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Diez años de La Térmica: estas son las claves del éxito del centro cultural de referencia en Málaga
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Diez años de La Térmica: estas son las claves del éxito del centro cultural de referencia en Málaga

La Noche de los Libros, el Festival Escribidores y exposiciones de alcance internacional, además de una residencia de creadores y ciclos de prestigio han posicionado al espacio de la Diputación de Málaga como referencia nacional

Foto: Centro cultural La Térmica. (EFE/Jorge Zapata)
Centro cultural La Térmica. (EFE/Jorge Zapata)

Hasta hace una década la zona Oeste de Málaga era un territorio inhóspito en el plano cultural para el resto de la ciudad. La Térmica cumplió diez años el pasado 18 de enero enclavado en un antiguo hospicio y hospital reconvertido en el Centro Cívico y cuyos 13.000 metros cuadrados se han convertido en vanguardia de la cultura contemporánea en toda España.

En sus salas han expuesto artistas como Banksy, Marilyn Manson y se realizó una retrospectiva con imágenes de Marisol que sedujeron al público. La Noche de los Libros y el Festival Escribidores han impactado de la mano de figuras como Michel Houellebecq, Mircea Cărtărescu, Nuccio Ordine, Mario Vargas Llosa o Jean Echenoz. El festival de fotografía Ozangé, I Bienal de Fotografía Africana, que acaba de terminar, es también un proyecto de escala internacional.

Foto: Lorenzo Saval, Aurora Luque, Guillermo Busutil y Rogelio López Cuenca. (A. R.)

¿Cuál es el origen de este centro que cuenta con un presupuesto anual más de 500.000 euros y que también acoge una residencia de creadores y es el hogar de jóvenes de la cantera del Unicaja Baloncesto? Tras su paso por la Mostra de Valencia, el gestor cultural Salomón Castiel, primer director del Festival de Cine de Málaga, fue fichado como director del área de Cultura de la Diputación de Málaga con el encargo de impulsar un centro cultural que hiciera una propuesta diferente. También que mirara más allá de los límites locales y provinciales, sin descuidar el entorno, el propio barrio.

“Quisimos pisar la calle”

La inspiración del CCB de Barcelona y, sobre todo, del Matadero de Madrid estaban ahí. Castiel, director de La Térmica desde su inauguración y hasta el pasado mes de agosto cuando fue nombrado secretario general de la Junta de Andalucía: “Queríamos un centro tractor que sirviera para complementar la oferta amplia cultural que había en la ciudad; hacer algo que otras instituciones no hicieran”, cuenta en conversación telefónica con El Confidencial.

placeholder Un visitante en una exposición de La Térmica. (EFE/Jorge Zapata)
Un visitante en una exposición de La Térmica. (EFE/Jorge Zapata)

“Quisimos pisar la calle y tratar de ser un centro referente de lo que estaba pasando en la sociedad contemporánea. Nos condicionó que no estábamos en el centro de la ciudad y la magnitud del edificio, claro. Lo logramos: en el último año de mi gestión tuvimos 150.000 usuarios. El 80% de los gestores culturales de la ciudad han trabajado con La Térmica. Veo el centro con unas bases muy sólidas y consolidadas”, indica Castiel.

“Aquí hay un enorme músculo creativo que cada vez es más intenso y fuerte”, dice Simón

“Nos vamos a volcar en el ecosistema de creadores. Queremos seguir siendo motor del desarrollo cultural”, destaca Nani Soriano, la actual directora del centro, que se plantea a partir de la próxima primavera un homenaje que haga memoria de todo lo que se ha hecho en los primeros diez años de La Térmica. El ciclo ‘Diez años, diez miradas ‘que capitanea el politólogo Pablo Simón se ha inaugurado esta misma semana con la presencia de Marta Peirano. Habrá presencia de políticos y de periodistas como Ángeles Caballero, de El Confidencial, e Isabel Morillo, de ‘El Periódico de España’.

“Si se conoce La Térmica fuera de aquí es porque la proyección de Málaga no es algo que quede circunscrito al ámbito provincial, sino que desde luego está en la gran liga nacional e internacional de la cultura y el arte. Aquí hay un enorme músculo creativo que cada vez es más intenso y fuerte”, detalla Simón a este diario.

“Alta cultura” en la periferia

Soriano valora la “poderosa arma” del streaming que ha servido para que además del valor de la presencialidad se pueda llegar a otros públicos, no solo de otras zonas de España, sino de Latinoamérica. El ejemplo de la hemeroteca sonora de la Fundación Juan March sirve de inspiración para proyectos de podcast que están en curso.

