Moreno eleva el tono en su competición con Cataluña y denuncia una "persecución hostil"

Juanma Moreno eleva el tono contra la "persecución hostil" que el presidente de la Junta atisba en Cataluña contra Andalucía. La parodia de un programa de TV3 con la imagen de la Virgen del Rocío y la situación que vive una enfermera gaditana que criticó la exigencia del catalán para trabajar en la sanidad de esta comunidad son los argumentos utilizados por el barón popular. El malagueño, con su denuncia, apunta al Gobierno central y retoma el discurso del agravio a solo mes y medio de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Que Moreno airee la situación una semana después del sketch de la polémica da pistas de la relevancia que el PP le quiere dar al asunto. Su coordinador general, Elías Bendodo, ya señaló hace unos días al Govern de Pere Aragonès y recordó que ERC mantiene el Ejecutivo gracias al pacto de presupuestos que alcanzó con el PSC. De fondo hay un convencimiento de que el asunto catalán es beneficioso para las perspectivas electorales del PP en Andalucía, como ya quedó demostrado en 2018, cuando, con la crisis en su nivel más alto, los populares lograron sumar con Cs y Vox para desalojar al PSOE de la Junta después de casi cuatro décadas. Hay cierto consenso en que el auge del partido de Abascal, que fue clave en esa aritmética, bebió del procés.

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El presidente de la Junta recupera este discurso en un nuevo capítulo de su apuesta por medirse con Cataluña, como ya hizo cuando presentó la rebaja del impuesto al patrimonio y aludió a la posibilidad de captar empresas y grandes fortunas que salgan de la comunidad. Hace unas semanas, Moreno estuvo en Barcelona para apoyar al candidato popular en las municipales, Daniel Sirera, pero también para inaugurar la sede de la Delegación de la Junta en la capital catalana. Moreno ya quiso inaugurar esta oficina en la pasada legislatura y ahora le ha dado un carácter netamente empresarial en ese objetivo que tiene de mejorar la imagen de Andalucía y ponerla a competir con las dos grandes regiones económicas del país, Madrid y Cataluña.

No es casualidad este envite desde Sevilla, en un desayuno informativo de Europa Press con su "amigo" Elías Bendodo, cuando faltan poco más de seis semanas para que se coloquen las urnas. Moreno habla de persecución "hostil" y "agresiva" tras la crítica a la Blanca Paloma, pero también por la investigación que se ha puesto en marcha por parte de la salud pública catalana después de que una enfermera gaditana se grabase en TikTok criticando la obligación de saber catalán para sacarse las oposiciones. Con estos mimbres, Moreno ha afeado que el Gobierno no juegue "un papel mucho más fundamental" al defender la "singularidad" de los territorios de España.

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"Por encima de Andalucía no van a pasar", ha dicho Moreno, recuperando un discurso que ya se le podía escuchar a Susana Díaz, por ejemplo. Los presidentes de la Junta tienen tendencia a recordar que fue la movilización social de los andaluces en la transición y en el proceso autonómico lo que generó el actual equilibrio. Lo mismo ocurre con la financiación autonómica, con un modelo pactado por el PSOE y ERC en 2009 que es perjudicial para Andalucía. Moreno, además, tiene un punto a favor, que es su lugar de nacimiento. El presidente de la Junta nació en Barcelona, hijo de emigrantes malagueños que se fueron a la capital en busca de mejores perspectivas económicas, aunque volvió muy pequeño y se crio en Málaga.

La bronca en la izquierda

La consecuencia política de este sketch y esta polémica desde Cataluña también ha resonado en la izquierda andaluza. Dos viejos socios de confluencia, Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez, han tenido un choque después de que la gaditana haya mostrado en televisión una visión no muy alejada de la sonora reacción que ha salido del Gobierno andaluz de Juanma Moreno, que incluso ha presentado una queja formal a la Forta por el contenido del programa.

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D. Robles

Rodríguez, en una intervención en La Sexta, cree que en la broma del programa Està Passant “redunda en reforzar un sistema de discriminación y opresión” a Andalucía. La portavoz de Adelante Andalucía, que ya no tiene escaño en el Parlamento, pero mantiene su actividad política, cree que se trata de un nuevo caso de “andalufobia”, aunque aseguró que su crítica no implica una “censura formal”. “Hay miles de personas que la Semana Santa no la vemos como un ritual religioso, sino como un espacio de socialización, de acaparar recuerdos”, defendió Rodríguez en Al rojo vivo.

Esa intervención, compartida por la cuenta de Adelante Andalucía en Twitter, generó una sonora reacción de Antonio Maíllo, ex coordinador general de IU en la comunidad. “La capataz del señorito”, se limitó a tuitear Maíllo, que está apartado de la primera línea política desde junio de 2019 tras sufrir una enfermedad, pero se mantiene como una suerte de oráculo para la izquierda vinculada a IU y el PCA. No en vano, Yolanda Díaz lo señaló en el desembarco de Sumar en Sevilla, hace unas semanas. Lo cierto es que Rodríguez no le ha contestado a su antiguo colega, pero sí lo han hecho otros dirigentes destacados de Adelante, como la exsenadora Pilar González, que le ha afeado el “rencor” por un mensaje “malaje y simplón”.