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'Alternanthera philoxeroides': la especie invasora que pone en alerta el Guadalquivir
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'Alternanthera philoxeroides': la especie invasora que pone en alerta el Guadalquivir

Las primeras actuaciones de la Junta no han funcionado y la planta exótica sigue creciendo en la trama urbana del río en Sevilla. Biólogos dan la voz para evitar que se repitan episodios como el del camalote en el Guadiana

Foto: 'Alternanthera philoxeroides' cerca de la Cartuja de Sevilla. (Jesús Manuel Castillo)
'Alternanthera philoxeroides' cerca de la Cartuja de Sevilla. (Jesús Manuel Castillo)
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La invasión ya ha llegado al mismo Puente de Triana. Y esta estampa universal ayuda a los biólogos sevillanos para dar la alerta de nuevo por la proliferación de 'Alternanthera philoxeroides', una especie exótica invasora que amenaza con crear un grave problema en el río Guadalquivir. Un impacto sobre la biodiversidad, pero también económico, que la Junta de Andalucía intentó frenar con unas primeras actuaciones que han sido por ahora ineficaces y que encienden la luz roja de colectivos ecologistas.

Foto: Los servicios operativos, trabajando en una playa de Estepona. (EC)

Hace más de un año, en febrero de 2021, que el profesor de la Universidad de Sevilla, Pablo García Murillo, identificó esta planta tras el aviso del Seprona. Fue la primera cita en el sur de España, pues esta especie solo había sido avistada hasta entonces en otros dos puntos de la península: Galicia (2015) y Cataluña (2020). La también conocida como lagunilla o hierba del lagarto, procede de la cuenca del río Paraná, pero está naturalizada y presente en todos los continentes. De hecho, en Norteamérica se citó por primera vez en 1897 y pronto se convirtió en una plaga.

Hoy está presente en 15 estados del sur y al catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla, Jesús Castillo, la presencia de esta planta en la dársena del Guadalquivir le recuerda mucho al inicio del problema en la bahía de San Francisco. "Así empezó en California, hasta que entró en el estuario y se convirtió en un grave problema que queremos evitar en Sevilla", comenta este profesor mientras localiza a lo largo de la trama urbana del río grandes masas de 'Alternanthera philoxeroides'. Algunas se confunden con la flora autóctona, pero hay algún rodal monoespecífico frente a la Torre Schindler, a orillas del Parque Magallanes, junto al rascacielos de Torre Sevilla, diseñado por César Pelli.

placeholder El alga invasora cerca del Puente de Triana. (Jesús Manuel Castillo)
El alga invasora cerca del Puente de Triana. (Jesús Manuel Castillo)

La colocación de los geotextiles fue la medida adoptada por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible tras el primer aviso. Es un material que cubre las plantas con la intención de privarlas de la luz y, por tanto, de la posibilidad de seguir desarrollándose. "Se actuó en la Dársena del Guadalquivir y en el canal de Alfonso XIII y se han dado por controlados todos los focos", apuntan fuentes de este departamento autonómico. Pero basta con pasear por la orilla del río para comprobar que las masas de lagunilla permanecen y en algunos focos se observa cómo incluso empuja el geotextil.

Castillo es uno de los investigadores que están estudiando el comportamiento de esta planta y apunta la necesidad del uso de herbicidas. Este profesor de Ecología viajará este mes a Estados Unidos para colaborar con un experimento que desarrolla el Departamento de Agricultura del Gobierno norteamericano para ver cómo tolera la salinidad esta especie.

Foto: Trabajos de retirada del alga invasora en Tarifa. (EFE)

Esta hierba perenne y estolonífera es capaz de desarrollarse en medios terrestres húmedos o acuáticos y arraiga en los suelos de las orillas de los cauces extendiendo sus tallos huecos sobre la superficie del agua, llegando incluso a cubrirla, según explica el profesor García Murillo. "Es una planta muy competitiva, con una gran facilidad para alterar no solo los ecosistemas naturales, sino también cultivos y áreas acuáticas recreativas. Una vez establecida, resulta extremadamente difícil su erradicación, siendo este proceso, además, muy costoso", se apunta en esa primera cita científica de la presencia en Andalucía de una planta que está catalogada entre las 10 acuáticas más invasoras del mundo.

El peligro existe. En Sevilla esta especie se ha localizado en la dársena del río, fuera del cauce vivo. Pero ello no reduce la inquietud, según apuntan los biólogos de la Universidad de Sevilla, pues resulta fácil que salte al estuario. Esta planta invasora no produce semillas viables, sino que se reproduce por fragmentos de tallos que son muy frágiles, se rompen y pueden formar una nueva planta. De hecho, se estima que así ha llegado al Guadalquivir. "Puede que alguien haya liberado una tortuga o un pez de acuario y que llevase pegada algún fragmento de esa planta, o bien que llegase en los depósitos de lastre de algún barco, o, incluso, que alguien haya introducido intencionadamente esa planta en el agua", comenta Castillo.

