Moreno retoca su Gobierno con un perfil gestor en Fomento tras la marcha de Carazo

Una mujer granadina y con experiencia de gestión al frente de la Consejería de Fomento. Juanma Moreno ha cumplido con sus propias revelaciones y ha optado por un cambio quirúrgico para remodelar su Gobierno solo ocho meses después de conformarlo. La marcha de Marifrán Carazo, la consejera mejor valorada del gabinete, para intentar reconquistar Granada para el PP se salda con la entrada de Rocío Díaz, la directora del Patronato de la Alhambra en un departamento clave del Gobierno andaluz. "Apostamos por el talento, la capacidad y la excelente gestión", ha defendido el propio presidente de la Junta en el tuit en el que ha desvelado quién se encargará de Fomento a partir de este martes.

Díaz fue concejala de Turismo en el Ayuntamiento de la capital nazarí en la última etapa del PP al frente de la ciudad. Casualmente, es el mismo cargo que tuvo Marifrán Carazo en su anterior etapa municipal, también bajo el Gobierno de José Torres Hurtado, el regidor popular que fue desalojado por una moción de censura en 2016 tras verse involucrado en un caso de corrupción del que fue absuelto. Desde 2019, dirige el organismo que gestiona la Alhambra y los jardines del Generalife, es decir, el monumento más visitado de España. Cuando el PP llegó a la Junta, lo hizo con un mensaje crítico con la gestión socialista y la promesa de que los fondos que salen de las visitas a la fortaleza nazarí quedarían en Granada y no viajarían a Sevilla.

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Díaz cuenta con la confianza de Carazo y se espera que su gestión sea continuista. En parte por el éxito de su antecesora al frente de una cartera en la que Moreno ha puesto mucho peso en materia económica. Lo lógico es que gran parte del equipo de Carazo, muy consolidado, continúe al frente de sus desempeños. Aunque no se puede descartar algún cambio en los segundos niveles, admiten fuentes del PP. El cambio de caras en Fomento llega cuando la oposición, sobre todo el PSOE, ha puesto el foco en la consejería tras la adjudicación de dos contratos de emergencia a empresas de un padre y su hija. Esta segunda compañía, además, no contaba con trabajadores ni experiencia en el arreglo de carreteras, labor que se le encargó en un contrato que superó el millón de euros.

Esa será una de las primeras tareas que tendrá que afrontar, pero Díaz tendrá que luchar también contra la buena valoración de su antecesora. Hay que recordar que el sector de la construcción llegó a presionar a Moreno para evitar la salida de Carazo del Gobierno tras la mayoría absoluta del pasado mes de junio. Su nombre sonó como titular de Presidencia e incluso como portavoz, aunque la posibilidad de su candidatura a la alcaldía de Granada ya se comentó incluso durante la campaña electoral. El reto de Carazo es desalojar al alcalde del PSOE que ha recibido una mejor valoración entre sus ciudadanos, según el último barómetro del Centra, Francisco Cuenca. En el propio PP son cautos a la hora de abordar las posibilidades de Carazo, a pesar de que su salida camino de la capital nazarí es una fuerte apuesta por volver a gobernar una ciudad conservadora en lo sociológico.

El cambio en Fomento es el tercero que afronta Juanma Moreno desde que se convirtió en presidente de la Junta, en enero de 2019. El primero fue en Hacienda, cuando su fichaje estrella, Alberto García Valera, renunció al cargo por motivos de salud. Su sustituto fue Juan Bravo, que fue capaz de sacar adelante tres presupuestos con Vox hasta que lo fichó Alberto Núñez Feijóo para su equipo de Génova. El segundo cambio se produjo tras el fallecimiento de Javier Imbroda por un cáncer cuando todavía era consejero de Educación. Al ser de la cuota de Ciudadanos, la decisión no correspondió a Moreno, pero también fue una crisis quirúrgica, ya que fue sustituido por Manuel Alejandro Cardenete, hombre de confianza de Juan Marín y entonces viceconsejero de Turismo.

Esta tercera reforma del gabinete sigue el mismo guion y demuestra que Moreno es alérgico a las grandes crisis, aunque es cierto que este Gobierno de mayoría absoluta es muy bisoño como para una gran remodelación. Es cierto que se trata de un equipo con menos peso político que el anterior, pero el presidente de la Junta es reacio a este tipo de movimientos. En la pasada legislatura, el líder de Ciudadanos, Juan Marín, presionó para sustituir a Rocío Ruiz, entonces consejera de Igualdad y rival orgánica del exvicepresidente. La posible remodelación se solventó con un reparto de competencias que debilitó a la onubense y que se justificó en la necesidad de mejorar el funcionamiento de las delegaciones provinciales de la Junta.

Los tres cambios de Gobierno bajo el mandato de Moreno se han saldado con un pequeño retoque que no ha afectado a más de una consejería

Ahora el foco está puesto en la Consejería de Salud y Consumo que encabeza Catalina García, sobre todo tras varias crisis relacionadas con la sanidad pública. De un lado está la orden que abre la puerta a la privatización de la atención primaria en caso de necesidad. Del otro la protesta de los sindicatos por la situación, precisamente, de los centros de salud. A esto hay que sumar la polémica por el uso de los contratos de emergencia cuando la Consejería de Hacienda aconsejó el cese de esta práctica hace ya casi dos años, en junio de 2021. Pero Moreno ha vuelto a optar por una remodelación quirúrgica, evitando lanzar un mensaje de derrota con cualquier cambio en Salud.