboral hasta que dejó el puesto cuando tuvo a su primera hija. Después tuvo dificultades para volver al mercado de trabajo, hizo varios cursos relacionados con la contabilidad y la dependencia y su búsqueda acabó cuando entró en este proyecto piloto.
"Lo que más me gusta es el contacto directo con los ciudadanos y el hecho de poder ayudar a las personas", cuenta Montalvo, que cita, sobre todo, el caso de las personas mayores que se desorientan, los jóvenes que han tomado varias copas de más y los extranjeros que tienen dificultades para encontrar su alojamiento. Ellos dos son los encargados de repartir las zonas de ronda, pero también patrullan de 11 de la noche a 6 de la mañana el casco histórico hispalense. "A partir de las 3:30 o las 4:00 la ciudad se queda mucho más tranquila", explica Montalvo, que asegura que los sevillanos "saben divertirse, pero controlando" y sitúa las zonas más animadas en la Alameda de Hércules o la Encarnación.
En estos meses han acumulado un buen saco de anécdotas, pero esta sevillana se acuerda mucho de una pareja de personas mayores que salieron por la zona del Arenal, junto a la plaza de Toros de la Real Maestranza, y se desorientaron. "Al principio desconfiaron un poco, pero cuando llegamos al portal ella se dio la vuelta y nos dijo que éramos los ángeles de la noche", rememora Montalvo, que destaca la buena recepción que se han encontrado por parte de los ciudadanos y también de los comercios. "En general caminamos bastante seguros, tenemos un apoyo importante de la Policía Local y Nacional", expresa esta agente cívica, que asegura que, además, el trabajo le ha permitido conocer zonas de la ciudad que antes se le escapaban.
"El sevillano conoce el barrio de Santa Cruz a trocitos", expone Montalvo, que muestra su satisfacción por poder caminar por recovecos de la ciudad y pararse a leer los azulejos en medio de la noche, cuando las bulliciosas calles se quedan vacías. Esa soledad, según la experiencia de esta trabajadora, no va acompañada de una mayor sensación de inseguridad, aunque admite que "hay incidencias, como en todos sitios". Los serenos sevillanos siempre van en parejas de un hombre y una mujer con el objetivo de dar confianza a las chicas jóvenes que vuelven solas a casa después de una noche de fiesta. O incluso en las fiestas de primavera de la capital andaluza, la Semana Santa y la Feria de Abril.
En los días preferidos por los cofrades, los serenos acompañaron a las cofradías en su paso por la carrera oficial, el recorrido obligatorio por el que pasan las 60 hermandades de penitencia entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección. "Abrimos paso y ejercíamos como vigilantes", explica Roncero, que admite que en Feria, cuando el centro se queda vacío, atendieron sobre todo a "jóvenes que venían de vuelta del Real un poco perjudicados".
Liderados por los dos coordinadores, cada noche 14 o 16 serenos caminan por el centro histórico para "velar por la ciudad más bonita del mundo", expresa Romero, y ayudar a quien lo necesite en medio de la noche. Eso incluye a las personas sin hogar que duermen a la intemperie en la capital andaluza, por lo que tienen contacto directo con los servicios sociales e incluso hacen labor de seguimiento. "Les preguntamos cómo están, si necesitan mantas e incluso les buscamos plazas en los albergues", relata el sereno, satisfecho por su labor y convencido de que la base del éxito es "el sentido común, la buena comunicación y trabajar en equipo".
En Sevilla vuelve a haber serenos desde hace unos meses, aunque ya no llevan un manojo de llaves y van dando voces para hacer notar su presencia. Ahora llevan ropa reflectante, por lo que es habitual confundirlos con operarios de la empresa pública de limpieza, van en parejas y rondan por uno de los mayores cascos históricos de Europa para ayudar a guiris que no encuentran la puerta de su apartamento turístico o a personas mayores que se desorientan. Es la labor principal de los agentes cívicos, un proyecto piloto puesto en marcha por el Ayuntamiento de Sevilla a finales de 2023 y que se ha prorrogado hasta finales de septiembre, al menos. Y que ha dado trabajo a una veintena de personas en la capital andaluza, muchas después de años con dificultades para