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Detenidos tres okupas tras la brutal paliza al ciudadano inglés dueño de la casa que allanaron
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EN MANILVA (MÁLAGA)

Detenidos tres okupas tras la brutal paliza al ciudadano inglés dueño de la casa que allanaron

Se les acusa de defraudación del fluido eléctrico, tráfico de drogas y receptación del mobiliario sustraído en la vivienda de la víctima. La situación había generado gran inquietud en el complejo urbanístico

Foto: Michael tras sufrir la agresión que denunció. (Cedida)
Michael tras sufrir la agresión que denunció. (Cedida)

“Sé lo que va a pasar, no van a hacer nada. No sé si voy a volver a Manilva”, lamentaba Michael, el ciudadano inglés presuntamente apalizado por los okupas que habían allanado su casa, tras interponer la correspondiente denuncia. Se equivocaba en esta parte. La Guardia Civil ha practicado las primeras detenciones relacionadas con el caso y este miércoles ha arrestado a tres personas por la comisión de diversos delitos.

El Instituto Armado ha informado de que las tres personas están siendo investigadas por los supuestos cargos de defraudación del fluido eléctrico, tráfico de drogas y receptación del mobiliario sustraído en la vivienda de la víctima. De momento, no se les acusa de la paliza que presuntamente le propinaron.

Los agentes han ejecutado una entrada y registro en el inmueble okupado y ha llevado a cabo las detenciones. Está previsto que los investigados pasen mañana jueves a disposición de la autoridad judicial.

Foto: La víctima del presunto allanamiento, instantes después de la agresión. (Cedida)

La agresión se produjo el pasado martes, aunque todo comenzó días atrás. Fue el domingo 28 de mayo, cuando los vecinos de un complejo con aproximadamente 700 viviendas se percataron de que alguien estaba residiendo en la casa de Michael y que incluso había instalado una alarma. “Le llamaron y le preguntaron si había alquilado su piso. Contestó que no, entonces le explicaron que había gente viviendo en ella, por lo que dijo que cogía un avión y venía a ver qué ocurría”, relató a El Confidencial una portavoz de la comunidad de vecinos.

El hombre, de 52 años de edad, viajó de Inglaterra a Málaga el martes por la mañana y sin pausa se desplazó a Manilva, localidad ubicada a unos 100 kilómetros de la capital malagueña. A su llegada al complejo, algunos residentes le aconsejaron que llamase a las fuerzas de seguridad, pero el hombre se negó. “Entonces le dijimos que íbamos con él, pero nos respondió que no nos preocupásemos, que iría solo”.

El hombre declaró en su denuncia que accedió a su casa por el balcón al pensar que estaba vacía y tras llamar varias veces

Lo que ocurrió en el interior del inmueble deberá dilucidarlo la Justicia, pero el resultado fue la imagen de Mike, como también lo conocen, completamente ensangrentado pidiendo ayuda. “Le dieron una paliza entre varias personas. Le atacaron con una botella y con los cristales le provocaron cortes” en distintas partes del cuerpo, afirmaron los vecinos que les contó, que agregaron que, “en la espalda, por ejemplo, tenía una herida de 10 centímetros”. Un poco más, y se lo cargan”.

El parte de lesiones emitido por el Hospital Costa del Sol de Marbella, al que ha tenido acceso este periódico, detalla que el herido presentaba dos fracturas en un dedo, “cortes en la fosa renal izquierda, zona dorsal y costado izquierdo”, así como otro en el “cartílago del pabellón auricular izquierdo y mastoides”.

En la denuncia que el jueves interpuso en la Guardia Civil, el agredido manifestó que, cuando llegó a la puerta de su domicilio, trató de abrir con su llave. Al comprobar que habían cambiado la cerradura, llamó en varias ocasiones al timbre sin que nadie abriese. “Debido a que pudiera tratarse de una presunta okupación, el dicente observa que una de las ventanas de su vivienda se encuentra abierta, por lo que decide saltar a su interior pensando que no había nadie”.

Foto: Vista de los edificios okupados. (EFE/Alejandro García)

Michael accedió al balcón del apartamento contiguo, “percatándose que allí estaba su mobiliario”, y de ahí pasó al suyo. Una vez en su piso, se da cuenta de que había gente en el salón. El hombre, según se recoge en el documento, les recrimina que qué hacían allí, “a lo que los moradores de la vivienda responden de forma violenta iniciando una agresión”. “Uno de ellos rompe una botella de cristal con la que propinó varios golpes en el cuerpo y la cabeza del denunciante mientras forcejeaba con ellos”.

El herido señaló que los agresores “eran tres varones presuntamente de nacionalidad marroquí” y, a preguntas de los agentes del Instituto Armado, aseguró que podía identificar a quien le atacó con la botella. La víctima añadió que solo se defendió empujando y que en ningún momento utilizó ni objeto ni arma.

Miedo entre los vecinos

La junta directiva de la comunidad de propietarios y la administración del complejo se reunieron “de forma extraordinaria” después de que “tres viviendas de la urbanización” hayan sido okupadas para “estudiar medidas” frente a esta situación.

La comunidad de propietarios recomendó a los residentes, tras tres casos de okupación, que adoptaran medidas de autoprotección

El encuentro finalizó con la decisión de “poner alarmas en las puertas de contadores de suministros de agua y luz para evitar que puedan tomarse ilegalmente” y los conserjes realizarán “un control más estricto de los vehículos y personas que accedan a la comunidad”.

“No obstante, les aconsejamos, la instalación de cámaras y alarma de seguridad de forma privada en su vivienda, así como que tomen las medidas que estimen oportunas para protegerla frente a la okupación ilegal”, se recomienda a los destinatarios del correo electrónico, a los que se recuerda que “no se permite la instalación de puertas de reja”, pues requiere de aprobación previa por los órganos de gestión.

Estos pasos persiguen que “se cansen de estar aquí”, señaló una de las vecinas, que añadió que “vamos a hacerles un poco la vida imposible”. “No podemos consentir que haya gente así en la comunidad. No podemos permitirlo”, remarcó, para apuntar que hay otras zonas del municipio que sufren el problema de la okupación.

Foto: Una casa okupa de Barcelona. (Gerardo Núñez, CC)

“Queremos que se corra la voz de que en esta comunidad se van a tomar las decisiones necesarias” para acabar con los allanamientos, por eso el viernes, “durante todo el día, no pararon de llegar coches de empresas instaladoras de alarmas”.

Este lunes trascendía que los okupas, que esgrimen un presunto contrato de alquiler que —obviamente— se considera falso, han interpuesto una denuncia contra la víctima del presunto allanamiento por entrar en su casa sin permiso. El Instituto Armado precisó este extremo y añadió que “los guardias civiles encargados de la investigación han identificado a todas las personas involucradas y han abierto diligencias por los hechos ocurridos”. Estas, junto a las “gestiones realizadas”, han sido “remitidas al titular del juzgado que entiende del caso”.

“Sé lo que va a pasar, no van a hacer nada. No sé si voy a volver a Manilva”, lamentaba Michael, el ciudadano inglés presuntamente apalizado por los okupas que habían allanado su casa, tras interponer la correspondiente denuncia. Se equivocaba en esta parte. La Guardia Civil ha practicado las primeras detenciones relacionadas con el caso y este miércoles ha arrestado a tres personas por la comisión de diversos delitos.

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