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No hay dudas: el hombre de Orce descubierto por José Gibert es el primer homínido europeo
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40 años después

No hay dudas: el hombre de Orce descubierto por José Gibert es el primer homínido europeo

La revista Biology recupera la tesis doctoral de Concha Borja en la que, mediante el estudio de las proteínas, certifica que el hombre más antiguo de Europa está en la Península Ibérica. Pero no en Atapuerca, sino en Orce

Foto: Limpieza de los hallazgos en Venta Micena, en 1995. (Cedida)
Limpieza de los hallazgos en Venta Micena, en 1995. (Cedida)

"Descubren en Atapuerca la cara del hombre más antiguo de Europa". El titular es de este pasado mes de julio y, en la nota de prensa, se explica que se trata de los restos de un homínido con una datación de entre 1,2 y 1,4 millones de años. Pero la noticia obvia que en la provincia de Granada, en Orce, se descubrió hace exactamente 40 años, en 1982, un cráneo en el yacimiento de Venta Micena que se dató con una antigüedad de 1,5 millones de años. Su descubridor fue José Gibert, un hombre al que ese hallazgo no le supuso el premio Príncipe de Asturias, como en el caso de los descubridores del yacimiento de Atapuerca.

Al contrario, desde que desenterraron los restos del hombre de Orce, José Gibert vivió en el descrédito hasta que finalmente falleció en 2007. La polémica sobre si el cráneo era de un homínido o de un équido le acompañó desde entonces y precisamente ahora, 40 años después de que los estudiantes Maite y Jordi desenterraran los restos, la revista eBiology recupera la tesis doctoral de Concha Borja en la que, mediante el estudio de las proteínas, certifica que se trata de un ser humano y que el hombre más antiguo de Europa está en la Península Ibérica, sí, pero no en Atapuerca, sino en Orce.

Foto: La obesidad es sólo uno de las lacras que sufrimos por haber avanzado demasiado rápido. (Corbis)

El pasado 17 de agosto se celebró en Orce un homenaje a José Gibert en el que participó Enrique García Olivares, director de la tesis de Concha Borja y catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada. García Olivares es el autor del artículo que acaba de publicarse en 'Biology', titulado 'Paleoprotoémica del siglo XX. Lecciones de los fósiles de Venta Micena', donde repasa desde el punto de visa actual la tesis de 1996 y recuerda que el cráneo de Orce "ha sido sometidos a estudios morfológicos y moleculares".

Los primeros "tienen el inconveniente de que se asocian a un componente subjetivo importante, por lo que están sujetos a la polémica, mientras que los estudios moleculares que realizamos en Granada por parte de mi grupo y en EEUU por el doctor Lowenstein dan lugar a resultados objetivos, los restos descubiertos por Gibert son humanos y estos estudios no han sido contestados hasta ahora", afirma el catedrático de la Universidad de Granada.

placeholder José Gibert abrió  el corte de Barranco León, en 1995
José Gibert abrió el corte de Barranco León, en 1995

García Olivares se apoya también en las tesis de Philip Tobias, "quizás el mejor paleoantropólogo que ha existido hasta ahora" y que ha sido propuesto tres veces al Premio Nobel, además de ser el descubridor del 'homo habilis'. "Analizando los restos biológicos y moleculares ratificó que los restos eran humanos", subraya sobre un hallazgo de repercusión mundial "porque podrían suponer los restos de presencia humana más antiguos de Europa", además de reforzar la teoría de la posible llegada del hombre a Europa "a través del Estrecho de Gibraltar", desde donde pudo expandirse posteriormente hacia otros territorios, como Atapuerca.

Foto: El rastreador almonteño José María Galán muestra una de las pisadas encontradas en la zona del Asperillo, en Matalascañas. (J.A. Senciane)

García Olivares recuerda que la Universidad de Granada coordina en la actualidad los trabajos de excavación en Orce, algo que ve "totalmente adecuado", aunque matiza que las posibilidades de excavación deberían de estar abiertas a todos los equipos que demuestren "solvencia científica". Y también apunta a que Orce debe de ser autónomo y no debe estar controlado por otro yacimiento.

