¿Un mirlo verde en el PP? Moreno encabeza el discurso ecologista de su partido

Hace ya 15 años de ello, pero todavía resuenan las palabras de Mariano Rajoy sobre su primo, catedrático de Física de la Universidad de Sevilla, y la imposibilidad de predecir el cambio climático. Isabel Díaz Ayuso fue más allá hace unos días, cuando aseguró que este proceso ha existido "desde siempre" y acusó a la izquierda de exagerar con la emergencia climática "sin evidencia científica". Mientras tanto, Juanma Moreno ha pasado la semana en Egipto, en la cumbre del clima de las Naciones Unidas, en un nuevo paso de su agenda verde, que lo convierte en la punta de lanza ecologista en un partido que no siempre ha destacado por su conciencia ambiental.

Mariano Rajoy hizo célebre a su primo en 2007, cuando dijo que "el cambio climático no lo podemos convertir en el gran problema mundial". Ocho años después, participó en una cumbre climática como la que se acaba de celebrar en el país norteafricano y señaló el calentamiento global como el gran problema medioambiental de nuestro tiempo. La mayoría de los españoles comparten la preocupación, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que en abril desveló que el 89,1% de la población cree que "estamos asistiendo a un cambio climático".

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Entre los votantes del PP, el porcentaje es algo menor, ya que cae hasta el 81,5% de los encuestados. El 14,2% de los que optaron por la papeleta popular en las elecciones de 2019 es negacionista del cambio climático. Solo Navarra Suma (26%), Teruel Existe (29,8%) y Vox (34,3%) cuentan con más votantes refractarios al discurso ambiental. Los porcentajes en las fuerzas de izquierda son mucho menores, ya que el PSOE cuenta con un 3,1% de negacionistas, Ciudadanos con un 6,3% y Unidas Podemos con un 1,1%.

"El ecologismo siempre ha estado en el espectro de la izquierda, es un movimiento que exige una transición en la sociedad de una forma u otra", señala Ángel Valencia, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, que ha investigado sobre la conciencia medioambiental de la ciudadanía.

Díaz Ayuso aseguró que no hay "evidencia científica" sobre los escenarios negativos que provocará el cambio climático

Este profesor recuerda intentos por armar fuerzas verdes, como Iniciativa per Catalunya o la apuesta de IU-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía en el sur. La política de alianzas y el debate sobre disolver el carácter verde en una coalición con otras fuerzas para lograr mejor resultado han condicionado siempre el éxito de estas fuerzas, hoy presentes en Más País-Equo o su escisión, Alianza Verde, el partido de Juantxo López de Uralde.

Ecologista en el centro derecha

"Yo no llamaría ecologista a Juanma Moreno, hay que ver qué políticas pone en práctica en esta legislatura, pero es cierto que tiene un discurso distinto dentro de su propio partido", incide el profesor, que contrasta la actitud del andaluz con su compañera Isabel Díaz Ayuso o con el propio Alberto Núñez Feijóo, "que habla muy poco" sobre medio ambiente. "La derecha es más descuidada para estas cosas", incide el politólogo.

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El gallego deslizó en septiembre que, si llega a la Moncloa, revisará la ley de cambio climático aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez para eliminar el veto al fracking. Esta técnica de extracción de gas está prohibida por su impacto medioambiental, pero este movimiento de Feijóo no puede asociarse al escepticismo sobre el cambio climático que sí ha desplegado la presidenta de la Comunidad de Madrid. Díaz Ayuso se aproximó a las tesis de Vox, el partido con un cuerpo de votantes con más negacionistas, para acusar a la izquierda de plantear "los peores escenarios" en materia de emergencia climática.

"Es casi una rebelde contra el cambio climático", apunta Ángel Valencia, que contrasta las "posiciones ultramontanas" de Díaz Ayuso con la postura de Juanma Moreno. El catedrático de la UMA considera que el discurso verde del andaluz tiene que ver con su intento de proyectarse como "un líder moderado y dialogante". También cree que sus constantes alertas sobre la sequía y la falta de agua son también una forma de hacer "guiños" a la población al respecto de un tema "realmente importante" en Andalucía.

Quienes conocen a Moreno aseguran que no hay postureo en su discurso verde, que es un conservacionista convencido. En su entorno, cuentan que tiene que ver con su querencia por el mundo rural. "Sueña con vivir en el campo", dice una fuente cercana al presidente de la Junta. Pero tiene en el debe algunas lagunas del ámbito medioambiental, como el intento de su partido (junto a Vox y Ciudadanos) de sacar adelante una regulación de los cultivos en el entorno de Doñana que regularizaría cientos de hectáreas de regadío, ahora prohibido.

La COP30 de la discordia

La apuesta verde de Moreno, que debe refrendar en su segundo mandato, ha cristalizado en la creación de una Consejería de Sostenibilidad separada del Departamento de Agricultura y en su empeño en facilitar la instalación de potencia renovable en la comunidad para ampliar la capacidad de generación hasta los 20 GW. Moreno habla de soberanía energética sin mencionar la nuclear y esta semana ha sido el único presidente autonómico en la cumbre de Egipto, donde ha dicho que hay que hacer un esfuerzo pedagógico por concienciar a los escépticos del cambio climático.

Allí propuso a Andalucía como sede de la COP30, prevista para finales de 2025. Se encontró con el obstáculo de la candidatura de Lula para la Amazonía y el rechazo del Gobierno central, que recordó que hay un turno entre continentes y que Europa occidental debería esperar a 2026. Moreno, este viernes, rehuyó la confrontación y abrió la puerta a esperar un año más, pero pidió al Ejecutivo de Pedro Sánchez que no "busque excusas" y apoye su solicitud, que remitió por carta al presidente. Incluso habló de colocar en Huelva la cumbre, por su cercanía a Doñana.