Retiran a dos niños que vivían de forma deplorable en una casa okupa de Málaga

“El olor no lo podemos empaquetar, pero ojalá así fuese”. Los agentes del Área de Protección al Menor (Aprome) de la Unidad de Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía aún recuerdan el instante en el que entraron en la habitación de la casa okupa y vieron al pequeño de dos meses en unas condiciones deplorables. Llevaban aproximadamente un mes tras su pista, y al fin podían ponerlo a salvo. Junto a su hermano de año y medio, se encuentra con una familia de acogida.

La intervención policial se produjo el 24 de enero en un pueblo malagueño de la comarca del Guadalhorce, adonde la madre, conocedora de que podía estar bajo el radar del Servicio de Protección del Menor de la Junta de Andalucía, se había desplazado tras ser detectada en un inmueble de la capital. La mujer, “conocida” de los servicios sociales, adoptó una actitud itinerante para evitar ser detectada.

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Fuentes cercanas al caso explicaron que la investigación se inició tras un requerimiento del departamento autonómico, pero se aceleró notablemente cuando una llamada anónima alertó a través de la Línea de Ayuda a la Infancia de la precariedad en la que vivían dos niños de corta edad: de 20 y dos meses. La información los ubicaba, junto a la que parecía ser su progenitora, en un inmueble de Málaga, por lo que los investigadores establecieron un dispositivo ante la sospecha de que eran los niños que buscaban.

Se desplazaron al lugar con celeridad, pero, a su llegada, la mujer y los menores no se encontraban. El caso “se complicaba” porque, a pesar de que se trataba de una familia desestructurada, contaba con una cierta red de apoyo que le podía ofrecer cobertura.

La necesidad de localizar a los pequeños era acuciante porque, además de vivir en escenarios insalubres, sabían que el bebé estaba en fase de “estudio médico” por una posible enfermedad y la madre no lo llevaba a las citas médicas. Una circunstancia que podía agravar su estado de salud.

Las pesquisas de los agentes del Aprome situaron a la familia en un inmueble de una localidad de la comarca del Guadalhorce, una vivienda en la que la progenitora estaba acompañada por dos familiares. La intervención de los policías se resolvió sin violencia. Dos de ellos entraron en el domicilio y hallaron al bebé solo sobre un colchón cochambroso. “El hedor”, señalaron las fuentes consultadas, “era insoportable”. La madre, que había dejado solo al pequeño, se encontraba en las cercanías.

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Tras localizar y retirar al otro niño, que quedaron bajo custodia del Servicio de Protección del Menor, fueron entregaron a una familia de acogida, que se hará cargo de su cuidado hasta que concluya el proceso que determinará la idoneidad futura de la progenitora para hacerse cargo de ellos. Esta no fue detenida, aunque esta circunstancia podría variar dependiendo del desarrollo judicial del caso.