Vox aprovecha el ataque para agitar el miedo al islamismo en uno de sus bastiones andaluces

No habían pasado dos horas desde que Yassine Kanjaa comenzó el trágico asalto a varias iglesias de Algeciras cuando Vox anunció una convocatoria de prensa en la plaza Alta de la ciudad gaditana. La cita fue 12 horas después, a unos metros de donde yació el cuerpo de Diego Valencia, el sacristán de la vecina iglesia de La Palma. Allí, en el centro neurálgico de la localidad, el portavoz de la formación en Andalucía, Manuel Gavira, advirtió de que "el islamismo ya está en nuestra tierra porque unos les abren las puertas, otros los financian y las consecuencias las sufrimos los españoles".

El dirigente regional estuvo arropado por cargos de Vox en el Campo de Gibraltar, por su compañera en el Parlamento regional Blanca Armario y la diputada nacional Rocío de Meer, que ocupa escaño en el Congreso por Almería. En las últimas elecciones autonómicas, Vox logró más del 20% de los votos en la provincia más oriental de Andalucía, un porcentaje casi calcado al que alcanzó en Algeciras. En ambos lugares, fue la segunda fuerza, por detrás del PP de Juanma Moreno.

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En la ciudad gaditana, Vox llegó a vencer en las generales de noviembre de 2019. Los datos indican que los de Abascal tienen el terreno abonado allí donde la presencia de extranjeros es elevada, como ocurre en Algeciras. En una población de 122.982 habitantes, hay 10.325 extranjeros censados. Y el 60% de esos foráneos son marroquíes, la nacionalidad del agresor de la noche del miércoles. A ello hay que sumar el factor de frontera que tiene esta gran ciudad —la décima de Andalucía por población—, que es cabeza de puente de la operación Paso del Estrecho (OPE). 870.109 personas pasaron el pasado verano el puerto de la localidad camino del norte de África, en esta migración que coincide con la celebración musulmana del Día del Sacrificio, que se celebró el 9 de julio.

Con este contexto, entre llamadas a la calma desde las organizaciones islámicas de la ciudad (y del resto de confesiones, como la Conferencia Episcopal Española), Vox ha elevado el tono para denunciar que hay "culturas incompatibles con la nuestra". "No nos vamos a callar, no nos van a silenciar y no vamos a dejar de denunciar lo que está sucediendo, porque más vale prevenir que llorar, y ayer en Algeciras se lloró y mucho", zanjó Manuel Gavira desde la plaza Alta de la ciudad, donde también felicitó a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y denunció el "maltrato" a la Iglesia católica, "que nadie sale a defender".

Gavira se despachó contra Pedro Sánchez, pero también contra Alberto Núñez Feijóo, porque en sus tuits de condolencias por la agresión hablaron de "fallecimiento" y no "asesinato". Juanma Moreno sí utilizó esa palabra en el mensaje que envió a última hora del miércoles en sus redes sociales, pero durante el jueves se sumó a esas llamadas a la "serenidad" de la mayoría del espectro político. El presidente de la Junta habló de "hecho puntual", más allá del avance de las investigaciones, pero pidió que "nadie generalice hacia ningún colectivo ético ni religioso".

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Moreno recordó que en Algeciras conviven hasta 129 nacionalidades y puso el foco en esa diversidad que está presente en zonas de Andalucía como el Campo de Gibraltar, Almería o Huelva, "sin que se haya producido ningún altercado grave". Es imposible no acordarse de los disturbios que se registraron a principios de la década de los dos mil en El Ejido por la muerte de un inmigrante. Y también tener en cuenta que los buenos datos de Vox en Algeciras tienen su eco en esta ciudad del extremo oriental de Andalucía. En la ciudad almeriense, Vox también ganó en las generales de noviembre 2019 y quedó segundo en las andaluzas.

El asesinato del sacristán Diego Valencia ha ocurrido cuando faltan apenas cuatro meses para las elecciones municipales, que son precisamente la asignatura pendiente de Vox. En 2019 no se desplegó por todo el territorio, pero en estos años se ha extendido por las provincias. Lo lógico es que mejore sus números el próximo mayo, y más en zonas donde ya está asentado, como ocurre en el Campo de Gibraltar.

Mientras se producía el suceso, el alcalde algecireño, José Ignacio Landaluce, era confirmado como candidato del PP para el 28-M en un acto que contó con la presencia del propio Juanma Moreno. Fue en el transcurso de ese mismo acto cuando el regidor fue informado del crimen. El veterano regidor gobierna gracias al apoyo de Ciudadanos, pero la probable desaparición de los naranjas deja a Vox como único posible aliado del popular en caso de que no llegue a la mayoría absoluta. La duda es cómo puede afectar un suceso como el protagonizado por este agresor, sobre el que se investiga su posible conexión con el yihadismo. En uno de los tuits publicados por De Meer, añadía otra vertiente, la "inseguridad" que en Vox agitan también como argumento electoral.

Tras la comparecencia de Manuel Gavira y las declaraciones de Santiago Abascal, que ha dicho que hay políticos que "no pueden ocultar su responsabilidad" por el crimen de Algeciras, el secretario general del PP andaluz, Antonio Repullo, ha acusado a Vox de "utilizar políticamente" el atentado y ha pedido "separar lo que es la política y las cuestiones más humanas". "Hoy es el día de estar con las familias", zanjó el dirigente popular, que rechazó las "generalizaciones" y recordó que "el pueblo de Algeciras siempre ha sido un ejemplo de tolerancia histórica, igual que es un ejemplo Andalucía. Llevamos siglos acostumbrados a convivir las diferentes culturas y religiones".