El catedrático defiende la necesidad de volver a estudiar el cráneo de Orce con las técnicas actuales, que son mucho más precisas, aunque el primer inconveniente es que el propio Gibert le confesó que no se podían tomar más muestras sin "deteriorar su morfología". "Antes se identificaban las proteínas mediante anticuerpos, pero ahora se hace una secuenciación de las proteínas porque si conocemos la secuencia de aminoácidos podemos saber si es un resto humano", señala García Olivares.

Foto:  Ariel Pokhojaev, Sackler Faculty of Medicine, Tel Aviv University.

Pero para eso el cráneo debería de salir de la caja fuerte en el Ayuntamiento de Orce, donde lleva años guardado a cal y canto, o bien investigar los húmeros que se encontraron y que fueron publicados en revistas científicas, pero que están custodiados en el Museo Arqueológico de Granada sin tener mayor publicidad.

"El problema de ese país es que hay dos yacimientos muy importantes", apunta el investigador que no se explica por qué se ha tapado con arena el corte 3 de Venta Micena donde apareció el cráneo, más allá de que es una actuación necesaria para su conservación. "Pero no se pueda parar la investigación porque si hay fósiles humanos en Venta Micena es allí, y si ahora se descubre que Gibert tenía razón mucha gente queda en evidencia, desde el punto político y desde el científico", continúa.

Más evidencias en Orce

La revista Journal of Human Evolution, la más prestigiosa del mundo sobre paleontología humana, publicó en 2013 el descubrimiento del diente de leche de un homínido en Orce que está datado en 1,4 millones de años, lo que probaría en esta zona arqueológica la presencia humana más antigua de Europa Occidental. Se trata del molar de un niño de 10 años que fue estudiado por expertos del Museo Nacional de Historia Natural de París y de la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otras instituciones científicas. "Anatómicamente es incontestable que se trata de un diente humano de lo que podemos llamar el Niño o la Niña de Orce", indicó el por entonces director de las excavaciones, Bienvenido Martínez, que aprovechó para decir que el cráneo encontrado por Gibert era el de un équido.

placeholder José Gibert en Orce. (Cedida)
José Gibert en Orce. (Cedida)

Lo curioso es que fue descubierto en la campaña de excavaciones de 2002 y su hallazgo no se publicó hasta once años después. "Atapuerca sale continuamente en los medios diciendo que es el yacimiento más antiguo de Europa y aquí nadie dice nada, eso no puede ser", apunta Luis Gibert, el hijo del descubridor del hombre de Orce, que encontró además un molar cuya existencia se ha perdido en la nebulosa de los tiempos.

Y apunta a que este largo tiempo para dar a conocer el hallazgo obedece a esta 'colonización' de los responsables de Atapuerca, ya que José María Bermúdez de Castro, codirector del yacimiento burgalés, ayudó a identificar el diente de Orce como humano y es uno de los firmantes del artículo científico que presentó al mundo el nuevo hallazgo.

Foto: Foto de archivo. (EFE)

Otro codirector del yacimiento ubicado en Burgos, Eudald Carbonell, que también es director del Instituto Catalán de Paleontología Humana y Evolución Social (IPHES), ha participado muy activamente en las excavaciones de Barranco León, en Orce. "Es como poner al zorro a guardar las gallinas", lamenta Luis Gibert, para poner de manifiesto a continuación la abismal diferencia entre el apoyo institucional que ha recibido Atapuerca y el "olvido" al que se ha sometido al yacimiento granadino.

Cómo se descubrió el hombre de Orce

En el verano de 1982, durante las excavaciones dirigidas por José Gibert en Venta Micena, apareció un fósil distinto. Lo encontraron dos estudiantes: Maite y Jordi. Se trataba de un fragmento de cráneo diferente y sus curvaturas indicaban que pertenecía a un individuo con un cerebro muy grande. Al fósil se le dieron las siglas VM-0 y se estudió en Barcelona, consultando con muchos expertos, incluido el propio doctor Crusafont, catedrático de Paleontologí y director del Instituto. Todos concluyeron que se trataba del cráneo de un homínido. El doctor Peter Andrews, experto en primates del British Museum of Natural History, visitó el Instituto de Paleontología en aquel momento, lo clasificó como humano y aconsejó su publicación en la revista Nature.

