El PP contiene la euforia en su nuevo bastión andaluz: "Hay partido" con el PSOE

En el PP andaluz, han bajado el pistón para no chocar de bruces con las expectativas generadas por el éxito del 19-J. Aunque todo haría pensar que los populares continúan surfeando la ola de la mayoría absoluta de Juanma Moreno en las autonómicas, lo cierto es que los trackings que se manejan dentro de la formación dibujan un 28-M mucho más competido y con un PSOE que resiste mejor de lo que pensaban el desgaste de las políticas de Pedro Sánchez, absorbiendo parte del voto de las formaciones a su izquierda.

Tanto es así que en el PP ya solo se muestran convencidos de su éxito en los bastiones ya conquistados en las elecciones de 2019, a pesar del mal momento por el que pasó la formación en aquella primavera. "Málaga, Almería y Córdoba" son las tres capitales de provincia donde se da casi por segura una victoria sin paliativos de los candidatos del PP, mientras que en el resto "hay partido", comentaron fuentes de la formación, que reconocieron la tradicional fortaleza del aparato socialista en una región en la que han gobernado durante casi tres décadas.

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Las polémicas nacionales, consideran, han erosionado la imagen del PSOE, al que en la comunidad con más asesinados por ETA, por ejemplo, se le afea el acercamiento a Bildu. El problema para los intereses del PP es que la principal fortaleza de los socialistas es que, en general, la gestión de los alcaldes está bien valorada después de los años de pandemia. Y ahí la formación del puño y la rosa cuenta con una amplia ventaja. De los 785 municipios que hay en Andalucía, 459 están en manos del PSOE, frente a unos 200 del PP. La cuenta que hacen en San Telmo es que el 70% de los ayuntamientos está en manos de la izquierda y solo el 30% tiene a un alcalde del PP. "A los alcaldes se les está ampliando la sonrisa", cuenta una fuente socialista, que asegura que en las últimas semanas el PSOE ha visto crecer sus números en los trackings internos.

La reducción de las expectativas que sale de los cuarteles generales del PP andaluz contrasta con los mensajes de euforia que se lanzaron en meses anteriores. Hubo una rueda de prensa del secretario general, Antonio Repullo, en la que se llegó a destilar la posibilidad de que los populares conquistaran las ocho capitales y las ocho diputaciones andaluzas. La posibilidad de derrocar al PSOE en la institución provincial en Sevilla y Huelva está ahora mismo muy lejos, mientras que en territorios más propicios, como Córdoba, la balanza se inclinará a un lado u otro por un puñado de votos en pueblos pequeños.

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En las capitales, la situación es similar, más allá de las tres que ya gobierna el PP. El barómetro del Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejería de Presidencia, dio la victoria al PP en las ocho ciudades y posibilidades de gobernar en todas. Pero todo está muy reñido. En Sevilla, una de las batallas más relevantes del 28-M, el candidato popular ha redoblado su estrategia de ataques a la gestión del alcalde socialista, pero lo más optimista para el PP hoy es un empate técnico. Ni siquiera en Granada, donde Moreno ha enviado a su consejera estrella para reconquistar la ciudad, los populares dan por hecha la victoria ante la buena valoración del alcalde. Cádiz también es buen termómetro de esta rebaja de las expectativas. Ni la salida de José María González, Kichi, permite al PP relajarse, ya que los bloques a izquierda y derecha están nivelados y la mayoría podría depender de la entrada de Vox y del partido andalucista al frente del cual está el exconcursante de Gran Hermano Ismael Beiro.

El efecto de la crisis de la izquierda

A este punto de partida negativo hay que sumar un segundo factor que el PP contempla en sus cábalas para el 28-M. La amalgama de formaciones de izquierda no irá en coalición en toda la comunidad. Como mínimo, hay que contar con la salida de las confluencias de Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez, y sus afines, que sí estuvieron en la unidad en 2019. En este escenario, si el PSOE pierde apoyos por la vía de agua de las polémicas nacionales, la fuga de votantes al PP puede ser mitigada por la llegada de antiguos sufragios de Podemos, Izquierda Unida y otras formaciones de este espacio político, en regresión —en parte— por sus reiterados conflictos.

Los populares se muestran cautos, aunque defienden el trabajo de implantación en pueblos históricamente 'reservados' al PSOE e IU

Esta última circunstancia es una variable muy presente dentro de los cuadros de mando de los populares, conscientes de que el debilitamiento de los aliados naturales minimiza las opciones socialistas de arrebatarles alcaldías con pactos de coalición. Es lo que ha ocurrido en la capital malagueña, donde, salvo cambio en las próximas semanas, la ruptura entre IU y la formación morada condiciona notablemente las opciones de un Daniel Pérez que tiene ante sí la complicada empresa de desalojar a Francisco de la Torre.

El regidor malagueño, no obstante, es de los que más tranquilos pueden estar en la próxima cita con las urnas, ya que todos los sondeos internos le otorgan la mayoría absoluta tras dos mandatos de coalición con Ciudadanos. Lo que sí detectan esas estimaciones es un crecimiento de Vox que le permitiría obtener representación por primera vez en la Casona del Parque y que reflejaría una tendencia extensible a otros municipios. Esta circunstancia dibuja un nuevo escenario que situará al PP, en los casos en que sea posible y necesario, ante la tesitura de tener que gobernar o llegar a acuerdos con la formación de Santiago Abascal.

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Los verdes se han percatado de esta ventana de oportunidad y llevan días centrando su actividad en los municipios. Su portavoz en el Parlamento andaluz, Manuel Gavira, ha hecho las maletas y está ofreciendo ruedas de prensa con los candidatos locales para proyectar su imagen. Y lo hace precisamente en los lugares donde la formación de Santiago Abascal tiene más posibilidades: las zonas metropolitanas de las capitales. En la pasada semana, Gavira estuvo en Fuengirola y en la comarca del Aljarafe, la zona de expansión de Sevilla. En estas intervenciones, no obstante, no pierde comba para atizar a Moreno y presentar su partido como el único auténticamente firme frente a la izquierda.

Todo este contexto provoca que los populares vayan con pies de plomo a la cita del 28-M. El gran plus que han conseguido a lo largo de estas dos últimas décadas, señalan, ha sido potenciar su implantación en pueblos y localidades medianas que parecían cotos electorales reservados para PSOE e Izquierda Unida. Un trabajo que esperan que dé sus frutos en provincias como Málaga, donde aseguran que en municipios de menos de 1.500 habitantes puede haber muchas sorpresas. El mantra que sale del cuartel general de la calle San Fernando de Sevilla es que, por primera vez, los populares presentarán lista en todos los municipios de Andalucía.