Vivir junto a las cuadras y muy lejos del SMI: explotación laboral en los campos de polo
La Policía Nacional alerta de un incremento de estos delitos en este ámbito deportivo, tras la desarticulación en Cádiz de una red que captaba a personas en Sudamérica. Las víctimas percibían menos de 500 euros al mes de salario
A unos les ofrecían la posibilidad de prosperar y a otros los engatusaban con la promesa de convertirlos en jugadores profesionales, pero acababan explotados laboralmente y viviendo en condiciones deplorables. Esta historia, que tantas veces se ha escrito en torno al mundo del fútbol, también se registra en disciplinas más sorprendentes y menos mediáticas. Una de ellas es el polo. Un deporte elitista donde la Policía Nacional ha detectado un “crecimiento” de estos delitos durante el periodo estival y en las zonas costeras donde se suele practicar. Tres personas han sido detenidas en Cádiz por este motivo y se ha auxiliado a cinco afectados que se encontraban en situación de “extrema vulnerabilidad”.
El cuerpo informó de que la operación Bocha, desarrollada por agentes de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedades (Ucrif) de la comisaría de Algeciras, se ha centrado en las actividades de una empresa dedicada a la actividad deportiva del polo después de que recibiesen informaciones que apuntaban a que sus responsables “se podrían estar aprovechando de ciudadanos extranjeros en situación irregular y en situación de extrema vulnerabilidad”.
Estas personas, supuestamente, “imponían condiciones laborales abusivas, largas jornadas de trabajo, sin apenas descanso diario y semanal, a cambio de un sueldo muy por debajo del establecido como el mínimo profesional”. Todo ello con la falsa promesa de que les ayudarían a regularizar su situación en España y obtener un contrato formal y justamente remunerado.
Las gestiones de los investigadores revelaron que la mayor parte de estas personas vivían en el propio recinto, en zonas próximas a las cuadras. Su ocupación laboral era de ‘petiseros’ o encargados del cuidado de caballos y sus habitáculos y no podían permitirse residir en otro lugar “debido a sus escasos ingresos y situación de irregularidad”.
Además de las condiciones laborales y de vida que estas personas tenían, sufrían el miedo a la pérdida de su trabajo ante cualquier accidente laboral, circunstancias que se daban con cierta habitualidad, explicó la citada fuente, que precisó que supieron que dos de las víctimas identificadas habrían sufrido distintas lesiones de consideración y sobre las que no recibieron asistencia médica. “Continuaron en su puesto por miedo a no cobrar su salario o finalizar la abusiva relación laboral”, detallaron.
Dos trabajadores sufrieron accidentes laborales graves y no recibieron asistencia sanitaria
Los responsables del caso determinaron que estos trabajadores, en mayor parte procedentes de países sudamericanos, habrían llegado a España mediante oferta de trabajo de la propia empresa. Supuestamente, eran ayudados por sus responsables a acceder a territorio español con billetes de ida y vuelta y distintos certificados que amparaban que su situación en territorio Schengen sería la de estancia y, por tanto, inferior a tres meses. Tras expirar ese plazo, quedaban alojados en el recinto de la compañía, en situación de estancia irregular, y en un desarraigo, que es propio de la victimología por explotación laboral,
Otra víctima fue captada en su país de origen para, mediante la falsa promesa de convertirlo en jugador de polo, imponerle “condiciones labores abusivas, con largas jornadas de trabajo sin descanso y por un sueldo inferior a 500 euros mensuales”.
Analizados todos los datos obtenidos, se llevó a cabo entrada y registro en las instalaciones de la organización investigada, situadas entre Sotogrande y Guadiaro (Cádiz), en el que, además de los agentes policiales, participó la Inspección de Trabajo de Málaga. Una vez en el interior, los agentes identificaron al menos a cinco ciudadanos extranjeros en situación irregular trabajando sin contrato de trabajo ni alta en la Seguridad Social en vigor, aunque sí vestían uniformes con el logo de la empresa.
También comprobaron “el deplorable estado en que se encontraban los barracones donde moraban las víctimas, los cuales eran colindantes con las cuadras de los animales”. La Policía Nacional ha destacado que “se tiene constancia de que este tipo de conductas están creciendo, sobre todo en zonas costeras, donde la actividad del polo tiene un alto repunte en los meses estivales, aprovechando ciertos empresarios la situación de ilegalidad y vulnerabilidad de estas personas para imponer condiciones laborales similares, existiendo un plan especial para la detención de sus responsables”.
Entre los detenidos se encuentran dos personas de origen británico, el responsable de la empresa y su encargado, a los que se les imputan los presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, otro contra los derechos de los trabajadores y falsedad documental.
También fue detenido el contable de la sociedad por su presunta participación en el delito contra los derechos de los trabajadores, los cuales fueron puestos a disposición del juzgado de Instrucción número 5 de Estepona, que lleva la causa.
A unos les ofrecían la posibilidad de prosperar y a otros los engatusaban con la promesa de convertirlos en jugadores profesionales, pero acababan explotados laboralmente y viviendo en condiciones deplorables. Esta historia, que tantas veces se ha escrito en torno al mundo del fútbol, también se registra en disciplinas más sorprendentes y menos mediáticas. Una de ellas es el polo. Un deporte elitista donde la Policía Nacional ha detectado un “crecimiento” de estos delitos durante el periodo estival y en las zonas costeras donde se suele practicar. Tres personas han sido detenidas en Cádiz por este motivo y se ha auxiliado a cinco afectados que se encontraban en situación de “extrema vulnerabilidad”.
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