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‘La guerra del mar II’: así acosan a los delfines los pilotos de motos de agua
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EN LAS COSTAS DE MÁLAGA

‘La guerra del mar II’: así acosan a los delfines los pilotos de motos de agua

Dos grabaciones a las que ha tenido acceso El Confidencial muestran a los pilotos atosigando a los animales y enfrentándose a las personas que les llamaban la atención. El debate sobre la idoneidad de estos artefactos se caldea

Foto: un agente de la Policía Local de Málaga controlando a un piloto de moto acuática. (Ayuntamiento de Málaga)
un agente de la Policía Local de Málaga controlando a un piloto de moto acuática. (Ayuntamiento de Málaga)

Las imágenes son reveladoras y hacen comprensible la indignación generada. Los pasajeros de un barco de avistamiento de especies marítimas que se encontraban frente a las costas del municipio malagueño de Benalmádena observan desde la distancia a un grupo de delfines. Otras embarcaciones fondeadas a su alrededor también mantienen una distancia prudencial. “Evitando interactuar para verlos desenvolverse en su hábitat”. Pero los presentes iban a ser testigos de un nuevo capítulo de la ‘guerra del mar’ que se ha desatado en el litoral andaluz. Un individuo pilotando una moto de agua irrumpe en el lugar y se desplaza a gran velocidad hasta donde se encuentran los ejemplares. Frena y comienza a maniobrar bruscamente mientras es abucheado por el resto de personas. Aunque eso no le importa mucho. Prosigue la marcha, se muestra desafiante con los patrones e incluso comienza a circular peligrosamente.

Estos hechos ocurrieron a primera hora de este jueves y son una nueva muestra de los comportamientos incívicos de algunos pilotos de motos acuáticas que están generando controversia y debate. Y que también son el origen de amenazas y enfrentamientos que están generando un ambiente enrarecido.

Foto: Prueba de alcoholemia a un usuario de moto acuática. (Ayuntamiento de Málaga)

El propietario de una empresa de avistamientos de animales marinos explicó a El Confidencial que este tipo de situaciones vienen registrándose desde hace tiempo, pero que han percibido un aumento en los últimos años. “El Mar de Alborán es un tesoro donde conviven muchas especies y en el que se puede desarrollar un turismo ecológico y sostenible que se ve perjudicado por estos comportamientos”, explica, para añadir que las probabilidades de tener un encuentro con delfines en la zona es del 80%.

Las conductores de motos de agua que no respetan las normas ponen en peligro este ecosistema y exhiben “comportamientos crueles” con los ejemplares, señala la citada fuente, que recuerda que “hemos visto cómo los perseguían o pasaban por encima de ellos”. A esto se une la actitud violenta que tienen en el mar y que hace que esta persona no quiera revelar su nombre ni el de su empresa: “No nos podemos arriesgar y sufrir represalias”.

El alcalde de Málaga afirmó que proseguirán los controles para denunciar infracciones en el mar

Señala que se han producido “persecuciones” de embarcaciones cuyos tripulantes les llamaron la atención y no dudan en hablar de una “mafia” que no tiene miramientos ninguno. “Se te ponen chulos y como represalia se cruzan delante de los barcos y realizan maniobras bruscas que obligan a dar frenazos que ponen en riesgo a los pasajeros”, afirma, antes de remarcar que las autoridades saben que esta situación se produce. “Se ha denunciado” y miembros de la Inspección de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía lo presenciaron este jueves. Según manifiesta este empresario, los inspectores que deben certificar que las empresas que se dedican a esta actividad cumplen con todos los protocolos de respeto medioambiental “lo vieron con sus propios ojos esta semana”.

El malestar por el comportamiento de los conductores de motos de agua se acrecienta durante el verano, periodo en el que la convivencia con bañistas, veleristas, buceadores o pescadores se hace casi imposible cuando el incumplimiento de las normas se hace más evidente. El Servicio Marítimo de la Guardia Civil, la Policía Local de Málaga y la Capitanía Marítima realizaron el pasado fin de semana una serie de controles en distintas playas de la capital que se saldaron con 18 sancionados. Para llevarlo a cabo se utilizaron radares de velocidad y realizaron pruebas de alcoholemia. Y los motivos de las multas fueron: exceso de velocidad —5—; carecer, no presentar o tener caducada la documentación —4—; fondeo en zona de baño —3—; no hacer uso de chaleco salvavidas homologado —2—; actividades no permitidas en el canal náutico —2— y no colaborar en la labor de inspección de los agentes —2—.

Foto: Un grupo de obladas en el Mediterráneo. (iStock)

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, advertía días después que esta actuación no sería aislada porque “un conductor de moto acuática no puede creer que porque esté en el agua se encuentre en un espacio de impunidad”. “Nunca deben invadir los espacios que las boyas marcan; y en el exterior también deben respetar las distancias entre embarcaciones y el ruido”, incidió.

El regidor insistió en que el Ayuntamiento seguirá actuando “en esa dirección”, porque “tenemos que conseguir tener un litoral seguro siempre, con el menor ruido posible y donde la gente pueda disfrutar del mar sin ninguna sensación de riesgo".

Las imágenes son reveladoras y hacen comprensible la indignación generada. Los pasajeros de un barco de avistamiento de especies marítimas que se encontraban frente a las costas del municipio malagueño de Benalmádena observan desde la distancia a un grupo de delfines. Otras embarcaciones fondeadas a su alrededor también mantienen una distancia prudencial. “Evitando interactuar para verlos desenvolverse en su hábitat”. Pero los presentes iban a ser testigos de un nuevo capítulo de la ‘guerra del mar’ que se ha desatado en el litoral andaluz. Un individuo pilotando una moto de agua irrumpe en el lugar y se desplaza a gran velocidad hasta donde se encuentran los ejemplares. Frena y comienza a maniobrar bruscamente mientras es abucheado por el resto de personas. Aunque eso no le importa mucho. Prosigue la marcha, se muestra desafiante con los patrones e incluso comienza a circular peligrosamente.

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