El síntoma Torremolinos: la caída en el municipio donde Sánchez arrodilló al PSOE andaluz

La instantánea publicada por este periódico componía a la perfección el momento. Los protagonistas de la imagen eran Susana Díaz y Pedro Sánchez y se captó el 7 de noviembre de 2021. Fue el día en el que el presidente del Gobierno consolidó su poder orgánico laminando los últimos reductos de disidencia interna en el PSOE de Andalucía. El instante en el que consiguió el control de la formación y lanzó un aviso a las voces contrarias a su gestión.

El escenario de esta fotografía fue Torremolinos, un municipio gayfriendly que por aquel entonces gobernaba el socialista José Ortiz, y que tenía una gran carga simbólica dentro del PSOE porque reunía todos los elementos para la construcción del discurso progresista. Un año y medio después, la debacle ha sido espectacular. La popular Margarita del Cid obtuvo el pasado domingo 12 ediles más que la candidata del aparato socialista, Maribel Tocón, y alcanzó la mayoría absoluta con 17 representantes.

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Los resultados que arrojaron las urnas en esta localidad son un síntoma de las dificultades que tiene el PSOE para afianzarse, incluso en zonas que, a priori, podrían parecer receptivas a sus postulados. Los socialistas obtuvieron sólo el 18,41% de los votos —4.647—, perdiendo la confianza de 2.959 personas en cuatro años. Los cinco ediles logrados por la candidatura de Tocón —tres menos que en los comicios anteriores— sitúan en la irrelevancia a un partido que también tiene que digerir la pérdida del gobierno de la vecina Benalmádena.

El desastre socialista lo acentúan los datos de Vox. La formación verde suma 220 sufragios a los 1.850 obtenidos en 2019, copa el 8,20% del electorado y obtiene dos representantes en el Ayuntamiento. El centroderecha, de este modo, se hace con el 65,64% del electorado, porcentaje que subiría casi un punto si se adheriese el conseguido por Ciudadanos. O lo que es lo mismo, prácticamente, siete de cada diez torremolinenses se decantaron por esta opción política.

Torremolinos era un municipio que encajaba a la perfección con el argumentario que pretende desplegar el PSOE

Esta aplastante conclusión es un drama en los cuadros de mando del PSOE, para los que Torremolinos tenía una gran importancia. No sólo porque contrarrestaba la supremacía del PP en la Costa del Sol, o por su importante comunidad LGTBI con la que sustentar parte del argumentario, sobre todo porque allí se produjo la coronación de facto de Pedro Sánchez. Su designación como secretario general del partido se produjo en junio de 2017, pero fue cuatro años después, en el 14º Congreso del PSOE Andaluz que se celebró en este municipio, donde logró el poder total del partido con la defenestración de Susana Díaz y la designación de Juan Espadas como su sustituto.

Consiguió el control absoluto de la federación socialista más importante en un lugar icónico con muchas claves políticas y que fue donde se constituyó el PSOE andaluz en 1977. Pero la conexión duró poco. Esos días se gestaba una operación interna para mover la silla al alcalde y promocionar a alguien afín a las nuevas dirección del partido, aunque la fractura interna no se hizo pública hasta que el 20 de diciembre salía adelante la moción de censura impulsada por el PP.

De esa forma abrupta se ponía fin a dos mandatos consecutivos del PSOE y se abría una herida que el partido intentó cerrar con la salida de Ortiz y la designación como candidata de Maribel Tocón. Fuentes consultadas por este periódico explicaron que la formación del puño y la rosa “ha invertido pasta” para tratar de recuperar el Ayuntamiento de Torremolinos. Dinero que se ha destinado más allá de la publicidad electoral y que también se habría empleado para lograr un supuesto cambio de imagen. Aunque el resultado ha sido un fracaso.

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El partido ha concurrido a las urnas “superfragmentado” y con la militancia “dividida”, a lo que se une el alto grado de conocimiento de la actual alcaldesa, la popular Margarita del Cid, una política que “es de aquí”. Vecina del municipio “de toda la vida”, al contrario de Tocón, “conecta con el votante de izquierda”, uno de los factores a los que se achaca que haya superado abiertamente las expectativas demoscópicas. El viernes, sin ir más lejos, asistió a la izada de la bandera LGTBIQ+ y al pregón del Día del Orgullo, probablemente el evento con más trascendencia del municipio.

El golpe asestado a su máximo rival va más allá de lo electoral. Tiene una lectura simbólica ante la que no pueden abstraerse los socialistas. La incapacidad para seducir a un electorado supuestamente proclive a su discurso es un síntoma que refleja una desconexión municipalista que se acentúa en las localidades grandes y medianas.