“La Térmica fue un rayo de luz en la escena cultural malagueña. Somos una marca nacional estable y hemos crecido en paralelo a la ciudad uniendo lo radical con lo ‘mainstream’. Las cosas se han hecho bien y los gestores que han empezado aquí y luego están desarrollando otros proyectos siempre dicen que llevan el mosaico [el logo del centro] en el corazón”, narra la directora.

“La importancia de La Térmica es haber podido realizar un trabajo desde la periferia. Se ha hecho alta cultura y ha sido emisor de contenidos vanguardistas y de gran divulgación”, destaca Alfredo Taján, director de la Casa Gerald Brenan y que ha organizado varios ciclos para la institución como de literatura y viajes o uno más reciente sobre Stefan Zweig.

“La Térmica ha traído a gente muy importante de España y de fuera con apuestas arriesgadas y novedosas”, dice Peregrín

María del Mar Peregrín ha dirigido también ciclos y talleres en La Térmica. Dos de los principales han sido un club de lectura donde han pasado escritores de prestigio del panorama nacional y otro, también con creadores de obra relevante, denominado ‘Yo no he venido a hablar de mi libro’ y ‘El desayuno de los campeones: qué leen los escritores’, que radiografiaba la ‘dieta’ de lecturas de los autores.

“La Térmica siempre ha sido un centro innovador y muy creativo. Ha traído a gente muy importante de España y de fuera con apuestas arriesgadas y novedosas. Es un centro muy prestigioso gracias a Salomón Castiel, de los más importantes gestores del país”, señala Peregrín, psicóloga y ‘coach’ personal.

Txema Martín impulsó en 2015 el festival La Noche de los Libros, también conocido como Málaga 451, cuyo nombre se basa en la distopía de la película de François Truffaut. “En ese momento”, recuerda, “parecía que peligraba el formato papel. Creíamos en el libro como contenedor insuperable de la palabra escrita y queríamos organizar una actividad distinta a la que había en Málaga de fomento de la cultura. Era importante hacerlo desde un planteamiento nada conservador ni endogámico, con un público que no estaba en el circuito de presentaciones de los libros y bibliotecas”.

Foto: Varias personas juegan a un videojuego en una imagen de archivo. (EFE/Mariscal)

El formato festivalero aplicado a la literatura situó a los autores en un lugar escénico privilegiado, “tratándolos como estrellas de rock y aplicando el fenómeno fan a la literatura” subrayando el carácter internacional del evento. “Houellebecq y Echenoz pocas veces salen de sus países”, aclara Martín, que subraya la complicidad del tejido de librerías independientes de la ciudad.

En la última edición prepandemia (2019) se vendieron 1.200 libros en poco menos de cinco horas cuando se llegaron a congregar 10.000 personas. “Esa cantidad no es lo importante. No se trata de crear ningún monstruo. Estos números no hacen ni mejor ni peor una actividad. Lo que sí nos dimos cuenta de la importancia del golpe de entusiasmo para los libreros y de que se trata de un punto de encuentro de reunión y fiesta”.

La actuación de grupos musicales y de precios populares de bebidas complementaron la oferta de La Noche de los Libros y sirvió como preámbulo a una actividad muy querida por los gestores del centro como son los RED Friday, un rastro cultural que acoge La Térmica los primeros viernes de cada mes y que atrae a un público intergeneracional.

“Tuvo el talento de rodearse bien y ceder la dirección de los ciclos a quienes podíamos traer lo mejor del país a la ciudad”, explica Gross

El periodista y profesor Teodoro León Gross ha dirigido ciclos centrados en el periodismo, la novela negra y la política: "El centro recoge el testigo de la movida de los ochenta en la ciudad, que pivotó en torno al Centro Cultural del 27, ahora con un marchamo mucho más cosmopolita. El sello de Salomón Castiel, después de su éxito con el Festival de Cine, es determinante. Tuvo el talento de rodearse bien y ceder la dirección de los ciclos a quienes podíamos traer lo mejor del país a la ciudad, de la filosofía a la novela negra, del pensamiento político a la nueva psicología. Parte de su éxito pasó por recuperar un lugar con el encanto de la Casa de la Misericordia decimonónica y convertirlo también en foco de creación. No será fácil que mantenga esa impronta sin él”.

Manuel Arias Maldonado es catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga. Recuerda que en el primer proyecto para la Térmica reunió a corresponsales extranjeros en España, economistas que trabajaban en blogs y responsables de revistas. Fue un éxito, al igual que cuando invitó a Ignacio Peyró, entonces director del Instituto Cervantes en Londres y su actual responsable en Roma, para hablar del Brexit.