Esta invasora trepa sombrea a las plantas autóctonas y va desplazándolas, alterando considerablemente la biodiversidad

¿Qué podría pasar? Esta invasora trepa sombrea a las plantas autóctonas y va desplazándolas, alterando considerablemente la biodiversidad. Pero supone otros riesgos, ya que enriquece el agua en nutrientes y eso hace que proliferen otras especies, como el camalote, y vaya contaminando y mermando la calidad del agua. Además, según explican los biólogos consultados, no solo crece enraizada, sino también flotando, lo que afecta a la navegación de las embarcaciones menores, las de recreo que frecuentan también el Guadalquivir. Sin olvidar el impacto paisajístico que supone que la 'Alternanthera philoxeroides' acabe cubriendo como una alfombra verde el río.

En cualquier caso, los expertos coinciden en que es necesario actuar con eficacia cuanto antes para evitar los episodios que han terminado ahogando el Guadiana tras el descontrol de especies como el camalote o el nenúfar mexicano. El camalote apareció fugazmente en Sevilla, en la primavera del año pasado, pero fue atajado a tiempo. La Junta de Andalucía activó un plan de vigilancia y llegó a retirar más de 1.600 kilos de esta planta en pocos días. También el año pasado, gracias a los avisos ciudadanos, se detectó otra especie exótica invasora, la 'Hidrocharis laevigata', que llegó a cubrir 7.500 metros cuadrados del cauce del río Guadaíra. La intervención del Seprona y la Junta de Andalucía consiguió frenar su avance.

Foto: requiem-por-un-rio-las-plantas-invasoras-asfixian-el-guadiana

"Necesitamos potenciar la red de detección temprana, que pocos conocen", explica Castillo que, no obstante, alaba la labor desarrollada por el Seprona, servicio de la Guardia Civil, que con pocos medios interviene con acierto en Andalucía. "A ello se podría sumar la ciencia ciudadana, la colaboración de muchas personas y entidades concienciadas con el medio ambiente y con este tipo de problemas y que podrían realizar también una labor de vigilancia y control enviando fotos o alertas a una 'app' o similar", sugiere el catedrático, para quien también sería oportuna la colaboración de la Autoridad Portuaria de Sevilla, dada la afección que la propagación de esta planta puede tener para la navegación.

Las especies exóticas en Andalucía

Este sistema sería también mucho más barato que la intervención cuando la invasión ya existe. Y de nuevo los biólogos reseñan el caso del Guadiana, que requiere de fuertes inversiones que, de momento, no han solventado del todo este fenómeno. El impacto de estas especies invasoras es, sobre todo, económico. Por ello, la Junta de Andalucía, a raíz de la llegada del camalote, aprobó una partida de más de 300.000 euros para la vigilancia, seguimiento y control de especies exóticas en Andalucía. De esta cantidad, 241.624 euros se destinaron a actuaciones en este año.

La llegada de especies exóticas es continua en Andalucía. "Hay que explicar que no todas estas especies de flora, y de fauna también, que llegan se convierten en invasoras; solo lo hacen si se naturalizan, esto es, si pueden crecer y reproducirse donde llegan", matiza el catedrático que recuerda la introducción de especies como el cangrejo rojo en las marismas del Guadalquivir, el mejillón cebra, el cangrejo chino, el alga japonesa que trae de cabeza a los pescadores del Estrecho, como el picudo de las palmeras o la bacteria 'Xylella fastidiosa' que ya se ha detectado en Baleares y en el Levante y que, si llegara a Andalucía, causaría un gravísimo perjuicio económico, puesto que afecta al olivar fundamentalmente. O también el siluro, un pez muy predador y voraz.

Aunque su presencia está documentada en el Guadalquivir desde hace una década, en el embalse cordobés de Iznájar, encendió las alarmas hace un año tras la captura de un ejemplar de siluro de casi dos metros y cerca de 100 kilos de peso aguas debajo de la Presa de Alcalá del Río, en la provincia de Sevilla. La Junta de Andalucía llegó a autorizar su pesca el año pasado con la intención de erradicarlo y evitar el daño que puede causar a la piscifauna autóctona, como ya ha pasado con los alburnos, gambusias, percusores, lucios o el pez gato.

La invasión ya ha llegado al mismo Puente de Triana. Y esta estampa universal ayuda a los biólogos sevillanos para dar la alerta de nuevo por la proliferación de 'Alternanthera philoxeroides', una especie exótica invasora que amenaza con crear un grave problema en el río Guadalquivir. Un impacto sobre la biodiversidad, pero también económico, que la Junta de Andalucía intentó frenar con unas primeras actuaciones que han sido por ahora ineficaces y que encienden la luz roja de colectivos ecologistas.

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