Alarma en la Cuenca minera de Huelva por ‘bombardeos’ antilluvia en plena sequía

Con la provincia pendiente del cielo, desde la costa, donde han saltado las alertas por la sequía que ha dejado seca la mayor laguna de espacio protegido de Doñana, hasta la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la que decenas de pueblos han sufrido cortes y restricciones en el suministro de agua en los últimos meses, en la cuenca minera de Huelva ven alejarse a cañonazos las pocas nubes que han llegado anunciado lluvias en el arranque del otoño.

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La denuncia parte del Ayuntamiento de Minas de Riotinto, que ha hecho público su malestar por las maniobras —mediante cohetes antigranizo con productos químicos—, que supuestamente ha llevado a cabo una firma hortofrutícola radicada en la zona para dispersar las nubes y evitar que caiga el agua de lluvia en los cultivos.

“En ningún caso vamos a consentir que se sigan realizando maniobras que se encuentran disipando el agua prevista en los modelos meteorológicos y que tanta falta hace”, advierte el Consistorio en un escrito remitido a la empresa Organic Citrus, en el que le exige explicaciones.

A la queja de Riotinto se ha sumado El Campillo, un pequeño municipio situado a escasos cuatro kilómetros, en cuyo término se ubica la plantación. “Se escuchan zumbidos en el pueblo y hay una gran alarma social porque la falta de agua es muy preocupante ya que es una comarca que se ha visto afectada por cortes de agua”, dice el alcalde, Juan Carlos Jiménez.

Los ruidos a los que alude el regidor se sintieron con la provincia onubense en alerta amarilla por lluvias, activada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las esperadas nubes no rompieron y el agua pasó de largo por los pueblos mineros. “No sabemos si cumplen o no con la legalidad o en este caso, si lo pueden hacer y miran solo por sus cultivos”, manifiesta.

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De momento, Jiménez afirma tener constancia de que la Guardia Civil ha visitado la empresa para ver el cañón desde el que se lanzan supuestamente los cohetes antigranizo y anuncia que, en el caso de que en los próximos días no se tenga información oficial, el Ayuntamiento de El Campillo hará las gestiones necesarias para conocer cuál es la situación. “Existe una gran preocupación por la sequía y tengo la obligación de que los vecinos conozcan qué está ocurriendo, que no estén en la incertidumbre”, afirma.

La empresa, que ha declinado hacer declaraciones, no ha dado por ahora contestación a los ayuntamientos, mientras Minas de Riotinto le recuerda que “no tiene ni sede social en el municipio” y le pide que “reconsidere la situación”. "Tiene que alejarse de esta práctica tan nociva para el bienestar de nuestros vecinos y vecinas y para el medioambiente”, incide.

No es la primera vez que se detectan los bombardeos anti lluvia en la zona y después de que el pasado invierno ocurriera en varias ocasiones. “No queremos que este año continúe”, lamenta el Consistorio

Este tipo de dispositivos funciona de manera que a través una carga explosiva se consigue que, una vez el cohete alcance la nube, el contenido químico que lleva en su interior se libere, provocando la desintegración del granizo. “La explosión también hace que la nube se desplace, por lo que además de evitar la tormenta de granizo, provoca que la nube se aleje y el agua tan necesaria no caiga en esta zona", sostiene el Consistorio de Riotinto.

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EFE

El catedrático de Geoquímica de la Universidad de Huelva (UHU), y coordinador de la Unidad de Calidad del Aire, Jesús de la Rosa, afirma que desde su departamento no se han detectado estos lanzamientos en estas últimas semanas.

Las actividades sobre modificación artificial del tiempo como las que describen los ayuntamientos mineros son técnicas que van dirigidas fundamentalmente a disminuir el tamaño del pedrisco para que no provoque daños, explica el portavoz en Andalucía de la Aemet, Juan de Dios del Pino, “con mayor o menor eficacia”.

La comunidad andaluza anota nueve años consecutivos con precipitaciones por debajo de la media, con una sola excepción (2017/2018), que no logró romper la secuencia de sequía, según del Pino. En el caso de Huelva, la provincia encadena ya cuatro años meteorológicos secos o muy secos y no ve una temporada húmeda desde hace una década.