Dirige el politólogo el Aula de Pensamiento Político. Trae a Málaga a cinco o seis personas al año. “Por definición, eso tiene menos impacto que los festivales o los ciclos, que cuentan con reclamos diferentes. Yo también intento arriesgar con gente menos conocida pero que sabes que es buena, aunque el público quizá te abandone”.

Valora la relevancia que ha tenido en la ciudad porque ha atraído La Térmica debates que se producen en lo local y que luego vuelven a sus lugares de origen hablando del centro. “He traído a conferenciantes que han repetido, como Fernando Vallespín. Y eso va generando un lugar de respeto hacia Málaga de un lugar con unas características muy marcadas y respetables”.

La Térmica tiene “algo de cajón de sastre, de modo inevitable, al dar cabida a muchos temas y ángulos”, apunta Maldonado

También tiene claro que La Térmica tiene “algo de cajón de sastre, de modo inevitable, al dar cabida a muchos temas y ángulos. Lo que se pierde en coherencia, se gana en diversidad. En el contexto andaluz también es una rareza, la introducción de una novedad que en Málaga no existía frente a la tradición universitaria de Granada, con unos gloriosos años 80, y Sevilla con su gran efecto de centralidad política. La ciudad se ha situado, de manera sostenida, en el ecosistema nacional de debates intelectuales con las figuras de referencia en cada momento, con mayor o menor fortuna de originalidad del programador del evento”.

Uno de los grandes debates ha sido si la creación hace un par años del Centro de Cultura de La Malagueta, con su unidad propia de gestión, pero con programación también diseñada desde La Térmica, haya podido complementar o fagocitar la oferta inicial. Nani Soriano cree que La Malagueta debería conseguir “una identidad propia y más separada”.

Sostiene Castiel que La Malagueta y La Térmica se dirigen a públicos distintos. La Malagueta se adentra en temáticas más divulgativas y La Térmica ofrece contenidos más disruptivos. “El éxito de La Malagueta ha sido enorme tanto en asistencia de público como en una necesidad cultural que también tenía el barrio. Es una instalación magnífica y con ello también hemos contribuido a hacer ciudad”. Arias Maldonado no cree que ambos centros vayan a competir, pero, claro, eso lo tienen que decir los gestores del centro, ¿no? “Quizá el público más joven vaya más a La Térmica y el que no es tanto se quede en La Malagueta”.

El Confidencial contacta con el periodista y escritor Juan Cruz, un histórico de las letras españolas y ex editor de Alfaguara. Ha sido uno de los imprescindibles en estos años de La Térmica al que se le recuerda por sus diálogos siempre interesantes con autores como Manuel Vicent, Fernando Aramburu o Luis Landero. Esta es su valoración de la década:

“La Térmica ha sido una de las grandes sorpresas de mi vida cultural como parte de los que nos dedicamos a la agitación en favor del libro. En el tiempo en el que yo la conocí tenía una ansiedad de ver en España cosas que había visto en Inglaterra en sus grandes ambiciones de hacer de la cultura algo vivo que reflejara el interés de todo el mundo y no solo de una elite.

“Que llegue a los pueblos”

Las ideas de La Térmica siempre han sido frescas y, por así decirlo, nutritivas. Porque no han ido a favor de los autores, sino de los lectores. Eso para mí supuso una novedad porque las entidades culturales españolas tienden a un elitismo equivocado que es el que supone que los que son interesantes de acoger son los que ya saben. La Térmica se ha empeñado en que también fueran los que no saben y tienen interés en conocer. Ha sido un regalo que me hizo Salomón invitándome algunas veces a este acontecimiento que tiene nombre propio: La Térmica Salomón Castiel”.

¿Y seguirá si hay cambio político en la Diputación? “No creo que la quiten porque sería un escándalo”, argumentan en el PP. “Nos parece bien el proyecto de La Térmica”, reconoce Luis Guerrero, diputado del PSOE. “Eso sí, queremos que se descentralice, que llegue a los pueblos y mejorar la programación”, añade Guerrero. En los próximos años La Térmica tendrá que hacer frente a una rehabilitación de un edificio que tiene 110 años… y seguir con su renombre nacional.

Hasta hace una década la zona Oeste de Málaga era un territorio inhóspito en el plano cultural para el resto de la ciudad. La Térmica cumplió diez años el pasado 18 de enero enclavado en un antiguo hospicio y hospital reconvertido en el Centro Cívico y cuyos 13.000 metros cuadrados se han convertido en vanguardia de la cultura contemporánea en toda España.

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