Cristóbal Toral, el intenso viaje creativo que nunca acabará

Es un viaje, un tránsito continuo. Sus cuadros exhiben mudanzas, huidas, éxodos. Y hay una representación que se mantiene desde hace décadas y que en él se ha convertido en una obsesión: las maletas. Cristóbal Toral (Antequera, 1940) las compra nuevas y viejas. Las ensucia, las empolva y juega pictóricamente con ellas.

El artista, que ha mostrado su obra desde los setenta en Nueva York (donde tuvo estudio y vivió varios años), en París y en otros referentes artísticos mundiales, nunca había expuesto en Málaga. Con el impulso del Área de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad, se reúnen ahora 70 composiciones de Toral en las salas CAC Málaga-La Coracha hasta el 13 de septiembre. Hay obras maestras tan de actualidad coma 'La valla de Melilla', una instalación con restos de sangre y concertinas, o 'El secuestro del Papa Benedicto XVI', obra de gran formato que sorprende por el trazo del dibujo, su rotunda verticalidad y el uso del color.

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Agustín Rivera. Málaga

La exposición se centra en su primera parte en un homenaje a Ucrania, actualísimo, con cuadros pintados estos últimos meses. Vemos trenes que esperan una salida, cadáveres ensangrentados, maletas (siempre las maletas) sin dueño y cochecitos de bebé solitarios. Son paisajes de guerra y soledad.

‘La gran avenida’ de Belgrado

En la instalación 'Éxodo en Ucrania', que capitaliza la primera planta de la muestra, se observa la importancia de la fuga, el terror de la guerra, la injusticia por abandonar tu lugar en el mundo. Y esta obra mantiene una relación íntima con 'La gran avenida', un óleo sobre lienzo de 1994, localizado en Belgrado, y que todavía está por acabar. Aquí la pintura se vuelve oscura, desaparece el color y llega la desesperanza.

“Entre los restos de la masacre y la multitud de objetos arremolinados vemos cuerpos de niños, mujeres y hombres ensangrentados, muertos anónimos que se confunden con los seres inertes, víctimas inocentes de la historia, como vuelve a repetirse ahora en Ucrania. Si cambiáramos el título por Kiev o Mariúpol, u otras que vendrán y cuyos nombres aún desconocemos, la pintura mantendría intacta su verdad”, escribe Sebastián Gámez, comisario de la muestra sobre esta obra.

La serie de 'La isla de los muertos' se complementa en la segunda parte de la exposición con más equipaje, mujeres que esperan en una habitación, muchas de ellas desnudas. Ya resaltó Mario Vargas Llosa sobre Toral que su arte suponía una “extraña alianza de realidad y fantasía, de dominio técnico y aventura del espíritu que, a la vez nos instala en un mundo cotidiano inmediatamente reconocible por nuestra experiencia, nos traslada sin embargo a un enclave distinto”.

El artista también homenajea a maestros clásicos como Velázquez, con una representación muy personal de Las Meninas

El artista también homenajea a maestros clásicos como Velázquez, con una representación muy personal de 'Las Meninas' o a Goya con una versión de lo más particular de 'La familia de Carlos IV'. Estas dos obras, irónicas, y fechadas entre 1974 y 1975, remarcan la valentía artística de Cristóbal Toral aunando universos distintos, una suerte de clásico moderno que conoce muy bien la técnica de los maestros, pero que se sabe un hombre de su tiempo, aborda temas complejos y se abre a la vanguardia.

Es sábado por la mañana y Toral está trabajando en una obra en su estudio de Madrid. No parará hasta las nueve de la noche, cuando se siente a cenar. Conversa con El Confidencial sobre esta exposición con ganas de hablar, un entusiasmo que no se agota, como su intenso viaje creativo. “Es una satisfacción enorme exponer en Málaga, una ciudad que se encuentra en la primera fila del mundo del arte nacional e internacional”.

— Ucrania está muy presente en la muestra.

— Siempre he dicho que un artista es un testigo de su época y, aunque lo primordial es ser pintor, como intelectual tienes que ser sensible a las cosas que ocurren. En esta época pasan muchas cosas y algunas muy tristes, como la invasión en Ucrania. Es una cobardía y me parece muy cruel, muy duro. No podemos ser indiferentes, ni podemos mirar hacia otro lado.

Toral se siente muy orgulloso de las 120 maletas, unas pintadas de amarillo y otras de azul, como la bandera ucraniana, que ha formado en una instalación creada en repulsa a los invasores y en homenaje al pueblo. “Quiero hacer de la maleta un icono de nuestro tiempo simbolizando ese movimiento y el viaje”, apunta Toral.

“Borbotones creativos”

El artista se apunta a la teoría de Pablo Ruiz Picasso de que la inspiración le tiene que “pillar pintando”. “En cualquier profesión y disciplina las cosas se consiguen trabajando mucho”. Y ahora, con 82 años, se le acumulan los “borbotones creativos” y sabe que quizá le quede poco tiempo para desarrollar todas sus ideas y planes.

Porque esa pujanza de la creación, cada vez más fuerte, no termina. Continúa imaginando habitaciones, maletas a la espera de un destino, un viaje inacabable del niño que pintaba en el campo a la luz de un candil.