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'La exposición': intimidad artística y sin morbo del ‘niño pintor’
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DIRIGIDO POR DAVID MOYA

'La exposición': intimidad artística y sin morbo del ‘niño pintor’

El Festival de Málaga estrena un documental, alejado del thriller y sin recrearse en el drama, de David Guerrero, desaparecido en 1987 con 13 años

Foto: Firma de David, el niño pintor. (Cedida)
Firma de David, el niño pintor. (Cedida)

Hay un momento del documental en el que el espectador percibe que la vocación artística de David Guerrero se ha perpetuado en sus hermanos Raúl y Jorge. Y el protagonista es un gorila en Lisboa, la anécdota que vivió en un viaje de estudios del colegio. Se trata de un dibujo de David que estaba deteriorado por el sol y el paso de los años y que Raúl empieza a colorear hasta recuperarlo en su versión original. El alma de los hermanos de sangre y de arte unidos de nuevo.

‘La exposición’, documental dirigido por David Moya, es un canto a la intimidad artística y sin morbo del “niño pintor”, una expresión que no gusta a la familia de David, desaparecido en abril de 1987 en Málaga cuando tenía 13 años. Se trata de uno de los casos más extraños sin resolver de toda Europa.

Foto: David Guerrero Guevara, el niño pintor de Málaga

La cinta no hurga en lo triste, sino en los bellos dibujos, pinturas y caricaturas de un artista cuyo talento se percibía desde una edad muy temprana. La idea del documental arrancó en una exposición del año 2018 en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Málaga que organizó la familia de David con un abundante número de obras del menor. “A partir de ahí traté de conocer cómo pintaba y dibujaba y comprendí que era una pasión compartida con sus hermanos. Quería saber más”, explica Moya en conversación telefónica con este diario.

No como mujer doliente

El director tenía claro que en ningún caso quería un retrato de Antonia Guevara, la madre de David, de mujer doliente, como se ha representado la mayoría de las veces en los medios de comunicación. Antonia disfruta hablando con Raúl, enseña unos calcetines de abrigo que ella misma ha elaborado, va a un centro de adultos que está al lado de su vivienda y en una clase la profesora enseña los números decimales.

placeholder Autorretrato de David. (Cedida)
Autorretrato de David. (Cedida)

Y claro que Antonia recuerda a su hijo, pero no con pena, “aunque el dolor interno sea muy grande”, aclara el director, sino que se le nota feliz enseñando la producción artística de David, un talento fuera de serie, que quizá, como hizo su hermano Raúl, se hubiera ido fuera de Málaga para estudiar Bellas Artes.

“No quiero pertenecer al circo del ‘niño pintor’”, aclara Jorge sobre la sobreexposición mediática que han tenido

Jorge, que también pinta y está más cerca de la frase-emblema del movimiento punk: “hazlo tú mismo”, siempre se mostró partidario de ayudar en el documental, pero aclaró desde el principio que no quería estar en pantalla. Finalmente apareció, con gafas de sol. Su figura también está en un dibujo de Raúl, durante varias partes de la cinta, y no es hasta el final cuando los dos hermanos, y siempre con el recuerdo de David, charlan en el Paseo Marítimo.

“No quiero pertenecer al circo del ‘niño pintor’”, aclara Jorge sobre la sobreexposición mediática que ha mantenido la familia desde que desapareció su hermano.

placeholder Antonia y Raúl. (Cedida)
Antonia y Raúl. (Cedida)

Sin espectáculo

Y esa fobia a las cámaras de Jorge, las ganas de ser anónimo, es recíproco con Raúl y su madre [su padre falleció en 2016]. Abominan de cómo el caso de David se ha convertido en un espectáculo. Por eso querían que al menos esta vez lo que ocurrió se contara a través de sus ojos, “hacernos dueños de la historia, no de lo que quiera decir el presentador de turno”. “Vamos a contar a nuestra manera”, señala Raúl, que ha llegado a exponer su obra en Londres, en un momento de ‘La exposición’.

Foto: David Guerrero Guevara, el niño pintor de Málaga.

Habla el director: “A veces el tratamiento y el tono elegidos por los medios de comunicación parecen obviar los sentimientos de los familiares, que encuentran una espectacularización innecesaria para hablar sobre sus seres queridos y sobre hechos que han marcado sus vidas”. Como también les marcó a los tres hermanos la lectura de Mortadelo y Filemón, Astérix y la revista El Papus.

El mundo de la década de los ochenta con series de televisión como V, Fama y personajes como Prince o Mickey Rourke aparecen en el documental y también obras que figuraban en la muestra de 2018. También se observan cuadros como una reproducción del Cristo de la Buena Muerte de Juan de Mesa, retratos y autorretratos, una versión de El juicio final y otra de Las meninas.

¿Dónde está David Guerrero? Aquí, en este documental está su esencia como artista y el niño que fue.

Hay un momento del documental en el que el espectador percibe que la vocación artística de David Guerrero se ha perpetuado en sus hermanos Raúl y Jorge. Y el protagonista es un gorila en Lisboa, la anécdota que vivió en un viaje de estudios del colegio. Se trata de un dibujo de David que estaba deteriorado por el sol y el paso de los años y que Raúl empieza a colorear hasta recuperarlo en su versión original. El alma de los hermanos de sangre y de arte unidos de nuevo.

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