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El PSOE andaluz no despega: cae a su peor dato histórico tras cuatro años de oposición
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UN AÑO CON JUAN ESPADAS AL FRENTE

El PSOE andaluz no despega: cae a su peor dato histórico tras cuatro años de oposición

El último barómetro del Centra dejó a los socialistas con su registro más bajo. Los esfuerzos de Espadas por hacer frente a Moreno, casi intratable, no dan frutos en un partido que sigue en transición

Foto: Juan Espadas, en el Parlamento andaluz durante un pleno. (EFE/José Manuel Vidal)
Juan Espadas, en el Parlamento andaluz durante un pleno. (EFE/José Manuel Vidal)
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Juan Espadas está a punto de cumplir un año como jefe de los socialistas andaluces con plenos poderes. Y, en unas semanas, el 2 de diciembre, se cumplen los cuatro años de la noche electoral más aciaga para los socialistas andaluces. Ganaron las elecciones, pero PP, Ciudadanos y Vox sumaban más que las izquierdas. El PSOE en la región, que fue una formidable máquina de ganar, todavía no se ha recuperado del golpe y anda buscando su identidad como partido alejado del Gobierno. Y, por el momento, no la encuentra. Tanto que las encuestas lo sitúan en su peor momento.

La dirección de San Vicente, histórica sede de los socialistas en Sevilla, hizo autocrítica varias semanas después de los comicios. Tras el golpe inicial, Espadas y los suyos apuntaron a la falta de tiempo para desplegar su proyecto después de imponerse a Susana Díaz en las primarias de junio de 2021. Después, el exalcalde de Sevilla hizo un diagnóstico más profundo, señaló que la pérdida de votos comenzó hace mucho, en el marco de la gran recesión, y admitió que el PSOE había perdido la conexión con la ciudadanía andaluza que lo llevó a gobernar en la comunidad durante 37 años.

Foto: Pedro Sánchez y Felipe González se saludan en el escenario del auditorio donde celebraron los 40 años de la victoria de 1982. (EFE/Julio Muñoz)

"Estamos en un proceso de aceptación y aprendizaje", apunta un dirigente del partido, que descarta cualquier movimiento orgánico encaminado a mover la silla del líder socialista. Parte de esa calma tiene que ver con la cercanía de las elecciones municipales del próximo 28 de mayo, preludio de las generales de finales de 2023. Ese calendario electoral, con Andalucía fuera de la pugna autonómica hasta dentro de cuatro años, explica parte de la tranquilidad orgánica que vive el PSOE andaluz. Y los alcaldes, que ostentan el poder institucional del PSOE andaluz, están centrados en repetir el éxito de 2019, cuando el PSOE rozó el millón y medio de votos solo unos meses después de la victoria pírrica del 2-D. Ahora la situación es bien distinta, ya que el viento de cola empuja al PP bajo la égida de Juanma Moreno.

Espadas, el 19-J, se quedó en 883.000 sufragios, por debajo de la barrera psicológica del millón, lo que dejó al PSOE con 30 escaños en el Parlamento andaluz. El barómetro de la Fundación Centra que se hizo público a principios de la semana pasada reduce aún más los números del Grupo Socialista, que se quedaría con 27 o 28 escaños si las elecciones fueran mañana. Más allá de las críticas a la encuesta por su "falta de credibilidad", el dato sirve para constatar que el PSOE andaluz sigue sin despegar cuatro años después de su caída a los infiernos.

El PSOE sufre para colocar temas en la agenda igual que Moreno cuando estaba en la oposición ante un Gobierno de Susana Díaz más débil

El grupo parlamentario que salió de las urnas está hecho a imagen y semejanza de su líder, con buenos perfiles técnicos y gran parte de diputados con pasado en los ayuntamientos. "No tienen mal grupo", comenta un dirigente de otro partido acostumbrado a las tareas de oposición. La carga política corre a cargo de la portavoz parlamentaria, Ángeles Férriz, que se apoya en la adjunta, María Márquez, aunque la onubense no tiene tanto protagonismo como se podría esperar. También tienen un papel relevante el veterano Mario Jiménez y, entre los estrenos, destacan las intervenciones del malagueño Josele Aguilar y el contenido económico de Gaspar Llanes.

"El Gobierno tiene mucho poder institucional y mucho predicamento en los medios", lamenta un dirigente socialista cuando se le pregunta por los problemas de su partido para destacar bajo la mayoría absoluta de Juanma Moreno. En el PSOE no recuerdan cómo el malagueño sufría para sacar cabeza, a pesar de que Susana Díaz nunca tuvo una mayoría tan sólida como el ahora presidente de la Junta. Esa falta de experiencia dificulta la reactivación de un partido que sigue bajo de ánimos. Solo hace falta comparar los actos de la pasada campaña con el mitin-fiesta que Ferraz organizó el sábado en Sevilla para celebrar los 40 años de la mayoría absoluta de Felipe González en 1982.

Foto: El presidente Pedro Sánchez saluda a un vecino de Pino Montano flanqueado por Antonio Muñoz y Juan Espadas. (EFE/Julio Muñoz)

La polémica generada a raíz de la ausencia de Alfonso Guerra da cuenta de uno de los principales problemas que tiene el PSOE, la gestión de su herencia. Y ese problema es aún más profundo en un PSOE andaluz que tiene a dos expresidentes fuera de juego con su condena en los ERE y a una expresidenta apartada de la primera línea por la pugna orgánica que abrió al PSOE en canal en 2016. Ninguna de las dos heridas ha terminado de cicatrizar, entre otras razones, por esa sentencia de Giulio Andreotti, histórico líder de la democracia cristiana italiana: el poder desgasta al que no lo tiene.

El liderazgo de Juan Espadas

A todos estos factores hay que añadir el modelo de liderazgo de Juan Espadas, que desde su estreno en el Parlamento como jefe de la oposición ha mantenido un buen nivel en las sesiones de control, pero sin destacar demasiado. "Juan no es de romper la barrera del sonido con sus opiniones", apunta una fuente del partido, que cree que el jefe del PSOE andaluz aún debe consolidar su fórmula para erosionar a un Gobierno que parece imbatible. "Hay que seleccionar los temas que sean de impacto", insiste este dirigente socialista. Y a todo ello hay que sumar el problema económico por el que pasa el PSOE andaluz, que lo ha llevado a solicitar fondos a las agrupaciones locales para "reordenar" financieramente el partido.

El PSOE ha abandonado definitivamente el argumento de Vox, entre otros motivos, por la escasa influencia que tiene el partido de Santiago Abascal. Espadas combina la reivindicación de las medidas del Gobierno central —es la primera vez en una década que el PSOE andaluz está orientado con Ferraz— con los ataques a través de esos perfiles técnicos que pueblan el grupo parlamentario. Lo lógico es que aproveche el conocimiento de las cuentas andaluzas para sacar pecho en el debate de presupuestos que está por venir. Todavía no han decidido si será Espadas quien dé la réplica a la titular de Hacienda, Carolina España, en el debate de totalidad previsto para dentro de unas semanas.

Juan Espadas está a punto de cumplir un año como jefe de los socialistas andaluces con plenos poderes. Y, en unas semanas, el 2 de diciembre, se cumplen los cuatro años de la noche electoral más aciaga para los socialistas andaluces. Ganaron las elecciones, pero PP, Ciudadanos y Vox sumaban más que las izquierdas. El PSOE en la región, que fue una formidable máquina de ganar, todavía no se ha recuperado del golpe y anda buscando su identidad como partido alejado del Gobierno. Y, por el momento, no la encuentra. Tanto que las encuestas lo sitúan en su peor momento.

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