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Tráfico y basuras: la difícil convivencia entre el ocio y las empresas en la isla de la Cartuja
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30 AÑOS DESPUÉS DE LA EXPO

Tráfico y basuras: la difícil convivencia entre el ocio y las empresas en la isla de la Cartuja

El Ayuntamiento de Sevilla se compromete a buscar soluciones con la Junta de Andalucía para reducir el conflicto, al tiempo que anuncia la apertura de un centro de interpretación que llevará a los turistas a este enclave

Foto: Asistentes al concierto de Manuel Carrasco el pasado 11 de junio en el estadio de la Cartuja. (EFE/Raúl Caro)
Asistentes al concierto de Manuel Carrasco el pasado 11 de junio en el estadio de la Cartuja. (EFE/Raúl Caro)

Hay algo en el que todos coinciden: la Cartuja debe dejar de ser una isla 30 años después de la Expo del 92 que dio lugar a este territorio que hoy alberga uno de los parques tecnológicos y científicos más pujantes de España. Y la integración pasa irremediablemente por abrir sus puertas y dar paso no sólo al sevillano, también al turista. Pero eso genera de entrada un conflicto que requiere de la mediación de varias Administraciones públicas y de la iniciativa privada que se hace cargo del mantenimiento de parte del recinto.

Foto: La esfera bioclimática, uno de los símbolos de la Expo 92. (EFE/Julio Muñoz)

En la última asamblea del Círculo de Empresarios de Cartuja el problema volvió a ponerse sobre la mesa, en este caso, bastante agitado por las molestias causadas por los macroconciertos celebrados recientemente en la zona que, no sólo provocan un caos circulatorio, sino que también dejan una huella de basura y suciedad que daña la imagen de un parque que lucha para superar el estigma de territorio abandonado y lleno de jaramagos. “Cartuja es un microuniverso donde conviven empresas, centros de formación, escuelas de negocios y también culturales, pero el ocio nos da un cierto recelo”, admite Beltrán Calvo, presidente de dicha asociación empresarial que en la citada reunión apeló directamente al alcalde, Antonio Muñoz, en busca de una solución.

Para el Ayuntamiento de Sevilla esta no pasa por reforzar solo los servicios de transporte público en los días de grandes eventos culturales en la isla y es entonces cuando Muñoz pasa la pelota al tejado de la Junta de Andalucía: “Una de las primeras cuestiones que plantearé al nuevo Gobierno autonómico, que tiene las competencias sobre el Estadio de la Cartuja, será la necesidad de mejorar la movilidad y evitar los grandes cuellos de botella para salir de la isla”. Uno de los grandes hándicaps con los que cuenta este coliseo, ahora reflotado por la Administración autonómica y con un amplio programa de conciertos que han metido a Sevilla en el circuito de la música nacional, es su accesibilidad, una asignatura pendiente.

placeholder Restos de suciedad en la Cartuja. (Cedida)
Restos de suciedad en la Cartuja. (Cedida)

Pero hay algo más: la actividad cultural que congrega a miles de personas en la isla no es exclusiva del estadio, sino que se reparte por una decena más de escenarios con una alta afluencia de público que provoca molestias y genera también basuras. Una actividad que va en aumento porque Cartuja se ha convertido en los últimos años en un gran distrito musical donde el ocio y la cultura conviven en un recinto donde se localizan más de 530 empresas con 23.700 trabajadores. Y que las administraciones públicas no quieren que siga siendo un coto vallado, literalmente, sino integrado en la ciudad con una oferta complementaria y varios parques y jardines.

Foto: Vista del estadio de La Cartuja de Sevilla. (EFE/Raúl Caro)

De hecho, si la Junta de Andalucía está impulsando la actividad en el Estadio de la Cartuja, el Ayuntamiento de Sevilla se plantea incluso llevar el turismo a la isla y cuenta de hecho con un plan para ello. La clave para los empresarios es minimizar el impacto que ello supone para el parque científico y tecnológico que, además, en cuestión de unos años, se proyecta como un territorio cien por cien sostenible y descarbonizado. Tras estallar la pandemia, el Gobierno municipal puso en marcha una estrategia de impulso del turismo, denominada Plan 8, con el objetivo de potenciar este enclave de la capital como recurso turístico y cultural. Entre el Estadio de la Cartuja y el monasterio de Santa María de las Cuevas, donde tiene la sede el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y se celebran festivales, se reparten una quincena de escenarios, entre ellos varias salas de conciertos y teatros privados, el Auditorio Rocío Jurado, una instalación al aire libre legada de la Expo, como lo es el Pabellón de Marruecos, donde se localiza la Fundación de las Tres Culturas del Mediterráneo, que cuenta también con un calendario cultural destacable. Y a los que se suma también un gran centro comercial y de ocio, que integra también a Caixafórum, junto a la Torre Sevilla, el rascacielos diseñado por César Pelli.

Un centro para atraer a turistas

Las quejas de los empresarios coinciden con la presentación, por parte del Gobierno municipal, de un centro de interpretación en Cartuja que multiplicará la afluencia de público en este territorio si cumple con su objetivo: fomentar el turismo en esta zona y consolidar a Sevilla como destino de turismo urbano. Con este proyecto, el Ayuntamiento superaría el reto de ampliar el espacio para el visitante, evitando las aglomeraciones en el centro histórico, y lo haría además sumando una marca nueva, la de un territorio innovador y competitivo donde hay exponentes de arquitectura contemporánea y proyectos vinculados a la sostenibilidad pioneros, como el City Sevilla.

Foto: Sevilla tiene muchos atractivos turísticos. (EFE)

Este centro de interpretación está proyectado en la antigua estación del telecabina de la Expo del 92, una instalación abandonada y que afea notablemente el entorno y que, en lugar de derribarse, será reutilizada generando un espacio para más de 800 personas con áreas expositivas y polivalentes. Y se plantea como un foco atractivo para el visitante, un lugar de reunión junto a un nuevo ágora, Cartuja Qnat, que en unos meses se convertirá en la primera plaza de la ciudad con un sistema capaz de rebajar la temperatura hasta diez grados.

Proyectos de futuro, pero inmediato, que hacen crecer el recelo de los empresarios que año tras año reclaman al Ayuntamiento de Sevilla mayores partidas para el mantenimiento de la Cartuja que, en su día, se pensó sin éxito como un nuevo distrito administrativo de la ciudad, ya que por superficie y población, sin contar con los nuevos usos previstos, requiere de un tratamiento especial. Así opinan los empresarios de este recinto, que piden incluso “un trato legislativo diferenciador que permita evitar la especulación inmobiliaria (hasta ahora no hay viviendas, pero sí algunas residencias de estudiantes dentro del parque tecnológico) y la implantación de empresas que desvirtúen el entorno científico generado”. Hasta ahora la oferta cultural y también la deportiva en la isla no ha alterado a los empresarios, pero sí la de ocio, pues temen que proliferen los botellones y concentraciones en las calles del recinto ante la llamada de eventos musicales y de locales de hostelería.

Hay algo en el que todos coinciden: la Cartuja debe dejar de ser una isla 30 años después de la Expo del 92 que dio lugar a este territorio que hoy alberga uno de los parques tecnológicos y científicos más pujantes de España. Y la integración pasa irremediablemente por abrir sus puertas y dar paso no sólo al sevillano, también al turista. Pero eso genera de entrada un conflicto que requiere de la mediación de varias Administraciones públicas y de la iniciativa privada que se hace cargo del mantenimiento de parte del recinto.

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