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Qué hay tras la guerra de clanes de la droga que ha provocado un choque institucional en Málaga
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BARRIO DE LA PALMILLA

Qué hay tras la guerra de clanes de la droga que ha provocado un choque institucional en Málaga

Un apuñalamiento, una paliza a un patriarca o la escisión de parte de una familia, detrás de la sucesión de tiroteos que se ha colado en la agenda política de la ciudad con reproches entre el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno

Foto: Agentes en La Palmilla tras un tiroteo. (EFE/Jorge Zapata)
Agentes en La Palmilla tras un tiroteo. (EFE/Jorge Zapata)

La guerra de clanes que azota el barrio malagueño de La Palmilla se ha intensificado en las últimas semanas, hasta el punto de que los tiroteos y los regueros de proyectiles sobre la acera se han colado en la agenda política local a las puertas de las elecciones municipales del 28-M. El rifirrafe dialéctico entre el alcalde, Francisco de la Torre, y el subdelegado del Gobierno, Javier Salas, sobre las responsabilidades ha escenificado la nueva dimensión de un asunto que los vecinos llevan tiempo denunciando. Pero más allá de la bronca partidista y la supuesta utilización interesada: ¿Qué hay detrás de las balaceras que se difunden en las redes sociales? ¿Cuál es el detonante de la enésima escalada de violencia? ¿Quiénes son sus intérpretes?

El último incidente grave se produjo la noche del jueves 11 de mayo en la calle Deva, tan solo seis días después de que en el Paseo María Ángeles Arroyo Castro, que separa esta barriada de la conocida como 26 de febrero, los componentes de varias patrullas policiales hallasen multitud de vainas. Minutos antes habían recibido un aviso de que se estaban produciendo disparos. Como en todas las ocasiones anteriores que eran conminados a un servicio similar.

Foto:  Miembros de la Policía Nacional (EFE)

La Policía Nacional investiga unos incidentes sobre los que existe la certeza de que son protagonizados por clanes de la zona vinculados al tráfico de drogas, y otras suertes delictivas, pero de los que no trascienden detalles concretos. Fuentes consultadas por El Confidencial explicaron que los supuestos implicados en estos tiroteos son elementos de cuatro familias hartamente conocidas por las fuerzas de seguridad: Los Romualdos, Los Charros, Los Puitas y Los Garruchos. Y describieron dos conflictos, inconexos, pero coincidentes en el tiempo.

El más grave lo protagonizan, presuntamente, los dos primeros clanes, y tendría su origen en un apuñalamiento ocurrido, hace aproximadamente un mes, en una discoteca y que dejó herido a un miembro de Los Romualdos. La respuesta, detallaron las citadas fuentes, fue propinar una paliza a uno de los integrantes más insignes de Los Charros. Y el siguiente paso en la escalada de violencia fue que unos encapuchados se liaran a tiros para intimidar a sus rivales.

Uno de los sospechosos habría participado en incidentes similares durante el pasado

El incidente registrado en calle Deva días atrás supuestamente tiene la raíz en una misma familia: Los Puitas. Divergencias con otra rama del clan, llamados Los Garruchos, derivó en el enésimo tiroteo que se registra en La Palmilla. Fuentes próximas a la investigación destacaron que entre los implicados supuestamente estaba un delincuente habitual de la barriada que en el pasado fue detenido por un suceso de similares características en las que falleció una persona inocente alcanzada por una bala perdida. Este individuo, vinculado con el tráfico de drogas, entra y sale de prisión de forma recurrente.

Los hechos descritos, a los que se unen incidentes graves acaecidos en meses anteriores, zarandearon la agenda política malagueña a través de las reivindicaciones hechas por el Plan Comunitario Proyecto Hogar. Una queja pública que situó la inseguridad en La Palmilla en el centro de una refriega partidista y que, a las puertas de las municipales, personificaron el alcalde de la ciudad y el representante del Gobierno en la provincia en un claro ejercicio de descargo de culpa.

Foto: Salva Reina, a la izquierda, junto a Jesús Rodríguez, el intérprete procesado. (TVE)

Salas se sacudió los reproches de falta de efectivos policiales, aludiendo a la necesidad de atajar, antes que nada, los —obvios— problemas sociales existentes en la barriada, y derivando el grueso de la responsabilidad al Ayuntamiento. De la Torre fue más directo en su réplica y "no puede haber armas no autorizadas como grifos para beber agua. Quítenlas".

Los vecinos, por su parte, huyen del ruido de siglas y quieren centrar el debate en la política de seguridad planteada por las autoridades durante los últimos años. "Llevamos meses esperando una respuesta por parte de la Subdelegación del Gobierno a las peticiones de información e intervención sobre las armas de fuego en el barrio", señaló en un comunicado, en el que avisaba de que, "si se vuelve a producir otro incidente similar, con o sin heridos, el vecindario pedirá cambios en la estructura de mando de la Policía Nacional en Málaga".

Los vecinos quieren abrir el debate de la política de seguridad. El desmantelamiento del Grupo de Pequeño Tráfico supuso un antes y un después

Las fuentes consultadas por este periódico explican que el desmantelamiento del Grupo de Pequeño Tráfico, el azote de los puntos de venta de drogas que en su mayoría controlan los clanes que dominan el barrio, fue un antes y un después. Se acordó que las comisarías de distrito asumieran esta labor, pero el paso del tiempo ha cuestionado la medida. La cúpula policial se plantea revivir esta unidad, pero aún no hay una decisión firme. Hay quien piensa que se debe actuar con contundencia para tratar de acabar con el paulatino empoderamiento de estos grupos organizados.

El colectivo vecinal, no obstante, precisó que "no queremos que esto se entienda como una falta de confianza hacia los hombres y mujeres que patrullan o investigan”, pero recalcaron que "es lamentable que hubiera gente de La Palmilla que acabe el día tirándose al suelo de sus casas mientras escuchaba detonaciones".

La guerra de clanes que azota el barrio malagueño de La Palmilla se ha intensificado en las últimas semanas, hasta el punto de que los tiroteos y los regueros de proyectiles sobre la acera se han colado en la agenda política local a las puertas de las elecciones municipales del 28-M. El rifirrafe dialéctico entre el alcalde, Francisco de la Torre, y el subdelegado del Gobierno, Javier Salas, sobre las responsabilidades ha escenificado la nueva dimensión de un asunto que los vecinos llevan tiempo denunciando. Pero más allá de la bronca partidista y la supuesta utilización interesada: ¿Qué hay detrás de las balaceras que se difunden en las redes sociales? ¿Cuál es el detonante de la enésima escalada de violencia? ¿Quiénes son sus intérpretes?

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