No sólo Doñana: la reserva malagueña que la sequía ha convertido en un páramo de sal

Piensos La Laguna SL, Cereales Los Flamencos SL, Flamingo Park La Laguna SL… Basta con echar un vistazo al directorio de empresas de Fuente de Piedra para dimensionar la importancia que la reserva natural tiene para este municipio de la comarca antequerana de Málaga. Un humedal interior que se extiende a través de 1.400 hectáreas y cuyas aguas salinas acogen una de las más importantes colonias de flamencos. Un ecosistema rosáceo de trazos impresionistas que la sequía ha evaporado hasta convertir una planicie salada. "La laguna es estacional, y es normal que se seque todos los años, pero no tan pronto", comenta África Lupión, la directora conservadora de este espacio protegido, que advierte: "Desde 1995 no ocurría algo así".

Este paraje evidencia que Doñana no es una excepción. La falta de precipitaciones, el alza de las temperaturas —esta semana se han batido registros históricos en la zona— y un acuífero "sobreexplotado" desde 2005 ponen en riesgo la reserva natural. "Las lluvias han sido muy escasas. Estamos hablando de unos 225 litros por metro cuadrado en todo el año, cuando la media se sitúa en 430", recalca Lupión, que explica que el paraje es recorrido por una tubería que se instaló en los 80 con la que se puede hacer un aporte extra de agua, pero matiza que esta medida solo se adopta cuando los flamencos ya están criando. "El año pasado hicimos un aporte de litros al día, en el centro de la laguna, para que se pudiese completar el ciclo reproductivo iniciado", pero llenar la laguna artificialmente requeriría un suministro inviable cuando las restricciones se están extendiendo en los municipios de la comarca.

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El alcalde villafontense, el socialista Siro Pachón, impulsaba días atrás nuevas medidas para controlar el consumo de agua que quedaron plasmadas en un bando en el que se recordaba la prohibición de llenar piscinas, regar huertos, lavar coches o baldear los patios. Estas limitaciones no le son extrañas a los vecinos de la localidad, que ya vivieron una situación muy complicada el año pasado, por lo que abastecer la laguna con los pocos recursos hídricos existentes podría generar cierto recelo.

Conchi Mateo, de la Asociación Ecologista Ave Fénix, un colectivo implicado en la defensa y protección del humedal, recuerda que la comunión del pueblo con la reserva natural es consecuencia de un trabajo pedagógico de años. "La laguna era la playa de todos los vecinos, por eso, cuando allá por los 80 se declaró reserva natural, y se establecieron limitaciones de acceso, para hacer pozos o cazar, se produjo un distanciamiento" con el espacio protegido. En la actualidad, la llegada de los flamencos es un acontecimiento que sitúa a la localidad en el mapa, y que se ha convertido en un factor decisivo para su proyección exterior, de la que se benefician distintos sectores económicos.

"Desde principio de abril está sin agua, y eso es algo que solo se había producido una vez antes"

Natural de Fuente de Piedra, cuenta que "la sequía es cíclica y siempre ha estado presente en nuestras vidas". "Recuerdo las restricciones que viví cuando era pequeña, y esas pegatinas que poníamos en los baños para concienciarnos contra el derroche de agua", rememora la activista, que, aunque aclara que "era y es un elemento propio de nuestra climatología", no oculta cierta inquietud por "los factores añadidos que agravan la situación" cada vez que se reproduce el ciclo.

"En la carrera me hablaban de la desertificación y parecía que un fenómeno que nunca íbamos a vivir. Pues en mi pueblo ya lo estamos sufriendo", señala Mateo, que confiesa que esta "incertidumbre" le genera una "sensación pandémica", el temor que genera la visión de un futuro cuasi apocalíptico marcado por la falta de lluvia. "Es un escenario posible para el que tenemos que estar preparados".

La directora conservadora detalla que la presencia de colonias de flamencos es el mejor termómetro para conocer la salud hídrica del paraje natural. Para que la especie pueda reproducirse, necesita un determinado volumen de agua; si no se alcanza, las parejas se marcharán a otro humedal. En dos años de esta última década, 2016 y 2021, se produjeron intentos fallidos de cría. "Hubo flamencos, pero no pollos", precisa. Y en otros, directamente no hubo colonias, como en 2012, 2005 y 1995. Después de mucho tiempo, "este año ha vuelto a suceder". "La diferencia es que la laguna se ha secado antes. Desde los primeros días de abril está si agua, y eso es algo que solo se había producido una vez anteriormente".

"A primeros de año había ejemplares que estaban esperando al comportamiento de la laguna, pero conforme fue bajando el nivel del agua, se marcharon en busca de otros territorios de cría. Actualmente, no hay ni uno", sentencia.

África Lupión piensa que los periodos de sequía van a ser cada vez más prolongados y, como es lógico, eso condicionará la cría de flamencos y la supervivencia de la reserva natural. "La laguna es como un manantial: descarga agua del acuífero". Cuando tiene niveles aceptables, surge un ecosistema excepcional. "El síntoma directo de que lleva unos años bajo mínimo, porque no hay recargas de lluvia, es que el agua no aflora en la laguna".

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El acuífero se catalogó como sobreexplotado en 2005 y Lupión considera que es una "asignatura pendiente" realizar una planificación para protegerlo. Un estudio sobre la hidrogeología de la reserva y su entorno, elaborado hace años por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), señalaba ya entonces que la desecación de la laguna "no solo se debe a unas condiciones climatológicas diferentes, sino también a la influencia que sin duda ejercen las captaciones de aguas subterráneas y las transformaciones en regadíos llevadas a cabo en los últimos años". En el mismo trabajo se destacaba también la progresiva implantación del olivar por goteo, cereales o girasol, cultivos que requieren muchos menos recursos hídricos que la alfalfa, el maíz o la huerta tradicional que predominaban en la zona en tiempos pasados.

"No tenemos ningún poder sobre la lluvia", recuerda la directora de la reserva, que sospecha que el panorama actual "va a ser cada vez más frecuente". Conchi Mateo, por su parte, observa en lo ocurrido en Doñana como una clara señal de alarma. "Los humedales de Andalucía están tejidos como una red. Lo que allí pase, afecta a la reserva de Fuente de Piedra". "Hay que abordar la cuestión con una visión de conjunto", recomienda.