La tragedia de la Patera 81: dos homicidios, cuerpos lanzados al mar y tres detenidos
La Policía reconstruye lo ocurrido en una embarcación rescatada el pasado 18 de abril frente a las costas de Almería, tras días a la deriva. Dos de los inmigrantes fallecieron por los rigores de la travesía y arrojaron sus cadáveres
La llegada de pateras a las costas almerienses se ha vuelto tan cotidiana, que parece comprensible que se clasifiquen numéricamente. La Patera 81 fue rescatada el pasado 18 de abril. Una embarcación de recreo de dimensiones minúsculas que partió de las costas argelinas con tres tripulantes y una veintena de pasajeros que habían pagado 7.500 euros cada uno por un pasaje al sueño europeo que acabó en trágica pesadilla. Porque una travesía que no debía extenderse más allá de tres horas se convirtió en un viaje por la supervivencia marcado por macabras decisiones que ponen de relieve la crudeza de las mafias de la inmigración.
La trágica travesía de la Patera 81 tuvo un difuso origen que la investigación sitúa al menos una semana antes de la fecha de su partida. Es el tiempo que estiman los agentes que han reconstruido su último viaje basándose en el pack de extras que incluía el precio del pasaje. Los 7.500 euros que abonaron cada uno de los 20 inmigrantes marroquíes que llenaban la embarcación, además del trayecto desde las costas africanas, hasta el litoral sur español, sufragaban también la estancia y manutención en una vivienda argelina mientras se esperaban las condiciones meteorológicas idóneas y se ultimaban los pormenores del recorrido.
Solo con ese viaje, los coyotes del Mediterráneo ingresaron 150.000 euros. Una cantidad que da la medida del negocio de las redes de la inmigración ilegal, que han potenciado la salida de pateras o barcos nodriza desde Argelia tras el acercamiento a Marruecos del Gobierno de España y la decisión unilateral del presidente Pedro Sánchez de cambiar abruptamente la tradicional postura española sobre el Sáhara. Embarcaciones con destino preferente a Andalucía, pero que cada vez con más frecuencia arriban en las costas levantinas y en las Islas Baleares.
En este caso, los inmigrantes "fueron citados en la ciudad argelina de Orán, donde permanecieron aproximadamente una semana, hacinados en un piso, a la espera del día de partida", detallaron a El Confidencial fuentes cercanas al caso, que apuntaron que el destino mayoritario de estas personas era Francia, aunque alguna tenía pensado buscar trabajo en España.
Los 7.500 euros del pasaje incluían chaleco salvavidas y agua potable. Pero cuando llegaron a la patera, no había nada de eso
La embarcación, una semirrígida con potro y unos siete metros de eslora, partió de las costas de Argelia a primeras horas del lunes 17 de abril, según los cálculos que se desprenden de los testimonios de los pasajeros. Entre los tres tripulantes, dos individuos con experiencia en la travesía, según pudieron averiguar los agentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (Ucrif) de la Comisaría Provincial de Almería, y el reparto de habitual roles: "Un piloto; otro, con un GPS, encargado del trayecto; y un tercero de apoyo".
El recorrido debía durar en torno a tres horas, pero las cosas se complicaron dramáticamente. Durante el viaje, por circunstancias que se desconocen, la lancha empezó a hacer agua y el motor se paró, lo que provocó que sus pasajeros entraran en pánico. "Se ponen nerviosos porque, normalmente, casi ninguno sabe nadar", señalan las fuentes consultadas, que relatan que las organizaciones de trata de seres humanos que intentan acceder por las costas españolas suelen adentrarse en el mar con una cantidad de combustible justa. "Si hay alguna desviación en el rumbo o se cae una garrafa al mar, la situación puede complicarse gravemente", explican, para seguidamente remarcar una circunstancia clave: "Los inmigrantes pagan el pasaje con el compromiso de que tendrán chalecos salvavidas, agua potable… Y cuando llegan a la barca, no suele haber nada de ese material y les dicen que si lo llevan se tiene que quedar alguien en tierra porque no caben todos".