El trabajo se publicó finalmente en la revista Paleontologia i Evolució y estaba firmado por José Gibert, Jorge Agustí y Salvador Moyà. Tuvo mucha repercusión, pues representaba el primer resto de homínido fuera de África, envejeciendo la presencia de Homo en Europa en 0,7 millones de años (Ma) y 0,5 Ma en Asia.

El 16 de agosto de 1983 murió el Crusafont, autoridad que avalaba la humanidad del fósil, mientras apareció por Orce el matrimonio Lumley, a quienes VM-0 "desposeyó del primer europeo". La polémica no tardó en llegar y la humanidad de VM-0 fue rápidamente cuestionada.

placeholder Foto de Archivo (17/06/1983) de los restos del hombre de Orce. (EFE/archivo)
Foto de Archivo (17/06/1983) de los restos del hombre de Orce. (EFE/archivo)

Aunque con muchas dificultades se siguieron haciendo descubrimientos en Venta Micena: dos fragmentos humerales humanos, 16 rocas jurásicas junto a huesos rotos por percusión y una pequeña pieza de sílex junto a huesos con marcas de estrías de descarnación. Todo se publicó en amplias monografías al estilo de los grandes yacimientos de África.

La polémica hizo daño, las excavaciones se interrumpieron y poco se permitió trabajar. Los dos colaboradores de José Gibert que le acompañaron en sus primeras campañas se apartaron del equipo. En 1989 publicaron un artículo donde proponían que VM-0 perteneció a un équido a partir de la presencia de una supuesta sutura coronal. En la publicación, los autores pedían perdón por su error al pueblo de Orce y por "haberle hecho vivido un sueño".

La solución llegó de la mano de la Universidad de Granada, que lideró un estudio pionero en Europa sobre proteínas fósiles, una tesis doctoral de Concha Borja, sobre detección de proteínas fósiles, dirigida por el ahora catedrático Inmunología Enrique García Olivares.

VM-0 es un fósil humano

La identificación de proteínas específicas de homo en los restos de Venta Micena no dejaba lugar a dudas: VM-0 es un fósil humano. Así se publicó en la prestigiosa revista American Journal of Physical Anthropology. Además, en esos años, la imposibilidad de excavar favoreció las campañas de prospección anuales, lo que permitió descubrir nuevos yacimientos en Orce con evidencias de presencia humana, como son Barranco León y Fuente Nueva 3. Con estos datos se llegó al Congreso Internacional de Paleontología Humana organizado por José Gibert en Orce en 1995 en el que participaron más de 300 personas de 18 países.

Pero el equipo se rompió, VM-0 pasó a ser una cabra y el corte 3 de Venta Micena, donde VM-0 fue descubierto, se enterró bajo toneladas de sedimento. José Gibert fue expulsado de Orce, acusado de expolio y perseguido hasta su prematura muerte.

Las excavaciones prosiguieron, lideradas por los escépticos de VM-0 mientras se publicaban estudios como el de Domingo Campillo, quien encontró cráneos con anatomías humanas idénticas a VM-0. Además, el ilustre profesor sudafricano Phillip Tobías publicó en 'Human Evolution' que existía presencia humana en Venta Micena, en lo que coincidía con las opiniones de Yves Coppens, codescubridor de Lucy.

En 1983 murió el Crusafont, en 2007 José Gibert, en el año 2012 el doctor Phillip V. Tobías... Todos los grandes defensores de la humanidad del hombre de Orce han ido desapareciendo, pero queda un grupo de irreductibles que no ceja en su empeño de defender que el primer europeo era granadino. Y lo descubrió un hombre llamado José Gibert.

"Descubren en Atapuerca la cara del hombre más antiguo de Europa". El titular es de este pasado mes de julio y, en la nota de prensa, se explica que se trata de los restos de un homínido con una datación de entre 1,2 y 1,4 millones de años. Pero la noticia obvia que en la provincia de Granada, en Orce, se descubrió hace exactamente 40 años, en 1982, un cráneo en el yacimiento de Venta Micena que se dató con una antigüedad de 1,5 millones de años. Su descubridor fue José Gibert, un hombre al que ese hallazgo no le supuso el premio Príncipe de Asturias, como en el caso de los descubridores del yacimiento de Atapuerca.

Granada