Junta y Gobierno se acercan para desatascar el pacto por Doñana que defiende Andalucía

El agua vuelve a los cauces y a las marismas de Doñana justo cuando la Junta de Andalucía y el Gobierno comienzan el deshielo después de un año de conflictos a raíz de los regadíos del entorno del parque nacional. Las dos administraciones se reunirán antes de final de año para desatascar el bloqueo, pero ya este miércoles habrá avances en el Consejo de Participación de Doñana que se celebra en Almonte y que abordará la situación de los cultivos y de los acuíferos de los que se nutre el humedal.

El encuentro entre el consejero de Sostenibilidad, Ramón Fernández Pacheco, y el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, será casi con total seguridad en la última semana del año. El 28 de diciembre se postula como posible fecha, aunque será una reunión telemática debido a la complicación que supone la cercanía de la Navidad. El dirigente andaluz planteará al alto cargo del Ministerio de Transición Ecológica un "pacto de estado" para consensuar las medidas de protección para Doñana y hacerlas compatibles con el desarrollo económico de la zona.

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El encuentro vendrá precedido de una serie de choques, el último hace solo unos días, cuando la ministra Teresa Ribera acudió a Almonte para presentar el plan del Gobierno para Doñana y recibió críticas de la Junta por falta de transparencia. Fernández Pacheco cargó contra la dirigente socialista porque invitó a la Junta, junto al resto de actores sociales de la comarca, a la presentación pública del plan sin informar antes del contenido del plan. Ribera dedicó casi dos horas a divulgarlo delante de ecologistas, agricultores, concejales del Condado de Huelva y dirigentes provinciales de la Junta que representaron al Gobierno andaluz.

La propuesta del Gobierno pasa por mejorar la depuración de las aguas que acaban vertidas en Doñana, perseguir las captaciones ilegales de agua que esquilman los acuíferos y seguir comprando fincas y derechos hídricos para quitar presión a los depósitos subterráneos. Para suplir esa falta de agua, el Ejecutivo plantea cumplir el trasvase aprobado en 2018 que supone la llegada de 20 hectómetros cúbicos a la cuenca del Guadalquivir desde la del Tinto-Odiel-Piedras, desde donde debe llegar también el agua para el abastecimiento del núcleo costero de Matalascañas, que ahora también se nutre del agua que hay bajo Doñana.

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Esa apuesta por el agua en superficie es compartida por la Junta, pero hay un punto de discordia. El Gobierno andaluz plantea -como admitió a Bruselas- revisar el actual reparto de las zonas regables que figura en el Plan de la Corona Norte Forestal para permitir el riego a determinados agricultores que ahora no tienen permiso. Y el Ministerio de Transición Ecológica no tiene ninguna intención de dedicar los nuevos recursos que lleguen a ampliar cultivos. Hay que tener en cuenta que los frutos rojos que salen de la zona generan un gran impacto económico. En los nueve primeros meses de 2022, España ha exportado estos frutos por valor de 1.300 millones, su récord en este periodo. El 86% proceden de Huelva, según datos de Extenda.

La polémica ley de regadíos

Ese será el principal punto de roce entre las dos Administraciones, ya que está en el origen de la proposición de ley que PP, Cs y Vox impulsaron en la pasada legislatura y que generó la queja airada de Ribera, pero también una respuesta contundente de Bruselas. La reacción de la UE, que advirtió de un posible inclumplimiento de sentencias del Tribunal de Justicia comunitario si se impulsaba la ley, es lo que ha hecho recular al Ejecutivo autonómico.

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Hay que recordar que el PP, que ahora sustenta en solitario al Gobierno andaluz, impulsó esta medida el pasado año ante el temor de que Vox lo hiciera en solitario para ganarse el apoyo del sector agrícola. Es relevante afirmar también que los ayuntamientos afectados por la norma -Moguer, Rociana del Condado, Bonares, Almonte y Lucena del Puerto- apoyaban la propuesta a pesar de que ninguno está en manos de los populares.

Estos asuntos se abordarán en la reunión entre Fernández Pacheco y Morán, pero también en el Consejo de Participación de Doñana que preside Miguel Delibes de Castro. Este es el seno donde la Junta quiere abordar la situación, ya que cuenta con todos los actores implicados: las tres administraciones, ecologistas, propietarios de fincas y agricultores.

Llegan las lluvias

La reunión de este organismo después de más de un año llega cuando las lluvias comienzan a tener efectos visibles en el parque natural y su entorno. El director de la Estación Biológica de Doñana, Eloy Revilla, explicó el martes a EFE que las precipitaciones caídas hasta ahora están hidratando los suelos, paso previo a que las marismas recuperen su estado habitual, como ya se puede ver en la zona de El Rocío. Cosa distinta es lo que ocurre en las lagunas que se nutren del acuífero, que no se podrán llenar hasta que no se colmaten las balsas subterráneas, ahora muy afectadas por la sequía y el uso humano.

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"Paciencia y cruzar los dedos para que siga lloviendo así, añadió Revilla, que coincide con los ecologistas de WWF al advertir que hay que seguir aplicando las medidas incluidas en el plan de acción presentado por Ribera a pesar de que el estado del humedal mejore con las lluvias.