Los ocupantes de la embarcación quedaron a la deriva, a merced de las corrientes y el oleaje. Sin víveres y bajo un sol inmisericorde. Con el paso de las horas falleció el primero de los inmigrantes, un joven marroquí a los que los pateristas arrojaron con la borda "para librarse de su peso y evitar responsabilidades penales". Lo mismo hicieron con un segundo que, deshidratado y desquiciado por la sed, pudo perder la vida por beber agua del mar.
La patera estuvo un día y medio flotando sin gobierno hasta que fue localizada por la Salvamar Spica de Salvamento Marítimo. Fuentes de este servicio de rescate precisaron que todos los ocupantes eran varones y señalaron que la causa probable del hundimiento parcial de la embarcación neumática fue el mal estado del mar.
Los inmigrantes fueron trasladados al puerto de Almería, donde recibieron una primera asistencia sanitaria. Seis de ellos sufrían graves quemaduras químicas producidas por la mezcla del combustible, el agua marina y el sol. Uno de ellos llegó a requerir de varios días de hospitalización para reponerse de las lesiones sufridas.
Los agentes encargados del caso comenzaron a intuir que la Patera 81 encerraba más dolor de lo que se podía percibir a simple vista. Y las sospechas se confirmaron cuando comenzaron a hablar con sus pasajeros. "Estas personas, en un principio, desconfían de la policía, por las experiencias que hayan tenido en sus países, o porque las mafias les amenazan para que no hablen con nosotros", por eso "el trabajo psicológico" es clave para lograr que confíen y finalmente "se abran a contarnos qué ocurrió".
Los agentes han detectado que las mafias de la inmigración utilizan a personas cada vez más jóvenes para tripular las pateras
En este caso concreto, "habían sido aleccionadas para declarar que los responsables de la embarcación lograron huir", pero los investigadores lograron vencer las reticencias iniciales para reconstruir la secuencia de lo ocurrido. Un trabajo para lo que también tuvo gran importancia un video realizado por uno de los inmigrantes y en el que se muestran retazos de lo acontecido en la embarcación.
Algunos de los que colaboraron contando su experiencia en la embarcación, como el familiar de una de las víctimas, adquirieron el estatus de testigo protegido para evitar posibles represalias de las mafias.
Reemplazo de pateristas
La detención de los tripulantes de la patera, tres jóvenes argelinos de 33, 20 y 19 años de edad, se produjo en el Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE). Comparecieron ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Almería acusados de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y dos homicidios imprudentes, por los que acabaron ingresando en prisión preventiva.
Preguntados por las cortas edades de los arrestados, las fuentes consultadas por este periódico detallaron que es consecuencia de la desarticulación de las redes. Esta presión policial constante "obliga a las organizaciones a un rápido reemplazo de los miembros detenidos, y por eso cada vez hay pateristas más jóvenes tripulando las embarcaciones".
Familiares de los dos fallecidos se desplazaron desde Marruecos y Francia para conocer los pormenores del caso. "Ellos suelen saber que sus seres queridos van a tratar de entrar en España, así que si sus seres queridos no llaman para informarles de que han llegado bien, si pasa un tiempo sin noticias, se ponen en contacto con nosotros. Nos dan sus datos y nos envían fotografías por si tenemos información".
Los cuerpos de las víctimas no han podido ser encontrados. Salvamento Marítimo realizó una búsqueda por la zona que no dio resultados. La tarea parece imposible. "Como no los divise la tripulación de un barco que pase por la zona o la marea los lleve hasta el litoral", se los tragará el mar definitivamente.
Esta es la tercera patera que arriba a tierras almerienses en la que los investigadores han podido constatar que en su interior se produjo un homicidio imprudente.
La llegada de pateras a las costas almerienses se ha vuelto tan cotidiana, que parece comprensible que se clasifiquen numéricamente. La Patera 81 fue rescatada el pasado 18 de abril. Una embarcación de recreo de dimensiones minúsculas que partió de las costas argelinas con tres tripulantes y una veintena de pasajeros que habían pagado 7.500 euros cada uno por un pasaje al sueño europeo que acabó en trágica pesadilla. Porque una travesía que no debía extenderse más allá de tres horas se convirtió en un viaje por la supervivencia marcado por macabras decisiones que ponen de relieve la crudeza de las mafias de la inmigración.