El ‘chocolate’ de la posguerra que ahora persiguen los ladrones del campo

Con un precio en el mercado legal que oscila entre 1,5 y dos euros el kilogramo, la algarroba ha entrado con fuerza en el carrusel de productos más deseados por los ladrones del campo. Sus múltiples usos en ámbitos tan diversos como la nutrición, la cosmética e incluso la medicina han disparado su demanda hasta despertar el interés de los amigos de lo ajeno por un fruto que durante mucho tiempo únicamente se utilizaba como complemento alimenticio para el ganado. La Guardia Civil informaba días atrás de una serie de actuaciones que han permitido esclarecer la sustracción de casi 115 toneladas en distintos puntos del país.

La edad de oro que está viviendo la algarroba, y por la que ha incrementado notablemente su precio, es la consecuencia de un cambio de paradigma que a su vez está provocado por un aumento de sus usos que multiplica las salidas y por una transformación de la imagen de un producto asociado a las penurias económicas de la posguerra española. “En aquellos tiempo, muchas personas sin recursos económicos la utilizaban como sucedáneo del chocolate, y era un complemento nutritivo ante la escasez de alimentos”, señalaron fuentes del Instituto Armado en Cádiz, que añadieron que esa asimilación con el contexto probablemente influyó en que se dejara de consumir cuando la situación mejoró para la mayoría de la ciudadanía. Por lo que su utilización prácticamente se ciñó al engorde de ganado.

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El descubrimiento de nuevas utilidades en el sector de la nutrición —para la confección de barritas energéticas o harinas, por ejemplo— o de la estética —cremas para el cuidado de la piel— han transformado la imagen de un fruto del que también se destacan sus propiedades anticancerígenas, contra diabetes y antioxidantes, según ha constatado en un estudio el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas), dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La demanda ha crecido tanto que un kilo de este fruto se abona en el mercado legal por entre 1,5 y dos euros, por eso los ladrones incluso se adentran en lugares de difícil acceso para hacerse con unos cuantos sacos. Es lo que le ocurrió al secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) Málaga, Antonio Rodríguez, quien en un terreno de su propiedad en Sedella se percató de que algunos delincuentes habían accedido a pie a un lugar remoto en el que tiene unos cuantos algarrobos. “A donde estaban, no se podía llegar en coche porque es una zona de sierra con barrancos, y fueron hasta allí para llevarse unos kilos”, explica a El Confidencial.

Los ladrones de algarrobas son “gente conocida” que “acumula antecedentes” por estos robos

Las mencionadas fuentes de la Guardia Civil, en base a las últimas actuaciones realizadas, señalaron que los ladrones de algarrobas son personas especializadas en robos en el campo que van saltando de cultivo en cultivo dependiendo de la época del año. Unos meses pueden estar centrados en el aguacate, otro en las aceitunas y otro en las naranjas. “Acumulan antecedentes por este tipo de hechos, son gente conocida”, añadieron.

Rodríguez destacó que “la fecha recogida de algarroba ha pasado, ya que se suele realizar en los meses de septiembre y octubre, que es cuando está madura”. No obstante, “desde hace dos o tres años, las están robando hasta cuando están verdes”.

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Los dispositivos que ha puesto en marcha el Instituto Armado estaban destinados no sólo a capturar a los autores de los robos y hurtos, también a las personas que les compran la mercancía robada a un precio muy inferior al normal. En las intervenciones realizadas en Cádiz o Málaga, por ejemplo, se dio la circunstancia de que algunos titulares de las instalaciones y centros de almacenaje que habían sido víctimas de los delincuentes, acabaron siendo investigados porque durante las inspecciones no pudieron acreditar la trazabilidad del producto que recibían y si su origen era lícito. Asimismo, los agentes localizaron miles de kilos de algarrobas en garajes y fincas privadas, cuyos propietarios carecían de cualquier tipo de documentación para realizar esta actividad agrícola, ni que acreditase su procedencia.

La actual burbuja está haciendo que algunas personas, con o sin experiencia en el campo, y en posesión de una porción de tierra, estén comenzando a plantar algarrobos. “Son árboles muy resistentes al calor, a la sequía y suelos áridos, también soportan bien la humedad ambiental mediterránea y no necesitan mucha agua para sobrevivir”, se destaca en el blog Directo al paladar, en el que se informa sobre sus múltiples aplicaciones en la repostería —bombones, gominolas, siropes, dulces...— o su conversión como aditivo autorizado. Pero ante la fiebre que pueda despertar los precios de la algarroba, Rodríguez advierte de los tiempos para que una explotación pueda ser rentable.

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Nunca han habido grandes cultivos de este fruto, y los que había, eran de ejemplares centenarios. Reconoce que “es un árbol rústico, que se adapta a nuestras condiciones meteorológicas, pero que en condiciones normales, si no se le ayuda arando el terreno, abonándolo y aportándole agua, puede tardar bastantes años en producir”. “Por lo menos diez”, precisa a modo de aviso.

Ocho detenidos por el robo de una tonelada de aceitunas en Antequera

Agentes de la Policía Nacional, con la colaboración de guardias rurales, han detenido en Antequera (Málaga) a ocho personas por su presunta participación en el hurto de una tonelada de aceitunas en una finca de la localidad. Los sospechosos, de entre 19 y 42 años de edad, fueron sorprendidos a bordo de tres vehículos con el cargamento y diversos útiles para varear los olivos.

Las detenciones se produjeron días atrás, a raíz del aviso de unos guardias rurales que alertaron a la Sala 091 sobre la presencia de una cuadrilla de personas supuestamente sustraían aceitunas en un terreno rural de una zona conocida como Paraje de San Antonio.

Hasta el lugar se dirigieron varias dotaciones de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Antequera que, de modo coordinado con los guardas rurales, se desplegaron por el territorio y cortaron las vías de salida para evitar la huida de los sospechosos.

Los agentes dieron el alto a tres vehículos e identificaron a sus ocupantes. En el interior de los coches, que habían sido desprovistos de los asientos traseros para aumentar la capacidad de carga, se recuperaron 1.096 kilogramos de aceitunas -que llevaban trozos de ramas al haber sido arrancadas con gran violencia de los árboles- y se intervinieron redes, palos y otros útiles para varear los olivos.

Los sospechosos fueron arrestados por estos hechos y, además, se les atribuyeron otros dos robos, de 5.000 y 1.500 kilos del mismo producto, denunciados el pasado día 2 de diciembre.